Me dejé caer en la silla con cierto desprecio. La miré de arriba a abajo y le sostuve la mirada con mucho asco.
Ya me la había liado. Ahora si que ya no me vas a conseguir en tu vida, y en cierto modo, siento haber sido tan agradable contigo antes.
Creo que te mereces una tortura peor que la que se merece Josh.
Aunque analizando la parte oculta de todo esto, ¿cómo ha averiguado esto sin apenas hacer nada? Que a ver, ni que fuera difícil saber cómo es alguien, pero apenas me ha mirado y solo escuchándome hablar lo ha descubierto.
Y además, ha descubierto algo que ni yo apenas sabía.
Esta tía o es muy lista o sabe cosas.
─Eres más que una cara bonita. ─digo frunciendo el ceño. Mi postura vuelve a ser la de antes y me despego del respaldo, encorvándome hacia delante.
─¿Soy una cara bonita? ─dice tonta, intentando provocar. Entonces veo como su mirada cambia y me sonríe como quien sonríe a un niño pequeño que está desconsolado.
─Creo que no lo has entendido. ─digo.
─Sí lo entendí. ─responde. ─La que no lo entiende eres tu.
─¿Cómo? ─comienzo a cabrearme.
─No soy una amenaza, Skyler. ─intenta explicarse. ─Solo estoy aquí por trabajo. Es lo que me toca hacer.
─Pues comportándote así no conseguirás nada.
─He conseguido que me hables. ─dice victoriosa. ─Y también que me muestres cómo eres. De momento ya he hecho más que los otros.
─Eres un peligro.
─Soy tu asistente, en teoría el peligro aquí eres tu.
Una descarga bastante antipática me recorrió toda la espalda. Se me encendieron las venas y noté la ira subirme a la cabeza, cerré los puños y apreté la mandíbula.
Tu y yo.
Ahora.
Pelea en la recepción.
Nos liamos a puñetazos si hace falta.
Te ibas a enterar de quién podía meterse con Skyler y quién no. Si yo era un peligro en unos segundos lo ibas a comprobar. Ahora la que iba a tener miedo serías tu, querida asistente.
Solo con un empujón me levanté, pero un grito me frenó.
─¡Skyler!
Una aura rara congeló el ambiente y en esos momentos no supe qué hacer.
Richard apareció abatiendo la puerta furioso.
El ruido me asustó.
Supongo que en ese momento me parecí a un gatito mojado.
Toda la fuerza que había acumulado se esfumó, y en parte, un sentimiento de culpa me dejó abatida. Giré la cabeza hasta encontrar la mirada enfadada del doctor y al momento la aparté.
Fueron unos largos segundos muy incómodos y no cesaron hasta que noté la mano de él tocarme el hombro. Yo lo sabía, estaba decepcionado.
─Yo...
─¡Sht! ─me reprime las palabras sin tener en cuenta lo que iba a decir. ─Ya has hecho suficiente, ahora te toca callar.
El doctor hace levantar a Andrea y vuelve otra vez el amargo silencio. Ella se pone delante de mí tal como le ordenó él.
En mi vida me había sentido tan extraña.
─Ahora discúlpate.
¿Qué?
Le miro con la misma cara con la que él antes me miraba. Mi cabreo vuelve a aparecer levemente, ni en sueños me iba a disculpar por algo que aún no había hecho.
Callé y fruncí el ceño.
Doctor, creo que se le va la cabeza. A parte de que, en teoría, tu no estabas aquí. Te habías ido y nos habías dejado solas.
Así que, ¿porqué estas?
¿A qué has venido?
¿O es que acaso nos espiabas para ver cómo me comportaba?
─Skyler... ─gruñe al ver que no salían las palabras de mi boca.
Negué con la cabeza y aparté la mirada en algún rincón vacío.
Me inhibí.
Richard, no se merece ninguna disculpa.
─Skyler. Discúlpate ahora porque si no veré obligado a encerrarte en aislamiento.
Esas palabras me pincharon un poco, eso de aislamiento no sonaba bien.
No obstante, mi no fue claro.
Y solo necesité notar el agarre más fuerte del doctor, arrastrándome por mucha fuerza que yo hiciera para no moverme, para saber que me la había jugado demasiado.
─Pues tú misma. ─dice sentenciando.
Aunque en esos momentos pasó algo que no me esperaba.
El mundo calló para escucharla a ella.
Ya por entonces sus palabras no me parecieron tan malas. Incluso hasta su mirada llegó a tocar bastante eso que vienen a ser mis sentimientos.
─No, doctor Vernon. ─le frena. Y entonces la mirada del hombre busca la suya al momento. ─No ha pasado nada.
─Pero...
─Skyler no me iba a hacer nada. ─dice con una mirada cómplice. ─No se merece ser humillada con una disculpa cuando no es necesaria.
─¿Seguro?
─Doctor, estoy segura. ─responde con la mano en el corazón. ─Alguien como ella sería incapaz de hacerme daño.
─He visto la reacción de Skyler, no creo que...
─No. ─le corta. Se aproxima a mí y retira la mano del hombre para poner la suya.
En esos momentos pude comprobar que era más alta que yo. Aunque tampoco tanto, después de todo.
─Yo confío en ella. Sé que no me iba a hacer nada. ─dice mirándome a los ojos. ─No la humille más.
Agaché la cabeza un tanto tímida al oírla hablar tan bien con tanta serenidad. Será que al fin y al cabo no es tan mala.
Aunque eso de que no te iba a hacer nada... bueno, queda en una tregua.
Ambas sabemos que no habría acabado bien, pero quizás tengas razón después de todo.
Intentamos dejar apartada la conversación y nos marchamos los tres. De ahora en adelante no tenía muy claro si todo eso iba a ser o muy incómodo o muy bueno. Ya que en cierto modo el vínculo entre Andrea y yo había cambiado.
Pero el universo aun no me iba a perdonar nada.
Al llegar a recepción, nos encontramos a Josh y no estaba de buen humor, al parecer estaba enfadado y se estaba peleando con Antoine.
Hubo un cruce de miradas bastante épico. Y qué casualidad, al final todo el mundo acabó mirándome a mí.
Skyler, debe ser que eres muy guapa o algo, pero eso de que a cada paso que das haya alguien observándote no es muy normal.
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Paradise [No corregido]
Science Fiction{No está corregido} Sólo un pensamiento azota mi mente: estoy en peligro. No sé cómo me llamo, ni por qué desperté encerrada en este lugar. Todos se preocupan por mí, pero algo en mi interior me dice que no debo confiar en nadie. Aunque el extraño r...