Capítulo 47: La cuenta atrás

398 34 0
                                    

Estuvimos juntas el día entero, y fue como estar en el mismo cielo, con el ángel a mi lado. Hablamos con libertad, como si fuera un día normal. No entendía como ella lograba hacerme sentir segura y en calma solo con sus palabras.

Cameron tenía una forma tan dulce de tratarme que hiciera lo que hiciera siempre conseguía hacerme sonreír.

Caminando por el bosque del patio le confesé que tenía un miedo tonto, y era que me preocupaba la obsesión de los agentes en mantenerla lejos de mí. Mi mayor duda era si sabían que me ayudaría a escapar o algo parecido.

Ella, entonces, solo me abrazó. Me vio triste y me animó diciendo que esa no era la realidad, y que lo más probable era que la vigilaran por ser mi asistente personal, una segunda guardaespaldas. Aunque no tan bestia como Kalas, igualmente debía intimidarlos mucho que alguien tan como ella llevara traje negro y su actitud fuera tan seria y profesional, porque quizás se habían pensado que era algún tipo de espía con intención de sacarme la información que había olvidado.

Y yo sabía que su razonamiento era lógico, pero me permití sufrir igualmente, aunque sí de una forma más controlada, porque de esa forma seguía existiendo una esperanza. Siempre era mejor ser negativo para evitar llevarte sorpresas si al final las cosas eran verdad y salían mal.

Nos quedamos en un claro en medio de ningún lugar y fue en esos momentos cuando vi que Cameron era de esas personas que con solo la mirada te lo decía todo. Y me gustaba mirarla. La miraba siempre cuando no se daba cuenta, centrada en las nubes del cielo y la tarde que le iluminaba tenuemente el rostro, haciendo brillar su ya rubio cabello. Me di cuenta de muchas cosas en esos momentos.

Me parecía la persona más tierna del mundo. Podría parecerte alguien hostil e intolerante, pero a pesar de eso su presencia para mí tenía mucho valor, y yo la conocía sin tener recuerdos. Además tenía la capacidad de poder saber cuándo decía la verdad y cuándo no, cuando estaba feliz y cuando no y si decía las cosas con sinceridad o no.

Me la quedé largos minutos observando, y de la nada le pregunté en qué pensaba. Tardó unos segundos a bajar la mirada y centrarse en mí, a chocar con mis ojos, y responder con esa voz que tanto me gustaba que no pensaba en nada.

Por eso me gustaba observarla cuando no se daba cuenta. Porque por un momento, mientras ella no pensaba en nada, yo solo estaba pensando en ella.

Algo en mí había despertado luego de ese beso tan inesperado, y pude darme cuenta de que en mi interior había fuertes sentimientos escondidos que no solo eran de mera atracción o de amor. Eran más bien como de otra historia, como una parte de mí difícil de superar. Donde mis emociones respecto a ella habían evolucionado, quizás. Donde se habían hecho más fuertes.

No me preocupé en pensar que no me gustaba, porque evidentemente me gustaba, pero sí pensé en que quizás hubieran existido diferentes problemas y diferentes situaciones.

No sabía describirlo, pero tenía ese presentimiento de que otro mundo que ya había conocido me estuviera esperando fuera. Quizás tendría que volver a superar todos esos problemas que había olvidado, si es que de verdad alguna vez llegaron a existir.

[...]

Cuando cayó la noche se quedó suspendida en el aire la promesa de que iba a volver mañana para estar conmigo antes de salir de ahí. Tener que decirle adiós otra vez fue duro, y me resigné a abrazarla y no soltarla, pero como también a mí me obligaron a separarme de su lado, tuve que volver a la habitación sola.

Fue triste, pero accedí. No había más remedio. Cameron me dijo que sería peor si no hacía caso a los agentes.

Abrí la puerta y dejé a todo el mundo fuera. Quedándome sumida en la oscuridad.

Paradise [No corregido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora