Mi corazón, cuerpo y alma
Ella pudo observar la nuez de su garganta subir y bajar cuando Hayden tragó saliva. Su corazón latía con tanta rapidez que sentía punzadas en su pecho cada vez que respiraba. La percibió con intensidad, exigiendo una respuesta de su parte, como si quisiera cerciorarse de que realmente estaba frente a él y no era una jugarreta de su mente; tan deseosa como ella de tenerlo nuevamente frente a él. Quería tomarlo de las manos y sentir su rostro, pero no se animaba a hacerlo.
—Hola...
Ninguno emitió alguna otra palabra. Ella se removió inquieta en el lugar, arrebatada por un sentimiento de nerviosismo que sentía dentro de sí misma. Cuando había imaginado que volvía a encontrarse con Hayden no había pensado en que no sabría qué decirle.
—¿Cuándo volviste a Londres? —preguntó ella, subiendo la vista hacia él, que anteriormente había caído hasta sus pies sin que ella lo notase.
—De hecho, llegué hace menos de media hora —dijo él con rapidez, amagando a acercarse un pequeño paso a ella, pero sin hacerlo realmente. Ella se mantuvo firme en el lugar, observándolo mientras el mundo continuaba moviéndose a su alrededor, mas para ellos se había parado en el momento que se vieron otra vez.
—Bienvenido de vuelta.
«Londres no es lo mismo sin ti. Nada en el mundo es lo mismo sin ti. Por favor, quédate. No te vayas» esas eran algunas de las palabras que Marie repitió en su cabeza. Todas ellas morían en su garganta, sin animarse a decir algo aún. Tenía que significar algo que él estuviese ahí, ¿no es así? Tenía que significarlo.
—Gracias. Extrañaba estar aquí...
Ella mordió sus labios con fuerza, pero no la suficiente como para sentir la sangre metálica en su lengua. Dio un pequeño salto con la punta de sus pies.
—¿Y ya has viajado a Shropshire?...
—No, aún no —dijo él con rapidez, casi con desesperación. Entreabrió los labios para volver a hablar, sin embargo, ninguna palabra escapó de sus labios. Sus ojos la miraban con vergüenza y tristeza.
—¿Y lo harás pronto? —preguntó ella, sintiendo una extraña palpitación en las muñecas.
—No lo... no lo sé. Supongo que yo... —Él apartó la vista de ella unos segundos, enfocando con fervor su atención en el río Támesis a su lado. El sonido de las personas había comenzado a apagarse dada la hora de la tarde y el calor. Las olas rompían cerca de ellas y el viento traía consigo algunas pequeñas gotas en su dirección.
Marie se sentía como dentro de un libro. Había leído tantas situaciones de reencuentros, muchísimas, pero ninguna se adecuaba a este. Había leído sobre parejas que se reencontraban luego de la guerra, parejas que se habían visto una vez al año en determinado lugar, parejas que se veían luego de años separados... Y había leído los sentimientos de los personajes, solo en algunas ocasiones sintiéndolo real, pero ahora frente a Hayden es como si casi todo lo que hubiese leído era una mentira. Nadie había logrado expresar correctamente lo que era el anhelo de abrazarlo y sentir que no puedes, de querer pedirle que jamás se separe otra vez, pero tienes miedo del rechazo, del dolor físico que sientes por querer, únicamente, entrelazar sus dedos con los suyos y no poder porque su presencia había sido tan lejana que no sabías cómo comportarte.
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Sin título
Roman d'amourPorque él era un libro en blanco y ella la mejor escritora. MikaylaLlambi, 2015-2016©. Editada en 2019©. #13 en Romance. #3 en Libros.