Capitulo 1

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-Pórtate bien princesa, luego vengo a recogerte- la digo a Rachel mientras la coloco la mochila.
-Vale mami- me abraza a mí y a mi abultada tripa- Te quiero Dan.

Le da un beso a mi vientre y sale corriendo hacia la puerta del colegio para reunirse con sus amigas.
Yo la observo hasta que entra por la puerta y después me dirijo al coche de Gemma.

-¿Se ha quedado bien?- me pregunta cuando cierro la puerta.
-Si, ella con sus amigas está en la gloria.

Ella sonríe y pone rumbo hacia mi casa.

-¿Donde está?- la pregunto a Gemma.
-En casa, con mi madre- me contesta insegura- Está enfermo.

Yo asiento con la cabeza y me bajo del coche, con ella pisándome los talones.

-¿No ha sido capaz de venir a llevar a su hija al colegio?- la digo enfadada.
-Ellie... Sabes que quería venir. Te lo dijo ayer- me explica- Pero se ha levantado vomitando y no quería que la niña lo viera mal.

Yo suspiro y asiento con la cabeza, estos cuatro últimos meses, he estado muy a la defensiva.

-Lo siento Gemm, sabes como he estado estos últimos meses.
-No hace falta que te disculpes cielo. Te entiendo.

Me sonríe y yo me abrazo a ella tanto como mi barriga nos lo permite.

-¿Te importa que vaya contigo a casa? Quiero verle- la digo.

Ella asiente y salimos de nuevo hacia el coche, con la diferencia de que todo está lleno de periodistas ahora.

-¿Como estas llevando la ruptura Ellie?
-¿Por qué habeis roto?
-¿Es cierto que le has engañado con un amigo suyo?

Me monto en el coche antes de que me sigan preguntando idioteces.
Gemma acelera lo máximo que puede y sale de mi casa, poniendo rumbo a la suya.

-¿Estas bien?
-Si, me he acostumbrado- la sonrío de lado.

Ella me coge de la mano y continuamos nuestro camino.

{...}

-!Hola mamá¡- grita Gemma cuando entramos por la puerta.
-Hola cielo- dice ella desde la cocina.
-!Hola Harry¡- grita de nuevo a su hermano.
-¿Como están?- grita él desde el salón.
-Pregúntaselo tú- le dice.

Y se escucha un golpe, y después unos pasos y a los dos segundos, Harry aparece en mi campo de visión.
Está vestido con un pantalón de chándal y una sudadera negra, y está pálido, muy pálido.
Yo le miro, él me mira, ninguno de los dos hablamos.

-Ellie cariño- dice Anne apareciendo por la cocina- ¿Como estas?
-Muy bien- la digo con una sonrisa.
-Me alegro cielo, ¿café?

Yo asiento y la acompaño a la cocina seguida de Harry y Gemma.

-¿Como está Rachel?- pregunta Anne entregándome mi café.
-Muy bien, hoy estaba muy contenta de volver al colegio- sonrío.

Ella me sonríe y se sienta a mi lado para tocarme la barriga.

-Te queda ya poco.
-4 semanas- le informo.
-¿Al final le cambiaste el nombre?- pregunta Gemma.
-Si, lo cambiamos entre Rachel y yo- sonrío.
-¿Como le vais a poner?
-Dan.

Todos me sonríen, incluido Harry, le gusta mucho ese nombre.

-Bueno, Gemma y yo nos vamos de compras- dice Anne- No tardaremos mucho.

Yo asiento y me levanto para darlas un abrazo a las dos.
Cuando se van, me dirijo de nuevo a la cocina, de donde Harry no se ha movido.

-¿Como estas?- le pregunto.
-Ya mejor, no se que me ha pasado.
-Probablemente te haya sentado mal la cena de anoche- él asiente y bebe un sorbo de su café.
-¿Rachel está bien?
-Si, está muy bien.
-¿Has vuelto a hablar con tu hermano?
-No, la última vez que hablé con él fue el dia que te marchaste, para darle las gracias.
-¿Las gracias?- asiento- ¿Por qué?
-Por haberme destrozado la vida.

Él se queda callado y de repente se levanta para darme un abrazo.
Yo le abrazo, o al menos lo intento, y me deleito de él.

-Siento haberme ido de esa forma, pero no podía soportar que te alejaras de tu familia por mí- me dice.
-No me estaba apartando de mi familia- le digo.

Él asiente y me abraza más fuerte.

-¿Vas a venir a la ecografía?- le pregunto.
-¿Cuando era?
-Hoy a las tres de la tarde. Recojo a Rachel y me voy para el hospital.
-Pues me voy contigo a recogerla y nos vamos para allá.

Yo asiento y le miro a esos ojos verdes que aparecían en mis sueños estos últimos cuatro meses.

-Os he echado de menos- me susurra tocándome la barriga.
-Nosotros también- coloco mi mano sobre la suya.

Él junta su frente con la mia y cierra los ojos.
Siento su respiración, y tengo unas ganas de besarle...
Él como si me hubiera leído el pensamiento, aparta su mano de nuestro hijo, y me la coloca en la cara y junta nuestros labios.

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