El surgimiento (Extra 7)

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Su respiración era ajetreada, el sudor corría por su rostro que se encontraba iluminado por un foco; con fuerza jalaba de las sabanas para calmar el dolor y la fuerza que estaba realizando en ese momento.

-Relájate un poco... -dice en tono suplicante- de lo contrario solo complicas las cosas Bulma.

-Pero el aun no viene Yoshiro... -dice nerviosa.

-Ya vendrá, pero con o sin él no podemos seguir retrasando esto –admite.

-Quiero que este aquí. –Dice jadeando- lo necesito.

-¡Bulma! –Grita un poco molesto- es por su bienestar, no podemos esperar más o quieres sufrir de nuevo la perdida que tu viste... -le contesta con seriedad.

El rostro de Bulma palidece de solo recordar ese sentimiento de dolor que sintió y de vacío al enterar se había perdido lo más valioso que le podían dar. Dio una respiración Profunda y soltó un suspiro. –Entiendo Vamos a hacerlo. –dijo decidida.

* * *

Los Minutos parecían transcurrir más lento de lo normal, el pasillo era tan largo como si no tuviese un final y el blanco de las paredes con el del suelo se hacía relucir con los rayos de sol que traspasaban las ventanas.

La paciencia no era una de sus virtudes y menos en esos momentos, estaba demasiado tensa y molesta para la situación que se encontraba, la desesperación la invadía en ese momento. Estaba sentada el pasillo en las bancas de espera del hospital, tenía una cara de preocupación, después de tanto que se lo había advertido de quedarse los últimos días al lado de Bulma y de todos sus intentos de hacerle estar atento con ella habían sido en vano; "Que es lo que tiene en la cabeza este hombre" pensó enfadada.

Solo le quedaba esperar a que el mensaje que le había enviado a Wiss fuese visto lo más rápido posible para que vegeta llegase a tiempo.

-En estos momentos debería estas en casa descansando... -dice pegando un fuerte suspiro y con decepción en la voz. Solo le quedaba esperar y nada más. –Tranquilo pequeño; intentare relajarme por ti, vale. –dice con tranquilidad y serenidad mientras acaricia su vientre ya un poco crecido. Su rostro se enrojeció por pensar que pronto estaría en la misma situación que Bulma, que estaría como el día de hoy pero en una posición distinta.

Mizuki se encontraba tan perdida en su fantasía de como seria cuando llegase ese momento no pudo percatarse de lo que ocurría a su alrededor hasta que alguien cruzo rápidamente frente a ella dejando una pequeña brisa tras su paso. La había tomado tan desprevenida que su corazón comenzó a latir con fuerza.

-¡Oye! –Exclamo poniéndose de pie y viendo como la puerta de la sala de partos se abría. –Espera no puedes entrar así, como así! – le dice intentando detenerle pero es tarde para ello.

* * *

-Parece que ustedes dos no se cansan nunca. –se va acercando a ellos con una sonrisa.

Vegeta y Goku detienen su entrenamiento al escuchar las palabras de Wiss, quedándose mirándole fijamente para saber que va a decir.

-Por qué no se toman un descanso –les sugiere a ambos.

-Pero si vamos muy bien –reprocha Goku- además no me siento exhausto.

Wiss pega una pequeña risilla. –Tanto trabajo sin descanso es malo, en especial para ustedes.

-Wiss... -murmura Goku –Porque tu cetro está titilando una luz –insinúa inquietante.

-Un mensaje... -dice observador ante un hecho obvio.

Lo Extraño Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora