Capítulo 17: Asegurando un mal presagio

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Aunque... no se si es bueno que vengas a buscarme. ¿Acaso sabes lo que me ha pasado? ¿Sabes de mi?

No creo que sepas demasiado sobre mi estado, por mucho que intentes disculparte de algo que apenas recuerdo. No se si me sentará bien o mal verte.

Y tampoco si a ti te sentará bien verme así.

No se cuánto me conoces. Ni cuánto no.

Y tampoco sé si tienes buenas intenciones.

A parte de que no sabría reconocerte, apenas me reconocí mirándome a mí en el espejo. "No confíes en nadie" fue lo que me dijiste y lo que aun me dices.

Y esto también te incluye a ti. Y a mi.

Y si es que eres la voz que escribe el libro, es decir, si eres la misma persona tanto en mi cabeza con la voz que con la carta y la letra, lo sabrás muy bien.

No obstante quizás me equivoque y no seas la misma. Sino dos personas diferentes, o tres incluso. Y no eres tu.

Aunque seguramente, muy seguramente, lo eres. Pues me repites lo mismo que la carta.

Pero escúchame, te recuerdo que yo no te recuerdo.

Y quizás nunca más pueda hacerlo.

Y ahora que me doy cuenta... Veo que el efecto de las pastillas se me ha pasado ya.

... pues eso. Será del susto que me han dado. Antoine se ha encargado de espabilar mi cabeza con esa noticia tan repentina.

Solo espero que el chico haya sabido encontrar de verdad a la chica que yo espero. Quiero confiar en que ese joven sabe lo que hace.

Solo espero que no sea como Josh. Y que me proteja de él, a ser posible.

Quiero confiar en que con él las cosas emprenderán un camino diferente.

Me despedí de Richard y me fui a pasear, por mucho que el hombre me dijera que era mejor quedarme en su consulta hasta que llegara mi ayudante.

Que total qué iba a ser una hora sentada en una silla. Para eso mejor salir fuera.

¿O acaso no puedo ni salir?

Tuve curiosidad de intentar salir al patio interior de la residencia, puesto que la dama de la recepción no me dejó salir al exterior.

Al lado de mi habitación había esas cristaleras tan grandes. La puerta estaba abierta.

Y a través de esa efectivamente llegabas a un patio. No obstante, era muchísimo más grande de lo esperado.

Al parecer, y por lo que deduje al ver más gente salir por otros lados, ese patio era de toda la residencia, y podían acceder a él la gente de casi todos los sectores.

Caminé con miedo a perderme. Aunque una vez vi bien cómo era, se me pasó.

El patio era un bosque bastante espeso, a pesar de estar rodeado por los edificios del psiquiátrico.

Pisaba un prado de césped demasiado bonito como para ser real, notaba como estaba algo mojado y la sensación no era demasiado agradable. Ya que además fuera hacía frío.

A medida que me acercaba a los árboles, más me parecía estar en el otro lado del mundo.

Era algo extraño. Como un punto y aparte. Me adentré en un nuevo mundo, muy, muy lejos de aquí.

Y una vez me sentí lo suficientemente lejos, paré en seco a escuchar los susurros del viento.

Lo que no pensé en encontrarme con susurros de verdad.

Paradise [No corregido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora