-_______ ¿No harás gimnasia? -Pregunta Ava sentándose a mi lado mientras abre una botella de agua y empieza a beber de esta.
-No, problemas de mujer. -Río leve y hago una mueca por el dolor, Ava parece entenderlo y me dedica una sonrisa comprensiva para luego levantarse y unirse al grupo.
Lo cierto es que no estaba en esos días de zozobra en el que a las mujeres no nos gusta ni que nos miren, eso de las primeras veces no es cualquier cosa que se pueda volver irrelevante, no es tan fácil como entrar y salir, te deja un dolor en las caderas terrible y a pesar de mis incesantes súplicas de querer faltar a la escuela mi madre literalmente se encargó de dejarme en las puertas del instituto. Creo que me ama y por eso no le importaría dejarme morir sola en este lugar.
-¡Señorita Soler! -Grita la maestra haciéndome sobresaltar, dirijo mi mirada hasta la señora con traje deportivo y arqueo una ceja. -Ya que no esta haciendo nada ¿Podría salir y decirle a los muchachos que vengan para la prueba de baloncesto? -Asiento con la cabeza y me esfuerzo para levantarme. Este maldito dolor no tenia sentido... Digo, Rubén fue cariñoso. Me sonrojo al recordar aquella noche y sacudo la cabeza tratando de pensar en otra cosa.
Llego al campo en donde se encontraban trotando y hago mala cara al ver el cansancio notorio en sus rostros. Dios, si que es injusto que tengan mas esfuerzo físico que nosotras.
-¡Daniel! -Grito llamando la atención del chico pelinegro que iba a la cabeza de los demás. Me observa y trota hasta mi mientras bebía de su botella de agua.
-¿Mmm? -Pregunta quitándose el sudor de la frente y jadeando.
-Dice la maestra que entren para la otra prueba. - El chico bufa con molestia y se pone una mano en el pecho.
-Esa tía esta flipada de la cabeza, joder. -Jadea. -¡Vosotros manada de imbéciles! -Grita llamando la atención de todos provocandome una carcajada que lo hace reír. -Vamos al gimnasio. -Avisa cuando ya todos se habían acercado, dan un ruidoso quejido acompañado de unas cuantas palabras no muy amables dirigidas a la maestra y se van. -Hey Nicolas te buscaba hace un rato. -Dice y me abraza manchándome de su sudor y estrujándome de aposta.
-Que asco. -Me quejo intentando no reír y lo aparto de mi antes de que pasara su sudorosa frente por mi rostro. El chico ríe y va corriendo hacia los demás, me volteo dispuesta a volver a entrar al gimnasio, pero soy detenida por esa voz gruesa y algo borde que me llamaba desde atrás. Cierro los ojos y rezo por que aquello no demorara mucho para al fin voltearme topandome casi de frente con Nicolas quien me miraba con sorna.
-Tu y yo, tenemos que hablar. -Gruñe haciéndome estremecer, y es que escucharle hablar así de serio casi como regañandome no era normal.
-Venga... Soy todo oídos. -Hago un ademan con la mano y hablando seriamente.
-Aquí no. -Murmura tomándome de la mano y arrastrándome hasta adentro. Decido no poner mucho empeño en zafarme, conociéndolo seria capaz de ponerme en ridículo si así lo quisiera, y como al parecer no esta de humor eso de seguro pasaría.
Luego de atravesar unos cuantos pasillos y dirigirnos hacia la puerta que daba al patio trasero me doy cuenta de que probablemente me llevaría a "El árbol" . Dicen que hace años estaba de moda ya que ahí hasta la vista del mas curioso no llega, así que se imaginaran para que servia, de seguro él quería matarme... Que conveniente y el que no haya pronunciado nada, ni siquiera un pequeño suspiro, me ponía de los nervios. Pero lo jodido de llegar a aquel lugar de horror no era el maldito recorrido de toda la escuela, sino que justo antes de poder salir estaba el salón de maestros y aunque el que estén todos en clase suene bien... No lo es, siempre te pillan. Y por suerte el afortunado que nos encontró no lleva lo suficiente aquí como para enterarse del uso de ese lugar.
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Fuck Math, Mr. Doblas (Rubius & Tu) ||Terminada||
Fanfiction_______, una estudiante de último año, se encuentra atraída por Rubén, su apuesto y carismático profesor de calculo. A pesar de la brecha de edad y las estrictas normas sociales que lo prohíben, su conexión se intensifica con cada encuentro. Con el...