Capítulo 7: El péndulo asesino.

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Rodolfa abrió los ojos encontrándose de frente con la mirada burlona de Amber, aunque había algo raro, estaba como invertida.

–¡Hola! ¿Qué haces de cabeza?– le preguntó sonriendo.

–¿De cabeza? ¡Tú estás de cabeza estúpida! ¿No ves que estás colgando?

–No, yo estoy normal, tú y tus amigas están de cabeza– porfió ella.

–¡Además de estar loca y ser una ladrona apestosa eres una idiota!– exclamó Amber –Pero eso no me importa, lo que es importante es, ¡que dejes de molestar a Castiel!

–¡No... yo quiero molestarlo!– dijo haciendo puchero –Es muy divertido...

–¡Cállate y escucha con atención! Este es solo el comienzo, ¡si vuelvo a verte cerca de Castiel haré que lamentes el día en que llegaste a esta escuela!

–Podrías cubrirte los ojos– sugirió.

La bofetada resonó en todo el gimnasio haciendo que Rodolfa se balanceara un poco.

–¡Hablo en serio estúpida! ¡Castiel es mio y solo mío! ¡Soy la única que puede tenerlo! ¡¿Escuchaste?!

–¡Tenías razón, estoy colgada!– se dio cuenta al notar el balanceo –¡Parezco un péndulo! Anda colúmpiame– le pidió sonriéndole con una mejilla roja por la bofetada.

Amber la miraba llena de odio al igual que sus dos amigas –Veamos si sigues con esa sonrisa estúpida cuando el gimnasio se llene de gente y todos te vean así.

–¿Así?– preguntó Rodolfa y por primer vez atinó a mirar hacia arriba, su cuerpo, estaba en ropa interior amarrada al techo por sus pies.

–Quitarle la ropa a una persona en contra de su voluntad se llama ultraje– les informó viéndolas.

–Me da igual como se llame, esto no es nada comparado a lo que pensamos hacerte si no desapareces de esta escuela– la amenazó –, y como sea cierto que estás viviendo con Castiel entonces la venganza será aún peor.

–Me está dando frío– comentó Rodolfa como si tal cosa.

–¿Así que no piensas escarmentar?... Muy bien, será muy divertido verte humillada cuando todos entren– le sonrió macabra-mente y se dio la vuelta para marcharse con sus amigas.

–¡Ven vamos a jugar!– dijo Rodolfa balanceándose a si misma hacia delante y alcanzando a sostener a Amber por sus axilas llevándola con ella cuando la gravedad la hizo ir hacia atrás.

–¡¿Qué haces?! ¡Suéltame loca de remate!– comenzó a gritar Amber moviéndose errática-mente para zafarse, cosa que dejó de hacer cuando notó que Rodolfa tomaba más impulso y el balanceo se volvía mayor llegando cada vez a más altura –¡¡¡AHH!! ¡Ayudenme! ¡Esta loca me va a matar!– le gritó a sus amigas quienes fueron a intentar ayudarla pero no lograban hacer mucho ya que debían esquivar los pies de Amber cuando pasaban a toda velocidad.

–Yo no mato a la gente, es aburrido, solo se mueren y luego ya no puedes jugar con ellos– aclaró Rodolfa llevándola cada vez más alto.

No se detuvo hasta que el rostro de Amber chocó contra una de las vigas del techo, solo entonces perdió impulso hasta detenerse y soltarla cerca del piso donde ella cayó semi inconsciente por el golpe y el mareo, con los ojos dándole vueltas y la marca de la viga a lo largo de la cara. Li y Charlotte corrieron a ayudarle.

–¡Eso fue muy divertido!– se reía Rodolfa –¡Descuiden no se perderán la diversión!– le dijo a ambas chicas que la vieron como si de un espectro maligno se tratara.

CDM: Cada día es maloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora