Capítulo XVI. Eres más que un capricho.

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Canción: "Need You Now" (Te Necesito Ahora) by Lady Antebellum

"Aprenderé historias para contarte, inventaré nuevas palabras para decirte en todas que te quiero como a nadie...

¿Se pueden inventar verbos? Quiero decirte uno: YO TE CIELO así mis alas se extienden enormes para amarte sin medida."

Frida Kahlo.

Anne:

Seré lo que tú quieras Anne. Esa frase ha retumbado en mi cabeza los últimos dos días con sus noches incluidas. Ni siquiera yo misma sé que es lo que quiero..

He llegado a pensar que estos grados de confusión no son nada favorable para mi psique. Pienso en Dom a toda hora, y más cuando me veo el grabado en la piel. Nadie lo ha visto, a nadie se lo he mostrado y eso que duele a más no poder. Como que me duele más ahora que en el momento en el que Dominik me estaba taladrando la piel.

Quizá el momento en el que me besó y jugó con mis pechos ―como le dió la gana― fue el causante de que olvidara un poco el grado de ardor que ya me estaba quemando las terminaciones nerviosas.

Ya tenemos todo listo. Sann y yo partimos a Estados Unidos en unas dos horas. Ayer salí con él y me despedí. Pero soy sincera... No me quiero ir. Después de insistirle a mis padres hasta el cansancio en relación al viaje, ahora no quiero subirme a ese avión. Me quiero quedar en Londres.

Pero bueno, no hay opciones. Son solo dos semanas, además que estoy segura que esas dos semanas será el tiempo necesario para que yo decida hablar con Savannah y abrir mi mente a lo que él y yo hemos comenzado ¿Por qué se supone que comenzamos algo, cierto?

Estamos en el aeropuerto y veo que mamá habla por teléfono con su amiga ―mi tía Valery―, cada dos por tres me mira y sigue enfrascada en su conversación. Sé que está hablando de nosotros, le está dando el mismo discurso que nos dió a Sann y a mí, a mi tía. Qué si no podemos salir solas, que controlemos el alcohol, que no podemos estar de madrugada en Nueva York, que muy pendiente de que bebemos, que abunda la droga, que, que, que. Mamá me volverá loca...

―Hola princesa.

―Hola papá ―respondo y siento como un brazo de mi padre pasa por encima de mi cabeza para atraerme hacia él.

―Quizá esté equivocado... Pero no te ves muy animada princesa.

Suspiro profundo y me giro para observarlo. Mi padre y yo tenemos los mismos ojos y la misma mirada. Lo más increíble es que él puede descifrar la mía, parece que lee mis pensamientos.

―¿No te molestas si te digo la verdad? ―susurro muy cerca de él. Papá frunce el ceño y niega a la vez―. No quiero irme papá.

―Entonces quédate –espeta y luego besa mi frente.

―No puedo. Mira a Sann. Ella está feliz... Emocionada. No es justo que le haga eso y más cuando solo falta menos de dos horas para subir al avión.

―¿Algún chico ronda la cabeza de mi princesa? ―No respondo, sin embargo no es necesario ya que mi padre asiente y me da a entender que acertó a la pregunta―. Bueno hay cosas que no te podré ocultar jamás. Desde que conocí a tu madre, como es debido, no cuando era niña; jamás he podido separarme de ella. Y más allá de estar embarazada de ti yo hice hasta lo imposible por llevármela, por tenerla a mi lado día y noche. ―Las palabras de mi padre no están surtiendo el efecto deseado ¿Qué carajo pretende explicarme? ― Anne. Haz el viaje. Intenta disfrutarlo. Allá te darás cuenta si esa necesidad por estar con él es más que todo capricho o hay de por medio sentimientos.

Tú, Sabes Bien ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora