Tú, Sabes Bien ©

Capítulo XXVII. Nuestro Mundo.

Canción: "Andas En Mi Cabeza" de Chino & Nacho Ft. Daddy Yankee

"Cada vez que nos encontramos estoy destinado a la perdición.  Se me pierden las palabras, los ojos, los suspiros, la noción del tiempo, mi vida, el mundo, los besos, los deseos, e incluso me pierdo yo... en ti, en tus ojos, en tu todo.  Me pierdo tanto que después no soy capaz de encontrarme. Pero lo mejor de perderme es que te pierdes conmigo, juntos viajamos a otra dimensión.  Por eso sospecho que eres mi sublime perdición... grata y amorosa perdición.

Te besaré los perdones hasta hacer desaparecer tus pecados, y te amaré tanto que le suplicarás clemencia al amor."

Sinfonías Perdidas.  William Osorio Nicolás.

Dom:

La suavidad de su piel, su olor, sentirla entre mis brazos, tenerla así, aquí y conmigo reafirma aquel dicho de que una mujer es capaz de girar el mundo de un hombre.  Nunca me detuve a pensar esas cosas de que el amor y la atracción sobrenatural entre dos personas existe.  Siempre consideré que enamorarse era un estado anímico de lo más aniquilante, que el amor se hizo para las mentes débiles y carentes de fuerza, sin embargo mi idea preconcebida logró modificarla una señorita de cabellos muy rojos.  Conocer a Anne se convirtió en el más placentero suceso que le ha ocurrido a mí vida. 

Lo que en un principio comenzó como un juego hoy en día ha cambiado en su totalidad.  Muy a pesar de que hemos jugado dentro y fuera del sexo, cosa que me fascina de ella, que nuestro noviazgo ha estado inmerso en exquisitas locuras –en las cuales participa plenamente– y que se han desatado encontronazos, como los que ocurrió en el estudio, no cambiaría ni un solo segundo de lo que ha pasado, al contrario, sería doblemente excitante vivir de nuevo todo lo que hicimos.

Sencillamente, ella es mi ancla en el mundo.  Los hombres somos más dependientes de las mujeres y no al revés, sé que las protegemos y resguardamos pero ellas son más fuertes que nosotros ya que son las causantes en despertar ese indomable deseo por mantenerlas seguras, creo que por eso desarrollamos esa actitud, si no mira como soy con mi hermana, de igual forma pasa con los gemelos y mi novia.  Lo asombroso es que me gusta esa necesidad, me atrae sentir la urgencia de besar y probar en repetidas oportunidades su cuerpo, de escucharla gemir y jadear producto del placer, de verla reír, llorar y hasta rabiar por diferentes razones.

Cuando todo ese cúmulo de facetas, actitudes y temperamentos ―que engloban al ser humano que te atrae― se vuelven placenteras en definitiva concluyes que tienes que estar enamorado. 

Y yo me he enamorado de ella.  Está semana, soportando su ausencia, me terminó de demostrar que no podemos estar separados, que más allá de lo que pasó mis sentidos se mantienen serenos cuando su risa resuena en mi cabeza, o simplemente cuando me abraza y juega con los dedos de mis manos, algo que he notado le gusta mucho.  Parece que podemos perdernos por horas en nuestro mundo, ella, jugando con mi cuerpo, yo, admirando sus gestos.  No puedo ni tolero tenerla lejos.

―Estás bellísima ―ella se suelta levemente de mi agarre, gira su cuerpo y apoya sus manos en el pliegue que se hace en la parte interna de mis codos.  Observa mi cuerpo de arriba hacia abajo, parece que le complace verme.  Suspira profundo y con la mirada bastante tranquila musita:

―Tú también estás... demasiado bello.  Eres muy atractivo Dom ―sonrío algo apenado, la verdad es que no estoy acostumbrado a los halagos de una mujer.  Por lo general no soy un adulador en potencia y tampoco los recibo a diario, sin embargo, las cosas con Anne se han tornado muy diferentes, ella es abierta a decir lo que le gusta y yo he tenido que experimentar eso de expresar mis sentimientos, cosa que no he logrado en su totalidad.