Capítulo XV. Seré lo que tú quieras...

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Canción: "Crazy for You" (Loca por ti) de Adele

"Siempre existe en el mundo una persona que espera a otra. Y cuando estas personas se cruzan y sus ojos se encuentran, todo el pasado y todo el futuro pierde su importancia por completo, y sólo existe aquel momento y aquella certeza increíble de que todas las cosas bajo el sol fueran escritas por la misma Mano.

El amor es arriesgado, pero siempre ha sido así: Hace millares de años que las personas se buscan y se encuentran."

El Alquimista
Paulo Coelho.

Dom:

Anne lleva una media hora buscando y rebuscando algún diseño en todos y cada uno de los catálogos de tatuajes que hay aquí ―en el galpón― y que se los di para que ella decidiera. Llevo mis brazos cruzados ―a la altura de mi pecho―, hace un buen rato que me coloqué mi playera. Tengo algo de cansancio y la paciencia como que la estoy perdiendo. De verdad la dejaría libre y sin tatuarse nada pero me divierte su cara, los gestos que hace cuando le desagrada lo que observa o la mirada fija que mantiene en algún grabado que parece agradarle un poco. Tuerce la boca de forma cómica y eso me hace reír.

―¿Y bien? ―Ella levanta la vista y cierra el último libro que posee dichas imágenes.

―No me gusta nada.

―Bien. ¿Qué prefieres? ¿Me inspiro o creamos algo en el programa, en la computadora? ―Pregunto a la vez que me levanto de la silla giratoria.

―¡¿Crear?! ―Asiento y aparto el libro que le traje a Anne― Ayúdame a crear algo... o bueno, crea algo tú.

―Vamos.

―¿A dónde? ―Pregunta con el ceño fruncido.

―A la oficina. Ahí está la computadora. Debemos ver que te gusta o que eliges.

―No quiero ver nada Dom ―La observo fijamente. Eso qué quiere decir, me pregunto―. Confío en ti, haz el diseño que quieras.

Vaya estoy bastante sorprendido. En el fondo ―y después de negarlo mil veces― pude ganarme la confianza de esta chiquilla.

―Bueno Anne... Por lo menos debo saber en dónde lo quieres.

―¡¿Sinceramente?! ―Asiento con tranquilidad―. En ningún sitio.

Río de forma frenética y niego a la vez. No la dejaré salir de aquí hasta que por lo menos se haga un pequeño lunar. Con algo en la piel sale hoy de mi estudio así como me llamo Dominik Alexander.

―Eh... Ah... ―frunzo el ceño―. En un lugar discreto. Que no lo pueda ver todo el mundo, solo quien yo quiera.

Abro los ojos como platos ¿Un lugar discreto? Esto no estará nada fácil y menos cuando estamos solos en este espacio cerrado. Sin embargo mi parte cerebral profesional me hace hablar.

―Anne ―ella levanta la mirada ante mi llamado―. Verás, recuerda que un tatuaje es algo que dura para toda la vida... O bueno, así debería ser. Hay lugares del cuerpo en los que no estoy de acuerdo en plasmar algo. No es porque no quiera sino que el diseño se puede ver deteriorado con los años.

―¿Dónde quieres tú el tatuaje? ―¿Ves? Esas cosas que dice son las que me mantiene con las neuronas a millón, ya hasta siento como la corriente se mueve en mi cabeza ¿Por qué será que me pregunta eso?

Camino y cuando estoy cerca de ella tomo su mano, noto que están tan frías como hace minutos atrás. Todo en ella me dice que está súper nerviosa o mejor dicho que se mantiene algo intranquila.

Tú, Sabes Bien ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora