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Abro los ojos notandolo todo claro, me relamo los labios estremeciendome por completo. Recuerdo entonces la primera vez que Rubén me había besado y la sensación que había dejado, era como ahora, mis labios ardían, pero no me molestaba. Es... Agradable. Suspiro incorporandome en las tibias sabanas y volteo viendo hacia el balcón. Duele dejarlo ir...

Cierro de nuevo mis ojos procurando volver a dormir y muerdo mi labio arrugando mi nariz cuando unas ganas irremediables de llorar me invaden. Escondo mi cara en la almohada y dejo liberar un sollozo algo fuerte sintiendo las primeras lágrimas brotar de mis ojos. Odio esto...

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Siento el aire suave mover mi cabello mientras estoy apoyada en la venta abierta al tope de la camioneta de mi abuelo, ese viejo cacharro con olor a carburador quemado y oxidado por culpa de los años me era reconfortante. Solía estar subida en esto todo el día cuando era niña, poco mas y dormía aquí. Suspiro cerrando mis ojos aborrecida del verde paisaje y me incorporo un poco en el asiento de cuero viejo.

-¿Que pasa Bella? -Pregunta con voz ronca y cansada tocando mi hombro. -Te noto un tanto pensante. No me vas a decir que te ya aburre visitarnos ¿O si? -Yo sonrío con burla.

-Que va, abue. -Contesto. -Jamas me aburriría venir a veros. -Volteo dedicándole una media sonrisa que corresponde haciendo marcar mas sus arrugas. Vuelvo la mirada al frente cerrando de nuevo los ojos e inconscientemente llevo dos de mis dedos a mis labios, acariciando estos con suavidad, causandome yo misma un temblor desesperado al recordar los labios de él puestos sobre los mios, nada hasta ahora podía compararse con aquel roce enloquecedor, con esa caricia tan pasiva que te hace sentir como si estuvieras mil metros por encima del cielo. Sonrío con pesar dejando caer mi mano a un lado de la camioneta y hago una mueca.

<<Me estás volviendo loca...>>

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-Anda Bella. -Dice mi abuelo estacionando la camioneta en una carpintería gigante. Subo la ventanilla y volteo a ver al envejecido señor quien sostenía algo de dinero. -Ve y comprate algo. -Agradezco y recibo los billetes al mismo tiempo que ambos nos bajamos del coche. -No tardaré, procura estar aquí en veinte minutos. -Yo asiento y él me da un corto beso en la cabeza para luego entrar a la carpintería. Tuerzo los labios mirando a todos lados en busca de alguna tienda interesante y noto que del otro lado de la calle hay una pequeña librería con descuentos.

Paso a toda carrera evitando ser atropellada y entro al pequeño y acojedor lugar haciendo sonar una campanita en la puerta. Una señora de edad sale detrás del mostrador y me dedica una amable sonrisa que correspondo de la misma manera mientras me adentro entre los pequeños estantes buscando algo interesante. Paso mi dedo por los libros polvorientos hasta que doy con uno del que Nicolas no paraba de hablar, lo cojo liberándolo del estante y lo abro. "Hamlet" empiezo a leer una página al azar y volteo una milésima de segundo al escuchar la campanilla de la puerta avisando a un cliente nuevo y de nuevo centro mi atención en el libro leyendo, casi a susurros, una cita famosa:

-"Ser o no ser, ésa es la cuestión. ¿Qué es más elevado para el espíritu? ¿Sufrir los golpes y los dardos de la insultante fortuna o...

-"... Tomar armas contra un mar de calamidades, y haciéndoles frente para acabar con ellos?" -Hablan con suavidad alarmante a mi costado izquierdo haciéndome gritar y moverme a un lado horrorizada tirando sin querer unos cuántos libros organizados en una pila.

-¡Señorita! ¡¿Se encuentra bien?! -Grita la mujer de la tienda alarmada y volteo hacia su voz.

-Eh-eh... S-si, yo... Es que M-me...Me tropecé. -Explico agachandome frente al desorden de libros para ordenarlos como estaban. Rápidamente y sin querer voltear a ver a la persona que me hablaba, me levanto y cojo de nuevo el libro para comprarlo.

Fuck Math, Mr. Doblas (Rubius & Tu) ||Terminada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora