-Pequeña aventura nocturna-

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"If you don't like something, change it. If you can't change it, change your attitude. Don't complain."

-Maya Angelou.

Manuel dejo que las chicas hicieran lo que mas les complaciese para distraer a la dependienta mientras ellos bajaban a los dos tipos, Juliana y su compinche.

Micael que no era muy alto tomo a Juliana y se la cargo como si fuera un saco de papas muy ligero y se dirigió a el pasillo y al final de este había una puerta, por la cual salió.

Dejo abierto mientras bajaba ágilmente a la muchacha que tantos problemas les había causado. La deposito sobre la gravilla y el terragal, rebusco en sus bolillos hasta encontrar la llave del auto.

La encontró relativamente fácil entre los bolsillos de sus jeans tres tallas mas chicos de lo recomendado, abrió en auto con un pitido del mando y metió a Juliana en la parte trasera sin mucho cuidado de que pasaría con ella.


Mientras tanto sus dos amigos ya están en el primer rellano con el tipo grandulón, lo jalaban con dificultad debido a su gran masa corporal.

-Micael subió a zancadas los escalones y los ayudo con la tarea. Entre los tres pudieron bajarlo, pero no sin hacer un gran barullo en las escaleras cada vez que las extremidades del tipo golpeaban a su paso la estructura de metal.

-Vale, este tipo ebria dejar de comer tantos panes de dulce.- decía Fabel entre jadeos.

-Apoyo esa moción.- Micael estaba sudando.

Llegaron al suelo y lo levantaron como mejor pudieron y se lo echaron encima a Juliana, que en vez de despertarse, se quedo mas tiesa bajo el peso del tipo.

Micael se subió en el Chevy junto con Fabel como copiloto y salieron del callejón.

Manuel ya estaba en su Mustang negro esperándolos en la carretera.

Condujeron aproximadamente media hora hasta llegar a la carretera que llevaría a los captores de vuelta al colegio.

Los dejaron orillados en la carretera. Micael dejo la llave en el enchufe, y se bajo del coche junto con Fabel.

Llegaron junto a Manuel, que los esperaba en su Mustang.

-Ya esta, los idiotas podrán conducir hasta la escuela solos. Revise que estuvieran bien.- le informó Micael a Manuel.

-Va, suban, hay que volver y cenar. Las niñas nos esperan.

Esta vez Micael se subió de copiloto.

Retornaron y siguieron su camino mientras Fabel roncaba ligeramente en la parte trasera del auto.

Micael pensaba en muchas preguntas que quería hacerle a Manuel.

-Caridad...-empezó Micael.

-Lo se.-respondió Manuel.- Se que va a ser divicil volverla a introducir de la nada a la escuela. Se que han pasado solo unas semanas, pero es como si hubieran sido meses, años. Se que tal vez ella no sea la misma. Se que mis sentimientos por ella...

Manuel calló cuando Micael le puso la mano en el hombro.

-Hermano, tranquilo.

Micael conocía a Manuel lo suficiente para saber que estaba completamente liado con sus sentimientos y mas ahora que habían encontrado a Caridad de la nada, después de que hubiese desaparecido de la visita escolar a un jardín botánico.

La escuela se lo había tomado a la ligera alegando que ella era una rebelde bajo la influencia de esos jóvenes amigos que tenia como amigos.

Manuel soltó un suspiro. Micael podia sentir que estaba al borde de las lagrimas, pero Manuel nunca se permitía llorar enfrente de nadie, siempre se hacia el fuerte, y mas por que el se cargo con la responsabilidad de ayudar a sus amigos y apoyarlos incondicionalmente.

El Rompecabezas de la Magia©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora