Tú, Sabes Bien ©

Capítulo VII. Fiesta Victoriana. Continuación...

Anne:

Como mis padres se fueron antes que nosotros, me subo al auto de Parker.  Es un deportivo negro bastante llamativo.  Parker posee unos gustos muy parecidos a los de papá, siempre he pensado que él es su versión joven o en su defecto, papá era así como él de joven.

Me siento en la parte trasera, ya que mi traje tiene tanto volumen que sería imposible ir en el asiento de copiloto.  Veo que Patrick se sube, ajusta su cinturón de seguridad, gira su cabeza para esbozar una bella sonrisa y me entrega un pequeño brazalete naranja fosforescente.

―¿Para qué es esto Patrick? ―Pregunto con el ceño fruncido.

―Fue idea de Sann.  Todos los que llevamos el brazalete somos Sharman o en su defecto los abuelos Truswell, es decir, es un indicativo de la familia.

―¿Y eso qué importa?  Nunca hemos usado nada de eso ¿Por qué ahora sí? ―Sigo intrigada de cuáles son las razones para que Sann haya decidido el uso del brazalete.

―Es por seguridad Reina ―responde Patrick mientras conduce―, en una fiesta de enmascarados, quizás ingrese alguien no invitado o bienvenido, así que todos los invitados llevarán brazaletes pero la familia tendrá el de color más llamativo.

Asiento a lo que me dicen, no discuto me parece estúpido hacer algo así.  Igual solo asistirán personas que forman parte de la élite por eso ni siquiera me preocupo en colocarme el brazalete, sin embargo lo guardo en la bolsa porque no quiero discutir con Sann.

Como el camino es bastante largo desde mi casa hasta la mansión de los abuelos saco mi teléfono y le envío un mensaje a Sann.

Anne: Prima ¿Cómo está todo? ¿Ya llegaron los invitados?

Sann: ¡Hola Reina!  Sí, sí.  Ya están llegando.  Estoy emocionada, todo se ve fabuloso, ya lo verás.

Sonrío, claro que se debe ver fabuloso.  Sann es experta en lo que hace.

Anne:  Vamos en camino, hoy tengo niñeros.  Voy con Patrick y Parker, dicen que controlarán todo lo que beba.  ¿Puedes creerlo?

Sann: :-)  Si me lo imagino, pero no te preocupes, cuando ellos comiencen a beber se olvidarán del mundo y eso nos incluye a nosotras dos.

Anne: Tienes razón... Nos vemos en un rato  ;-)

Sann: Vale, estoy ansiosa porque llegues.

Con la misma sonrisa que se ha mantenido en mi rostro desde hace rato guardo el teléfono en mi bolsa.

Mis ojos están fijos en el exterior, observo por los vidrios polarizados el trayecto, ya es de noche pasadas las ocho, quizás las nueve.

Unas luces que se reflejan en el cielo hacen que baje mi vista y las observe con más detenimiento, es la casa de mis abuelos.  Las luces, de dos reflectores, se mueven en el cielo de lado a lado, como saludando o invitando a un evento de actores de cine, tal cual como en la entrega de las estatuillas de oro que le dan a los actores de renombre.  Pestañeo varias veces porque si esto es lo primero que observo no me quiero imaginar que hay adentro.

La imponente estructura automática y de seguridad que protege las instalaciones de la casa de mis abuelos se abre para darnos paso.  Los gemelos toman  hacia el estacionamiento privado que posee la casa de los abuelos y parquean el auto allí.  Ellos liberan los seguros de seguridad y abro la puerta.  Parker corre apresurado y me ayuda a salir del auto.