—¿Por qué me despertáis a estas horas? —pregunté, la respuesta me iba a servir de poco, pero era solo para romper el silencio incómodo.
—Bueno, creo que es mejor comenzar por las mañanas. —contestó el doctor.
Mi cara de desagrado fue épica, porque ahora no solo vería a Andrea casi cada día sino que además la vería por las mañanas.
—Pues que bien, oye. —murmuro mirando al suelo.
—Espero que no te moleste. —soltó de repente la chica.
Me aguanté las ganas de soltarle una hostia, le convenía estar callada. No sé si había quedado claro eso de que no me daba buena espina. ¿Cómo alguien como tú atendiendo a locos?
—Oh no, no me molesta. —digo falsamente. —Si total estoy aquí más aburrida que la una, ¿qué iba a hacer yo a las siete de la mañana? Menos mal que has venido a rescatarme.
Bueno. Vale. Quizás me pasé con las ironías y fui demasiado borde, pero es que joder, me lo pedía el cuerpo. Esa tía me sacaba de quicio.
—Sky... —gruñó Richard entre dientes.
Me callé pero continué con la misma cara que antes.
—Pide disculpas. —me ordenó.
—Lo siento. —digo.
Suspiré y volví a levantar la cabeza, me quedé mirándolos a ambos y no fue hasta que Richard nos dijo que nos fuéramos que ninguno se movió del sitio.
Con un disimulo máximo el doctor dejó un paso por delante a Andrea y se puso a mi lado.
— ¿Por qué la tratas así? ¿Qué te ha hecho? —me preguntó entre susurros, rodeándome con el brazo.
—No sé, no me cae bien. Es extraña.
—Pequeña, no hay más gente. Siento decírtelo así, pero te aguantas y te comportas.
—...bf. Pero...
—Y sin peros. Sky tú no eres así, hazlo por mí.
Maldito doctor.
—Bueno... Vale, haré lo que pueda.
—Así me gusta.
Se volvió a adelantar y se puso esta vez junto a Andrea. Por el camino ellos hablaron sobre mí, como si mi presencia no les importara.
A veces alucinaba un poco con Richard, si no fuera por él apenas me controlaría, pero es que a veces lo único que me apetecía era hacer lo que me prohibía que hiciera.
Me llevaron donde fuimos la última vez, y volvimos a encerrarnos en la misma habitación con cristales. Aunque esa vez fue innecesario, pues no había nadie en las mesas de fuera. Aun no era la hora de las visitas, porque claro, quién iba a visitar a sus familiares a las siete de la mañana.
La única al parecer era Andrea.
Ella es especial.
Me recuerda a mí, curioso cuanto menos.
—De acuerdo, os dejo solas.
¿Qué?
Frené de golpe a Richard poniéndome delante de la puerta cerrada, mirándolo con cara de "no lo hagas". Eso no formaba parte del trato, no me podía dejar sola con esa extraña.
—Richard, no. —susurré amenazante.
—No te preocupes. —dijo tranquilo. —El problema no es tuyo.
— ¡Ya sé que no es mío el problema! —murmuro un poco más fuerte, captando la atención de la chica.
— ¿Hay algún problema? —pregunta mirándonos a ambos.
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Paradise [No corregido]
Science Fiction{No está corregido} Sólo un pensamiento azota mi mente: estoy en peligro. No sé cómo me llamo, ni por qué desperté encerrada en este lugar. Todos se preocupan por mí, pero algo en mi interior me dice que no debo confiar en nadie. Aunque el extraño r...