Tú, Sabes Bien ©

Epílogo 2da. Parte

Canción: Cuando Tus Ojos Me Miran de Franco De Vita Ft India Martínez.

"Esta es una historia sencilla, pero no es fácil contarla.  Como en una fábula hay dolor, y como una fábula, está llena de maravillas y de felicidad.

La vida a veces duele, a veces cansa, a veces hiere.   Ésta no es perfecta, no es coherente, no es fácil, no es eterna, pero a pesar de todo La Vida Es Bella.

¡Boungiorno Principessa!"

Roberto Benigni – La Vida es Bella.

Dominik:

Anne tiene siete meses de embarazo.  Hoy amaneció tremendamente insoportable.  Desde que despertó no ha hecho más que quejarse y discutir por todo.  Sé que se siente fatigada, que su abdomen está súper estirado y que hasta el hecho de caminar y dormir se ha vuelto toda una proeza.  Pero, ¿qué hago, acaso puedo solucionar algo así sino es esperando a que ella dé a luz? 

Suspiro profundo.  Debo tener paciencia e intentar no seguirle el hilo a la discusión ya que la situación será peor. 

Mi móvil vibra así que lo tomo para leer el mensaje.

Hola, Dominik.  He llamado a Anne varias veces y no me responde, ¿está bien?

Es mi suegra, debe estar preocupada.  Sinceramente, ni siquiera he escuchado el móvil de mi esposa, lo más seguro es que esté en silencio. 

Hola, señora.  No está de buen humor, pero físicamente está bien.  Ya le digo que la llame.

De inmediato su respuesta llega.

Hmmm, voy de camino a tu casa.  Nos vemos en unos minutos. 

Entro a mi habitación, ya que estaba recogiendo algunas cosas regadas en el dormitorio que compartirán las niñas.  El señor Steven está haciendo un enorme mural en las paredes de dicho lugar y como no ha terminado hay todo un reguero así como cosas envueltas en cajas de madera y plásticas para protegerlas de la pintura.  Debo conversar con él para pedirle que se apresure en esto ya que a Anne se le puede adelantar el parto. 

Desde hace dos años trabajo en el emporio automotriz de los Truswell.  Me negaba al hecho de hacerlo, sin embargo, el señor Truswell aceptó una pequeña y vana condición que le pedí.  Quería surgir por mis conocimientos más no por el hecho de ser el esposo de su hija, y así ha sido, poco a poco he podido escalar gracias al mérito propio y no por la influencia de mi suegro, creo que hasta ha sido un poco más exigente conmigo que el resto de los cerebros que diseñan autos en todas sus sucursales, tanto así que es fin de semana y un enorme bloc espera en mi mesa de trabajo porque tengo la mitad de un lujoso auto ―en bosquejo―  sin terminar.

Entro y veo un montón de ropa regada en la cama.  Camino unos pasos y justo cuando voy a hablar me interrumpe.

―No digas nada.  Ya la voy a recoger ―Su tono es seco, en realidad solo le iba a avisar que su madre está de camino. 

―Ya no me dejas ni hablar.  Tú mamá, viene en camino.

―¡¿Qué?! ―exclama sorprendida.  Me encojo de hombros, no entiendo su reacción―  ¿Por qué mamá viene si no quiero ver a nadie?  ―Sigue sacando y sacando ropa como loca sin cesar.

―Anne, basta.  Ya deja de tirar trapos por todos lados ―zanjo de inmediato.  Gira su cuerpo y me observa con ojos inquisidores. 

―Claro, como no eres tú el que está así ―restriego mi rostro con ambas manos.  Tengo paciencia pero, es evidente que la está agotando.  Doy un paso hacia ella  y se aleja cada vez más, eso me obliga a cruzar los brazos―. Nada me queda, estoy toda hinchada, muero de calor a cada minuto, no puedo dormir bien, me siento como una bola andante ―Cada vez alza más la voz―, todavía me falta dos meses para parir ―La observo y sus ojos están vidriosos, sé que va a llorar y no me equivoco ya que las lágrimas corren apresuradas por sus mejillas.  Las hormonas están volviendo loca a mi mujer, cambia de ánimo en menos de dos minutos.  Lo terrible es tratar de controlar todo esto ya que no tengo idea de cómo hacerlo.