#32 Último Capítulo

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La ventana se abrió más y un golpe se dejó oír, como si alguien hubiera entrado, luego pasos que se acercaban. Me encogí más.

Me daba igual si me mataban, si solo venían a molestarme ya nada importaba.

-V-vete... -Murmuré en un hilo de voz. -No me interesa saber lo inmoral que soy. -Solté recordando aquella palabra que ya se había vuelto costumbre oír y leer en cada cosa que me decían.

Inmoral, inmoral, inmoral... ¡La moralidad no existe¡ ¿Por qué se empeñan en insultarme con esa palabra hecha por gente cerrada de la cabeza?

De repente todo se silenció, los pasos no se acercaron más, en mi mejilla se dejaba sentir la ráfaga del viento  de madrugada que entraba por la ventana abierta, el silbar de este, oscuridad y nada más y una muy, pero muy baja y suave respiración se dejaba oír sobre la calma de ultratumba, una respiración ajena a la mía, acompañaba mi presencia en esa noche.

-¿Q-quien es? -Pregunté titubeante sin moverme ni un centímetro. Silencio y nada más.

Me armé de valor, ignorando a mi cuerpo débil y temblante, apreté mis ojos de pestañas débiles y ojeras pronunciadas y mordi un poco mis labios secos y partidos, levantando mi cuerpo casi demacarado por la falta de sol y de nutrientes que salían sin permiso en forma de vómito.
Quité mis sabanas, el peso sobre mi presencia y me levanté de mi cama, carcel de mis pesares, lecho en donde dejaría consumir mi alma hasta el día de decirle adiós a esa casa, a esa ciudad de recuerdos pesarosos y de amores frustrados.

Una silueta notoriamente más alta que yo, se armaba frente a mi, el reflejo de la luna iluminaba mi piel pálida, pero no la del sujeto que era nada más una sombra familiar en mis recuerdos. Entonces las chispa se encendió y esta vez las lágrimas que creía secas, volvieron a surgir, mi cerebro empezó a maquinar de nuevo.

-R-ruben. -Murmuré débilmente.

Debía ser nada más un sueño, un vil producto más de mi subconsciente que de nuevo se encargaba de mostrarme su viva imagen, definitivamente esa no era la realidad, no lo tenía en frente mio y yo solo estaba dormida en mi cama, aprovechando cada minuto de la invaluable tranquilidad que me suponía olvidarme de todo por ocho gloriosas horas en la oscuridad de la nocturna plutónica. Era mentira, entonces sentí de nuevo caer en un letargo del sueño, solo lo dejaría seguir, pero joder... Su tacto se sentía tan real.

La figura me estaba abrazando con añoraza olvidada, me apretaba entre sus delgados, aunque fuertes brazos, acariciaba mi cabello, respiraba pausadamente, incluso su perfume, esa deliciosa esencia se colaba por mis fosas nasales y yo lo suspiraba hasta llenarme de ese dulce, aunque cítrico olor. Era el mejor sueño que alguien pudiera tener y yo solo me dejé llevar por él, sonreí de verdad, como no lo hacia en días y llevé mis dedos a su cabello.

Oh... Ese suave tacto que mis dedos añoraban con fervor, estos se deslizaron como gusanitos anciosos y calientes por su rostro suave, su mandibula tallada por los mismísimos dioses nórdicos y su barbilla picosa por la barba que empezaba a salir.

-Besame, por favor. -La silueta habló, deleitando mis oídos y yo me puse un puntas para alcanzar sus labios con los mios que no eran los mismos. Recordé por alguna razón una canción que alguna vez había escuchado, mientras sus labios se movían sobre los mios tiernamente y con alivio.

"Regalame tus labios rotos... Los quiero curar, los quiero besar..."

-Has vuelto por fin. Te extrañaba. -Mis labios se movieron por si solos, mi alma habló. Como se hace en los sueños y yo solo era una espectadora sin mando en mis acciones motoras. -No quisiera despertar. -Esta vez si hablé yo.

Fuck Math, Mr. Doblas (Rubius & Tu) ||Terminada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora