Regalo de navidad
—Sí, al final sí que iré para Navidad... No, aún no saqué el pasaje... ¿Qué quieres que haga qué?
Jane soltó una carcajada a través de la línea.
—¡Que quiero que compres las galletas con forma de la galletita de Shrek! Esas que son de jengibre. Demonios, adoro esas galletas.
—Jane, estas grande para eso...
—Cállate la boca —gruñó su hermana por teléfono. Hayden solía compararla con un caniche cuando escuchaba su voz enojada—. ¿Te acuerdas cuando hacíamos nuestros sketch de Burro y Shrek? Éramos muy jóvenes.
—¿Por qué siempre te pones tan sentimental cerca de Navidad? —preguntó Hayden, revolviendo los cajones de la cocina y haciendo un sonoro ruido.
—No lo sé, la nieve, la familia reunida, mamá se esmera más de lo usual cocinando... Oye, saca los pasajes pronto —agregó.
Hayden volvió a contestar que sí, y unos minutos después de conversación trivial con su hermana, cortó la llamada. Era diez de diciembre, por lo que faltaban solo quince días para la Navidad. Sacar los pasajes en tan poco tiempo saldría más caro de lo usual, sumado a que aún no había comprado ningún regalo. Eso se volvía un gran problema, ya que mientras más cerca de Navidad uno estaba, más difícil era conseguir regalos. Mason quería una camiseta de un equipo de fútbol, Elliot se había encaprichado con aprender a dibujar así que Hayden le compraría pinturas. Luego, a Jane le llevaría las galletas y además un peluche de un conejo gigante que había visto en una tienda a la vuelta de su casa, para su madre y su padre había pensando en uno de esos típicos buzos navideños con renos y dibujos de nieve, a juego con uno suyo y para Jane. Luego algunos regalos que llevaría para la disquera y el quid de la cuestión: regalarle o no regalarle algo a Marie.
A lo mejor alguien pensase que era demasiado, solo habían ¿salido? una vez. Pero tampoco es que a Hayden le faltase el dinero como si no pudiera darle un detalle. Y luego, si decidía comprarle algo... ¿qué compraría? Tampoco la conocía tan a fondo como para saber que podría gustarle. Sí, de cierta forma, tal vez metafísica, la conocía, pero de gustos, casi nada. De Marie sabía que odiaba el invierno, amaba los libros, era fanática de unos videojuegos que eran con un tesoro (¿o tal vez una tumba?), amaba el té y el café a partes iguales, su color favorito es el verde agua —así como el cielo al amanecer— y el negro, que le gustan las motos. Tampoco es que pueda regalarle una tetera porque le gusta el té o un libro en blanco porque le gusta escribir. O comprarle una moto, eso sería demasiado. Además, no sabía conducir una.
Cuando se dio cuenta cuál era el regalo perfecto y miró un maratón completo de Star Wars, sintiéndose así más aliviado.
*
Por su parte, Marie no estaba preocupada por los regalos. Sabía que Judit andaba detrás de una paleta de maquillaje de tonos marrones que había visto en una tienda, por lo que ella ya la había comprado. James buscaba un estuche específico para su guitarra, y Marie también ya lo había comprado. Luego, para Edurne había pensado en un atril y para Jeremy la colección completa de la saga de Rápidos y Furiosos; al que Jeremy era un gran aficionado.
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Sin título
RomancePorque él era un libro en blanco y ella la mejor escritora. MikaylaLlambi, 2015-2016©. Editada en 2019©. #13 en Romance. #3 en Libros.