Cap.19

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Para ser alguien a quien le estaba faltando el aliento ese soldado se aferraba muy bien a su pecho,ni siquiera podía quitárselo de encima y sacar su espada.
Cuando las manos del soldado volvieron a apretar su camisa,supo que era el momento de parar aquello. Apretó aquellas manos con fuerza y las arrancó de sus ropas.

—Basta—murmuró,pero el agarre del soldado se volvió mas fuerte y seguía murmurando palabras que ahora no tenían sentido—¡Basta he dicho! —. Esta vez pegó un grito, pero pudo darse cuenta rápidamente de que su estado estaba empeorando. ¡Rayos! No era su intención cargar con un muerto aquella noche,mucho menos con un tipo que le gustaba besar hombres.
Ese pensamiento lo hizo sobresaltarse. La idea no le disgustaba tanto,sino el saber que era confundido con alguien mas,¿siempre sería así?. Odió la idea de ser alguien cobarde que no permitía que otros supieran lo que había en su interior,de esa forma lograrían darse cuenta que ahí muy dentro había un ser,alguien que quería ser algo mas que una sombra escondida o un suspiro de placer,alguien que podía llegar a ser el consuelo y compañía deseable.

Iba a patearlo o algo,lo que fuera que le permitiera deshacerse de él de una buena vez,y estaba a punto de hacerlo cuando el soldado abrió lentamente los ojos.

¿Quién diablos era ese maldito de mirada profunda?.

(...)
A Solan el aturdimiento le bastó unos segundos,al cabo de ellos le vino el pánico y el latino desenfrenado de su corazón. Estaba perdiendo poco a poco la razón,esta dama cruel y burlona que siempre había sido escurridiza de distintas formas en su vida,ahora le veía el rostro y luego la espalda al verla marcharse para siempre después de aquel primer beso real. Entonces entendió algo que deseó no entender jamas. Estaba sinceramente atraído por otro hombre. No era lo mismo dejarse llevar por el instinto de su cuerpo y dejarse arrastrar por el placer que esto le producía. No,no era lo mismo permitir que desear y definitivamente él no sería el mismo después de admitir ese primer beso sincero.
Con prisa se separó de Gabrielle sin llegar a juntar el valor para verle a los ojos,pero como era de esperarse éste le hizo la única pregunta que no estaba dispuesto a responder ahora.

—¿Po...porqué me besó?.

Antes de dar una respuesta giró el rostro a ambos lados temeroso de que alguien los hubiera descubierto. ¡Ja! Ahora era cuando se cuidaba,minutos antes no lo había pensado y se había dejado arrastrar por la tentación de probar sus labios y ahora se preocupaba de si alguien los había visto. Su conclusión,la razón si se le había escapado.

—¿Qué?—respondió un fingido desinteres—Ah,eso. Olvidalo,me pareció divertido al ver tu expresión.

¿Divertido?....

Como si un golpe le hubiera atravesado el pecho Gabrielle se sintió herido y usado. Sin duda era el peor de todos. Por lo menos los otros le habían mostrado su odio en cuanto le habían visto,él... Él simplemente lo confundía.

—Me ha besado....¿Sólo por diversión?. ¿Qué clase de persona es que hace ese tipo de cosas?.

—Una que conocerás muy bien si no te callas de una jodida vez. ¿Acaso quieres morir?.—Resopló con frustración. El enojo al verlo aumentaba considerablemente. Para Solan, era Gabrielle quien tenía la culpaba de lo que estaba pasando,si no tuviera esos ojos,o esos labios,él no... ¿A quién engañaba? El maldito ese le atraía de una forma arrebatadora y cruel.

Gabrielle bajó los ojos al ver el enojo del fantôme, suficientes enemigos tenía ya como para hacerse del mas irracional de todos ellos. Así que simplemente prefirió callar.

—¿Qué,no dirás nada?.
De toda esa situación, quizá el que se quedara callado era lo que mas le frustraba. Sencillamente no le entendía. No había nada que lo desquiciara,nada que le hiciera perder ese maldito control que tenía o simplemente se quedaba callado por miedo,y esa era la posibilidad mas alta para Solan.

El Color del Dolor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora