Una Despedida que Cambio Todo (Extra 2)

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Soltar no es decir adiós, es decir gracias...

Jorge Schubert

* * *

-Por qué siempre haces lo mismo... -reprocha con desdén

-Este es mi deber... -lo ve con seriedad.

-Lo haces por gusto. –insinúa- y lo sabes...

-Tú crees... -esboza una media sonrisa, una pequeña pausa se hace en la conversación y ella lo ve con dulzura- siempre tienes que fruncir el ceño todo el tiempo. –coloca su dedo índice delicadamente entre las cejas de él haciendo un breve intento de deshacer su ceño fruncido.

-¡Deja! –Exclama apartando la mano de ella de su rostro- eres un fastidio...

-Tranquilízate... -dice con seriedad- No tienes remedio en sí, Vegeta... -dice con un poco de decepción en la voz.

-Pues tu tampoco dejas de insistir viniendo cada noche a tratarme como un bebe... -dice eufórico.

-Sera porque eres aun un niño... -insinúa con una risa

-¡Cállate! –Exclama- ya no soy un niño; soy todo un guerrero de élite, y no necesito a nadie que me esté diciendo lo que tengo que hacer...

-¿Te crees muy fuerte, no? –Dice resignada- bueno que vamos hacer con ese orgullo que te cargas, solo espero que no te de problemas en un futuro...

-Nunca te voy a entender cuando dices esas cosas...

-Pronto lo entenderás... -sonríe mientras lo acobija.- ahora duérmete que mañana saldrás a combate con Napa...

-Ya lo sé –reprocha

-Podrá nublarse el sol eternamente; Podrá secarse en un instante el mar; Podrá romperse el eje de la tierra, como un débil cristal. –Recita con dulzura- ¡Todo sucederá! Podrá la muerte cubrirme con su fúnebre crespón; Pero jamás en mí podrá apagarse...

-La llama de tu amor...* -Completa la frase.

-Buenas noches mi pequeño príncipe. –Vegeta al escuchar esto solo desvía la mirada y se refugia en sus chamarras.

Se levanta tranquilamente y de manera sigilosa se pasea por la habitación hacia el umbral de la puerta para salir pero antes de cerrar la puerta una vocecita la detiene. –Bu... Buenas... Noches... Mamá... -susurra entre las cobijas y la oscuridad de la habitación.

-Por un momento pensé que olvidaste todos tus modales. –Sonríe- descansa... -cierra la puerta con cuidado.

* * *

No podías diferenciar donde iniciaban sus nudillos de sus dedos y donde comenzaba la pared que golpeaba con toda su fuerza, la pared recibía toda su frustración y enojo, hasta el punto de desaparecer por completo.

-sería mejor que te calmaras –le advierte- no quiero tener que inventarle una excusa a tu padre de por qué has derribado una pared completa.

-Déjame en paz! –Grita continuando con los golpes hacia la pared

-Si sigues sin poder controlar tus emociones no podrás mejorar en combate, el pensar demasiado y dejar ser controlado por tu ira, dejarte llevar por el frenesí de esa emoción lo único que hará será hacerte ver como un tonto que no sabe nada de...

Lo Extraño Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora