Paradise [No corregido]

Capítulo 24: Esto acaba de comenzar

Ahora era cuestión de disimular a la perfección. Skyler, comportémonos.

Suspiré tranquila y me recosté en la silla, a pesar del largo día, todo lo demás estaba bien. Como si nada, oye. El paraíso.

Volví mi mirada al frente para observar el pasillo. Ahí estaba Richard, con su actitud de abuelo simpático hablando con esa chica tan... digamos especial. Ahora vete a saber qué quería la tal Andrea, ¿es que no quieres ser mi asistente social?

Pues qué pena.

Ojalá no vuelvas nunca.

-Ojalá te marches, no te quiero ni volver a ver. -susurro entre dientes, cruzándome de brazos. -Solo me traerías problemas, no me das buenos presentimientos, bruja.

Ya tengo suficiente con odiar a Josh, es mejor para todos que no te unas a él para hacerme la vida imposible.

-¿Cómo? ¿Has dicho algo? -aparece de repente Richard.

¡Ostias! Me llevo la mano al corazón. ¿Ahora apareces, abuelo?

-¡Nada!

A causa de mi rara respuesta frena de golpe y me mira.

-... ¿eh?

Ups.

-O sea, que no. ¡Nada! Qué no he dicho... nada.

Ua. Pues menos mal que debíamos disimular a la perfección.

Gracias a tus dotes teatrales ha quedado todo muy convincente.

Skyler, hija, no se te puede dejar sola.

-... eh, de acuerdo... -dice extrañado, sentándose delante de mi otra vez.

Hay un momento tenso y luego me sonríe. Se la devuelvo con la sonrisa más falsa del mundo. Quiero desaparecer.

Ah, y por cierto, nota mental: deja de hablar sola en voz alta. Tienes suerte de que sea Richard, estaríamos muertos si fuera otro.

-¿Qué ha dicho Andrea? -digo con un cambio de tema fugaz.

Lo deja, ¿verdad? Dime que sí.

-Oh. Estaba feliz.

¿Cómo? No vamos bien.

-Dice que acepta el trabajo.

...no.

-Estaba muy convencida, es una buena noticia.

¿Entonces va a volver?

-Y además quiere comenzar ya. -él aplaude. -¡Mañana mismo, ha dicho!

Hola. Que alguien me pegue un tiro.

¡La madre que la parió!

-¿No estas contenta, Sky?

Mi sonrisa falsa se mantiene en todo momento, me río de mi misma en mis pensamientos. Y creedme, la risa es de lunática. Al final sí que me volveré loca.

-Si le digo como estoy, no me va a creer.

-¿De lo emocionada que estás, verdad? -dice, muy contento. Se ríe. Parece estar satisfecho.

-Seh... De lo contenta que estoy. -frunzo el ceño.

-Ahora solo es cuestión de hacer trabajar a tu memoria, pronto saldrás de aquí.

Asiento lentamente.
Cuentos chinos.

-Muy pronto acabará.

-Esto acaba de comenzar.