Lo Que Nunca Dices (Extra 3)

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Era normal que se hubiese enamorado de él... se conocían desde niños, la había salvado muchas veces, siempre estaban el uno para el otro cuando se necesitaban; nunca podían hacerse falta. Pero cuando fue le momento en que ambos se habían enamorado, en que momento surgió todo esto... en que momento este sentimiento fue incontrolable...

* * *

-Por qué siempre que venimos al casco de la nave para hablar. –Dice con reproche... -nunca decimos nada y nos quedamos viendo el cielo...

-Porque es divertido Vegeta... -dice con dulzura

-No lo es...

-Claro que si... -estira su brazo lo más que puede hacia el cielo, extendiendo su mano como queriendo tocar el cielo.

-Por qué siempre haces eso...

-Me gusta ver las estrellas. –Afirma- es como si algún día lograse estar con ellas pero por ahora solo puedo intentar alcanzarlas...

-Pero si no hay en estos momentos ninguna estrella en el cielo Mizuki –la ve desconcertado.

-Que no las veas no significa que no estén ahí...

-Eres como el polvo estelar.... –susurra- siempre tan dispersa

-Quizá –afirma, sin dejar de ver al cielo.-

-Pareces una chiquilla. –Afirma- siempre pensando cosas que no tiene lugar...

-Pues lo soy... -dice con una sonrisa. –tengo 12 recuerdas...

Vegeta sabía que pensaba como ella, pero no lo era, podían pensar y coincidir en algunas cosas pero no eran iguales, eran totalmente diferentes y eso era lo que le agradaba de Mizuki. El poder estar a su lado sin decir nada y con una simple expresión decirlo todo...

* * *

Sus manos se deslizaban entre su pecho; limpiando con delicadeza sus heridas, aunque no era necesario, el disfrutaba que ella lo hiciera y ella que él le dejase hacerlo.

-Siempre tienes que terminar así... -dice con decepción- no puedes simplemente salir y dejar esto...

-¡Estas loca! –afirma con arrogancia.

-No quiero que te pase nada malo... -suspira mientras continua curándole las heridas. –simplemente me preocupo por ti...

-Te preocupas demasiado... -dice con desdén, aunque ella ignora el comentario. –deja de preocuparte por mí y preocúpate por ti misma.

-Aja... -dice ignorándolo.

-¡Oye! –exclama llamándole la atención- me estas escuchando!! –se exalta y le toma la mano para llamar su atención, acercándola hacia el quedándose frente a frente uno del otro separados unos cuantos centímetros.

-Que... que te... te pasa... -tartamudea

-Deja de preocuparte por mi... -dice serio

-Lo hago porque me importas –dice nerviosa

-Pues... -desvía la mirada y comienza a susurrar – Yo lo digo porque me importas también...

Aunque no pretendía que ella escuchara eso lo hizo, su cara enrojeció, y sus mejillas ardían; ambos sentían que estaban tan cerca el uno del otro que cualquier cosa podía pasar, o incluso nada.

Lo Extraño Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora