Cap.26

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Amerís soltó un gruñido voluntarioso y llevó la mano al costado del cuerpo,justo donde tenía la herida. Ese hombre le había gritado que se largara,y él por supuesto,no estaba dispuesto a rogarle a nadie por posada,aunque se desangrara en el camino y su sangre manchara las calles de su amada París, jamas le rogaría para quedarse. Contuvo el aliento,apretó los dientes y los ojos al mismo tiempo y avanzó dos pasos con toda la proeza que significaba el caminar con una herida recién abierta.

—¿Qué rayos pretendes hacer?. Malaquias le preguntó molesto. Pero Amerís no pensaba responderle,se iría tan rápido que ese gitano no recordaría el haberle ayudado y si lo hiciera sería peor para él, porque no estaba dispuesto a agradecer nada. Siguió sin responder cuando había casi logrado atravesar la habitación en la que ambos estaban le detuvo Malaquias.

—Estas loco si crees que puedes andar por las calles con una herida como esa. El rubio le lanzó una mirada de hastío y avanzó otro paso,pero Malaquias era mas rápido obviamente,y ya fastidiado le jaló de la camisa haciéndole retroceder varios pasos.

—Así que eres testarudo,mmh,no es nada nuevo para mi,estoy acostumbrado a lidiar con chicos cómo tú. Cuando dijo eso se dio cuenta de que había cometido un error—Amerís le lanzó una nueva mirada que le costó descifrar —No vas a ir a ningún lado.
Malaquias lo soltó y Amerís se sacudió,ahí donde el hombre le había tocado,en su rostro se notaba que no le gustaba el ser tocado,pero el hecho de que lo hubiera tocado ese gitano empeoraba la situación.

—No vuelvas a tocarme gitano,no tientes tu suerte.
Ambos hombres estaban bastante cerca, lo suficiente para que ambos notaran que entre ellos había una rivalidad palpable,pero fue Malaquias el que dejó claro que le importaba una mierda lo que opinara el soldado ese.

—Si yo quiero hacerlo no vas a poder impedirlo,Soldado—Sonrió—¿Cómo te digo esto? Pues soy un tanto Caprichoso—Despues su sonrisa se volvió un gruñido amortiguado por el crujir de dientes y nudillos. Aunque el soldado tampoco fue alguien que le gustara quedarse atrás.

—Vaya,un gitano caprichoso,que sorpresa— respondió con sarcasmo. Le molestó ver que el gitano solamente se cruzó de brazos y por la sonrisa en sus labios,la situación le estaba divirtiendo.
A Malaquias sencillamente le gustó sacarlo de sus casillas,no era del tipo de personas que hacía lo que los demás pretendían que hiciera,al único que podía decir que obedecía era a Solan,pero ese era otro cantar.

—El mundo esta lleno de sorpresas soldado—Quizá no fue tanto lo que Malaquias haya dicho,sino la forma en que lo dijo y cómo recorrió a Amerís con la mirada. El soldado no supo bien,pero aquello le recordó a cuando el gitano lo encontró inconsciente. ¿Habría dicho algo comprometedor? ¿Porque le daba la sensación de que el gitano se burlaba de él?

—No sé de que mierdas hablas. Le respondió,pero se notaba nervioso. Lo que hizo que el gitano se mirara satisfecho con lo que había logrado.

—No eres exactamente quién para juzgar,soldado. Porque...supongo que me habrás visto.

—Ya te dije que me importa una mierda tu vida y lo que hagas con ella,yo sólo quiero marcharme de este lugar y no volver a verte jamas. Eso es todo.
Amerís se notaba desperado por largarse,le aterraba la idea de que alguien descubriera su secreto,de que fuese juzgado por su desviación y lo repudiaran. No podría cargar con eso,sería su muerte y estaba seguro de que ese gitano quería aprovecharse de eso para sacarle favores,pero él no estaba dispuesto,¡No! ¡Jamas se dejaría usar por un gitano!.

—¡Ahhh! Hieres mis sentimientos, soldado. Soy alguien sensible. ¿Qué es lo que te molesta? ¿Que sea un hombre que haya besado a otro hombre? O que ¿Tú no puedas hacerlo?.

—¡Basta!—Le gritó, y trató de empujarle,pero Malaquias era mas fuerte en ese momento, y Amerís solo quería hacerle tragar sus palabras—¡Basta he dicho!.

El Color del Dolor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora