Una mano le cubrió la boca y Gabrielle abrió los ojos de golpe,aún no podía ver a quien lo tomó por sorpresa,todo estaba oscuro y su atacante aún no hacia el primer movimiento con el que le permitiera saber lo que pasaría a continuación.
-¡Shhh! No hagas ruido. Foran le lanzó una mirada precavida hacia donde Horas estaba durmiendo. Un suave ronquido del gigante les aseguró que no se había despertado. Con un gesto de su mano el muchacho le indicó a Gabrielle que lo siguiera en silencio. Éste se apoyó en los codos y salió fuera de la cama con mucho cuidado. La puerta estaba entre abierta y por lo que pudo notar no había nadie más.
-¿Qué sucede?.
(...)
Era un castigo tanto para él como para sus seguidores el ser merodeadores de la noche,huyendo de la luz y el orden,viviendo entre sombras y caos,sin ser capaces de dar un paso atrás,sin poder huir del odio que corría por sus venas y aún así desear con desesperación ser libres y sentir el sol abrazar su piel de nuevo.
Como él, muchos seguían soñando con el día en que el rey cayera,con el día en que se les hiciera justicia y dejar de huir como sombras en la noche,él tenía la responsabilidad de guiarlos,de ser la voz que impartiera el orden entre ellos,porque,como podían serle fieles,de igual forma podían matarse entre ellos. Nunca deseó con tanto anhelo el ser libre como aquel día. Sonrió con duda y parpadeó un par de veces,respiró profundamente reprimiendo una maldición al saber que Horas le odiaría cuando despertara. Apretó los puños con tanta fuerza que estos se volvieron blancos.
Estaba sentado encima de una gárgola de la vieja catedral,desde abajo nadie podía notar su presencia y desde ese punto él podía ver a París dormir sin pena. De pronto el ruido de pasos lo alertó,crujió su cuello y respiró profundo para no dar marcha atrás en lo que iba hacer.El muchacho venía con Foran,en su rostro se notaba la duda,aún de noche,pero debía confiar mucho en su acompañante si aún creyendo que pudiera morir aquella noche le acompañaba.
-Los dejo,seguiré con el rondín.
Le guiñó un ojo y Gabrielle se volvió con sorpresa al ver que lo dejaba solo con aquel hombre.-¿Piensas quedarte en ese lugar toda la noche?. Solan no le miró, pero Gabrielle supo que estaba curvando una sonrisa de esas que solía lanzarle que le aterraban. Él tenía el control de su vida,seguramente esa noche lo mataría de una vez y lanzaría su cuerpo desde esa altura,sin embargo, estaba cansado de suponer y esperó a que el Fantôme decidiera que hacer con él.
-Lo que sea que vaya a suceder puedo esperarlo en este sitio.
-Bueno,supongo que no ha sido agotador el llegar hasta aquí-dijo-Dio media vuelta y bajó de la gárgola. Gabrielle lo miró de reojo y vio que el Fantôme se dirigía cerca de donde estaba parado.
-Va a matarme.
Las suaves palabras del chico le sorprendieron,esbozó la sonrisa que había estado reprimiendo y por fin se acercó a él.-¡Dios,no!-dijo con fingido horror-¿Qué te hace pensar tal monstruosidad?.
Gabrielle no respondió al sarcasmo. El aire era más helado a esa altura,su piel blanca ahora cubierta por algunas magulladuras estaba medio expuesta y el Fantôme dirigió la mirada ahí,luego a sus labios para después subir a sus ojos.
-Si no piensa matarme,entonces ¿qué planea hacer?.
¿Qué le haría? Buen punto,él tampoco sabía a ciencia cierta lo que quería de ese chiquillo, en sus planes nunca había estado dejarle con vida y ahora que Horas lo traía pegado a sus pantalones le costaba decidir que hacer con él.
-Estoy intentando ser agradable, Gabrielle. No me lo pones muy sencillo si me hablas de esa manera.
El muchacho bufó por la nariz.-Tengo la certeza de que mi tono es irrelevante para usted señor.
Solan le dio una última advertencia con la mirada.
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El Color del Dolor
RomanceSinopsis: Gabrielle es un joven soldado ingenuo y noble, que tras una dura pelea cae en manos del delincuente mas despiadado que ha pisado las calles de París, entregado a su venganza de hacer pagar a los malditos que marcaron su cuerpo y alma de do...