Cap.21

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Phillippe se removió en su lugar e inclinó levemente el rostro dándole un enfoque distinto a lo que estaba viendo,luego sonrió,pero aquello parecía un espectáculo que pensaba disfrutar al maximo,como si el ver a Barberino no le causara repulsión alguna.

¿Sería que de verdad aquel hombre no tenía remordimientos?  No lo parecía, al ver la forma tan apacible que tenía de dormir,como su respiración se notaba compensada y tranquila. Phillippe hizo un gesto de fastidio y colocó ambas manos en sus piernas para dar el vuelo y levantarse.

-¡Ey,despierta!...
Removió a monseñor con un gesto brusco, pero éste no parecía sentir molestia alguna. -¡Anda ya,despierta!.

-¿Eh?.
Monseñor se despertó confundido y molesto. Nadie nunca se atrevía a molestarlo,entonces ¿quién rayos lo intentaba ahora?-Phillippe ¿Qué es lo que deseas?-gruñó,decidido a sacarlo de su habitación cuanto antes. El rey volvió a torcer una mueca burlona,con una mano en el mentón, como si realmente le costara trabajo pensar en algo en lo que Barberino pudiera ayudarle.

-¡Perdonadme señor porque he pecado!-respondió,con un dramático alzamiento de brazos y Barberino se levantó furioso.

-No impresionas a nadie con tus espectáculos grotescos, si acaso a tu tonta corte que carece de valor para mofarse en tu rostro.

Eso,muy por el contrario de ofenderlo,encendió algo dentro de la cabeza del rey,tocó una pequeña parte en su interior, una a la que le gustaba el reto,porque de esa forma lo vio,como un reto.

-Barberino,hieres mis sentimientos, ¿Cómo puede un hombre de dios ser tan hiriente con sus súbditos?.

-Mi paciencia tiene un limite,Phillippe. Entrar en mi habitación de madrugada es un acto que raya en lo irracional,hasta para alguien como tú.

¿Cómo lograba el rey seguir con esa sonrisa burlona que bailaba en sus labios y al mismo tiempo mirarle con ojos de locura?.

-Los servicios del señor carecen de horarios,Barberino. Mi alma se encuentra atormentada ¿Acaso no lo ves?.
No,él solo veía a un loco,un hombre dañado y peligroso.

-¿Podría tu alma esperar unas cuantas horas? No creo poder liberarla de su sufrimiento en estas condiciones.

-Los pecadores somos algo impacientes ante el perdón, Barberino. ¿Qué pasaría si muriera en estos momentos?.

-Que irías a donde perteneces. Ni siquiera hubo duda en su respuesta. Lo odiaba,quizá tanto o mas que al mismo demonio seductor que lo había hecho caer,que había corrompido su alma al extremo de manchar su carne,le odiaba tanto como odiaba a Solan.

-Pertenecemos al mismo lugar Barberino, no lo olvides.

-Te equívocas-respondió-Tú y yo no somos iguales. Tu cinismo es enfermizo-Alegó creyendo sinceramente haber escuchado algo completamente absurdo, y por supuesto se sintió ofendido y furioso ante la sola comparación.

-Sí,soy un cínico, y el mundo lo sabe,tú lo sabes y hasta tu dios,sin embargo, somos muy parecidos.

-¿En que se supone que nos parecemos? -Preguntó,luego se cruzó de brazos para escuchar alguna tontería, pero Phillippe se movió con rapidez logrando estampar a monseñor a la pared, éste se sorprendió de inmediato y ambos comenzaron a forcejear,cuando Phillippe logró dominarlo de vuelta le respondió.

-Ambos somos monstruos, pero yo no soy tan hipócrita de esconderme en una sotana,en cambio tú, pides la adoración a tu santidad,la cual obviamente no existe.

Barberino gruñó,tratando de zafarse las muñecas que Phillippe tenía agarradas con fuerza.

-¡Mentira!-exclamó muy fuerte-¡Eso es una mentira!.
El rey volvió a burlarse de él al ver su reacción. Encontraba muy divertido molestarlo,pero en algo tenía razón. Ambos eran
monstruosos,pero Phillippe lo aceptaba,es más, podría decirse que  disfrutaba siendolo,pero era diferente para Barberino, él nada tenía y sólo contaba con el amor incondicional de su pueblo,de saberse lo perdería todo.

El Color del Dolor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora