Capítulo 12: Piernas aburridas y bolsas de arena humanas.

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Ese martes previo a los exámenes en la escuela no se hablaba de otra cosa: la pelea.

–¡Explícame ahora mismo como es eso de que vas a pelear contra Kim!– le exigió Castiel sacándola de clase antes de que pudiera entrar.

–¡No... una vez que encontré el salón a la primera...!– se lamentó.

–¡Eso no importa! ¿Porqué dijiste esa cosas de Kim? ¡Es una chica muy fuerte! ¡Te va a destrozar!

–¿Se llama Kim?

–¿Ni siquiera sabías su nombre?– Rodolfa negó –Tú no dijiste esas cosas acerca de ella, ¿verdad?– le preguntó comenzando a entender un poco más.

–¿Qué cosas?

–Debes hablar con ella, es boxeadora profesional, ¿sabes? Si sigue con la estúpida idea de golpearte vas a terminar llena de hematomas y sin dientes... o sea más fea de lo que ya eres.

–¡Jajaja... si!– asintió divertida.

–¿Conoces algo que se llama instinto de supervivencia?– continuó hablando –Déjalo, no quiero saberlo... ¿Entonces qué harás?

–Mmm... ¿Entrenar?

–¡¿Entrenar?! ¡¿No piensas aclarar el asunto?!

–¡Quiero pelear! ¡Soy fuerte!– exclamó arremangándose y tensionando el brazo para enseñarle los músculos que no tenía –¡Será divertido!

–¡¿Qué voy a hacer contigo?!– exclamó al cielo.

–¡Así que ahí estás!– llegó Kim, quien se veía muy molesta aún.

El pasillo que estaba desierto hasta el momento se llenó de alumnos, y algunos profesores, todos esperando ver una pelea.

–¡Hola!– la saludó Rodolfa alegremente –¿Vamos a pelear ahora?

–¡No! Estamos en época de exámenes, y he decidido que mis calificaciones son más importantes que la lengua viperina de las personas de tu calaña– se escuchó una reacción general de desencanto ya que no habría pelea –. Pero esto no se quedará así, ¡después de los exámenes te daré tu merecido!

–¡Bueno!– asintió Rodolfa sonriente, mientras los demás aplaudían y silbaban.

–Después de los exámenes tenemos una semana de vacaciones– recordó Castiel –, entonces deberían dejarlo para la siguiente semana.

–¡Perfecto! ¡Será el lunes siguiente a las vacaciones!– confirmó Kim –Lucharemos en el patio de la escuela, y si gano deberás admitir frente a todos que sólo dices mentiras. ¡Y nunca más volverás a hablar de mi!

–Está bien– asintió Rodolfa –. ¿Y si no?

–Si no... no lo sé...– dijo pensativa –¡¿Porqué tengo que escoger tu recompensa yo?!

–¡Que Kim revele su secreto!– gritó algún alumno, y el resto comenzó a festejar y aplaudirlo.

Ella los miró algo molesta, pero era imposible que perdiera contra esa chiquilla –Está bien, si ganas le diré a todos qué es eso tan importante que hago al salir de la escuela... Pero no lo harás, ¡es imposible que me ganes!

–¡Si es imposible!– repitió Rodolfa sonriendo.

–No sé si sentir lástima por como la van a dejar, o golpearla yo mismo...– pensaba Castiel mirándola con una gota de sudor.

Kim que no la conocía tan bien, lo tomó como una ironía enfureciéndose más –¡Nos veremos ese lunes y ya no te quedarán ganas de hacer bromas!– le aseguró marchándose de allí.

CDM: Cada día es maloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora