-Un poco de negro-

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"Some lose all mind and become a soul, insane. Some lose all soul and become mind, intellectual. Some lose both and become accepted."

-Bukowski

Los cuatro se encontraban sentados alrededor de una infame mesita.

El edificio que hacia de habitación de los hombres era de un irritante y espantoso color azul hospicio. Pasillos de habitaciones se extendían a través de varios pisos y en cada uno de ellos el mobiliario era igual de pobre y aburrido.

La moqueta verde también se aplicaba a ese lugar. Desesperantemente resbaladiza, sobre todo en el servicio de los hombres.

En cada habitación y a lo largo de los pasillos habían imágenes religiosas variadas, desde vírgenes en todas sus versiones, santos de nombres irreconocibles y cristos en todo su esplendor.

Fabel tenia la habitación  G-97.

El la había decorado lo mejor posible con sus posters de Star Wars y bandas de rock que algunos de sus amigos jamas habían conocido.

De igual forma, era agradable estar en un lugar como aquel, ya que era acogedor sabe que el dueño de esa habitación había invertido mucho tiempo tratando de hacer ese lugar suyo.

La cama estaba pulcramente tendida, arrinconada en el extremo contrario a la puerta, con una ventana encima del escritorio y un armario empotrado en la parte de enfrente a la ventana, junto a la puerta, de donde colgaba un crucifijo, el cual Fabel había utilizado para colgar un morral hippie.

La mesita curte estaba en el medio de la habitación con cojines deshilachados a los lados, muy a lo japonés. Sobre ella habían diversos paquetes y envoltorios de comida que causaba diabetes e infartos de solo verla.

Lumina comia y picaba lo poco que podia para que ellos no se percataran de que realmente ella no quería comer ese tipo de cosas que podían matarla de solo pensarlo.

Mientras hablaban de deberes, y en el microondas giraba una sopa instantanea, la tarde-noche se iba haciendo mas presente en el ambiente. Era viernes, así que no habría clases al día siguiente, lo cual significaba que podrían explayarse todo lo que quieran en su conversación.

El microondas causante de cancer pito para anunciar que ya había calentado el envase de sopa. Fabel se levanto feliz a recoger su envase de enfermedad liquida, y con una sonrisa volvió a sentarse a junto a sus amigos para poder platicar acerca de todo lo que estaba sucediendo, lo que ya había sucedido y lo que estaba por suceder.

A el se le antojo un poco complicado estarse devanando los sesos en ese tipo de cosas, pero en cambio a Manuel se le cocían las habas por hablar de aquello y Micael seguía absorto en sus pensamientos mas filosóficos acerca de las teorías del universo que ellos vivian día a día.

Lumina se sentia extrañamente acogida por esos jóvenes, y no tenia ganas de salir de aquel lugar, que a pesar de ser el edificio que le traía tantas pesadillas y problemas, también era el lugar donde se sentía mas segura de los terrores del mundo que ella conocía.

A pesar de que la gente no la aceptaba de buena gana, siempre había preferido estar en esos lugares, donde alguna manera le daban una explicación lógica a las cosas a través de ciencia y números, y no a traves de cosas extrañas y sin sentido, según ella, como el destino y las profecías.

Pero para su mala suerte la vida la había dejado en la cuna de la vida extraña. Su familia, un alarga y tendida linea genealógica de brujas naturales, siempre la habían enseñado a ver la parte mas extraña de la sociedad.

Su vida había sido marcada desde pequeña al nacer con el beso del angel sobre sus labios, y mas tarde después de ser entrenada para el arte del esoterismo y de la brujería, había fallado inevitablemente en su iniciación, no por haber hecho algo mal, si no por que había develado su naturaleza mas extraña.

El Rompecabezas de la Magia©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora