-Tres veces por Lumina-

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"Andrew, recuerda siempre que fuiste mi mejor amigo. Gracias por estar conmigo desde el primer día. Ahora te toca a ti ser fuerte, por qué ya no estaré ahí para ser fuerte por los dos. La vida es un bello regalo que yo no supe cómo apreciar después de lo de Peter, y aún así ha sido muy bella, por favor no te rindas jamás, aunque parezca que jamás va a amanecer, siempre habrán un mañana. Aunque hoy acabe el mundo, mañana podrá empezar de nuevo. En la próxima vida nos volveremos a encontrar y te aseguro que volveremos a ser amigos."
LR, The Prayer

Lumina despertó en medio de la noche con el sonido de su teléfono atronando sus oídos. Definitivamente iba a matar al que estaba llamándole.

Era su madre. Mal plan. Tomó la llamada para escuchar gritos de varias mujeres a la vez.

-¡Lumina!.- dijo la primera voz. Su tía Sandra.- Ya te hemos dicho que no te metieras en el mundo de las sombras. Nos has causado un montón de problemas.

Lumina se levanto de la cama, y al poner los pies sobre el piso frío de madera, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo. Intentó caminar y se tropezó con el buró. Cayó de bruces contra el calentador de metal que estaba debajo de la ventana, haciéndose un corte limpio en la parte inferior de la rodilla. Se cubrió la herida con la mano.

-Yo puedo hacer lo que me de la gana.- dijo Lumina, mientras la sangre le recorría los dedos. Escucho un ruido en alguna parte de la casa.- Aparte, estoy bien protegida y ustedes también.

-¡Tu traes un mal augurio!.- le gritó otra voz, que Lumina reconoció como la de su madre.- Pediremos permiso de verte después de las vacaciones. Hay que discutir el tema. Pero tus andanzas han hecho que nuestros trabajos sean interferidos por un montón de ángeles y demonios.

Lumina siguió escuchando los reclamos. Y después de un tiempo les colgó. La herida le punzaba y no sabia que hacer. Se había quedado sentada en el piso junto al radiador. Podría ir a buscar a Manuel y a los demás para contarles lo que había pasado y la apoyarían, pero sabía que algunas cosas las tenía que enfrentar ella sola.

Pero ni tan sola, por qué unos Pao se escucharon en el pasillo. Después una persona aporreando la puerta.

-Lumina.- dijo la voz de Micael.- ¿Qué diantres está pasando?

No esperaron respuesta. Manuel y Micael esmeraron mientras Lumina se trataba de levantar, pero  Manuel la alcanzo para ayudarla.

Lumina les explico rápidamente lo que había pasado en la llamada y que se había tropezado, y fue cuando ellos notaron la cortada en su pierna.

-Pareces fuente de sangre.- dijo Manuel. Ella lo vio con cara de pocos amigos y caminaron hasta el baño, donde los años de clases de Salud vinieron de perlas a Micael, que pudo ayudar a Lumina a curar la cortada sangrante.

Lumina se había sentado en el borde de la bañera, Manuel bajo la tapa de la taza y se sentó, pero Micael optó por el piso.

-Creo que ya valió madres.- dijo ella mientras trazaba figuritas con su dedo uniendo las pecas de su pierna.- Mi familia es un asco.

Manuel trato de buscar algún argumento, pero en realidad no podía. La familia de ella los quería separar, por motivos estupidos y sin fundamento, pero sus creencias extrañas sobre el patrocinio de Lumina, eran lo que les daba más armas. A su opinión ella debería no vivir, era un ser extraño con características extrañas. La protegida de Raziel.

-Podemos evitarlo. Verás que sí.- dijo Micael con su gran sonrisa. Lumina asintió.

Se quedaron un rato más dándole apoyo moral a Lumina en el baño, pero después decidieron que ella volviera a la cama, puesto que la herida doliera escándalosa, y no muy grave. Manuel decidió quedarse en el sillón de la habitación por si acaso.

Micael volvió a su habitación. Y no volvieron a mencionar el tema, pero pronto tendrá un que solucionarlo de alguna manera antes de que fuera demasiado tarde.

Lumina se durmió en un instante con la cháchara de Manuel acerca de los filetes y los molletes, luego el también cayó dormido. El único que se quedo en vela fue el gato, Botitas, cuidando el sueño de ambos jóvenes.

Manuel se despertó con el gato paseando por su cara. Su reflejo fue aventarlo lejos. Al hacerlo el animal cayó en la cama de Lumina, que se levanto con una gran sorpresa.

-¡Manuel!.- dijo ella poniéndose azul del coraje.- Está vivo.- dijo refiriéndose al gato que maullaba audiblemente.

-Perdón, reinita.- dijo Manuel, lo cual enojo más a Lumina y le aventó un cojín a la cabeza. El se levanto y la atacó con cosquillas.

-Squicky.- decía el, cada vez que le picaba las costillas, mientras ella luchaba inútilmente contra el. Unos minutos después se quedaron riendo y él se acostó del lado contrario de la cama.

-Friendship Goals.- dijo el. Y ella asintió con una sincera sonrisa, que Manuel sospecho, no muchos conocían.

Un momento después Manuel la tomo de la mano, y la instó a bajar a desayunar. Se encontraron con lo demás y les platicaron lo acontecido la noche anterior.

Caridad también les contó algunas cosas, y mientras lo hacía, Sadie revivían los sucesos.

La noche anterior Sadie le había dicho que era lesbiana a su familia. No había salido demasiado bien, pero aún así había reunido el valor suficiente para hacerlo y se sentía muy orgullosa. Caridad les contó hasta ahí, pero después de el gran rechazo, ambas se había enrollado en un acto muy adulto. Sexo.

Obviamente había sido un poco extraño, pero a la vez, maravilloso. Había tenido con ella una conexión que jamás había concebido real entre dos personas, pero tal vez era que jamás había estado con las personas indicadas, pero con Caridad había sido tan natural como respirar, estaba claro que tan una para la otra.

Toda vía recordaba perfectamente sus manos sobre su cuerpo, la electricidad que sentía cada vez que la tocaba, fue mágico.

Entonces fue sacada de sus ensoñaciones por Lumina, que la pateo discretamente bajo la mesa y cuando ella dijo su vista en la de ella, compartieron información. Lumina le sonrió pícaramente, y con eso supo todo. Sadie le sonrió tontamente.

Después de eso siguieron platicando de lo que harían ya que faltaban menos días para la fiesta de Navidad, y tendrían que ir a la fuerza vestido con sus mejores galas.

Lumina no era muy feliz de eso, pero no le quedaba de otra, y aparte para la mala suerte de todos, era un baile en parejas, así que tendrían que ingeniárselas para conseguir una pareja. Sadie y Caridad estaban más que claras en lo que harían, pero los demás no tenían ni la más niños idea.

Alguien los interrumpió tocando el timbre. Fabel se levanto de la mesa para abrir, y entonces se encontró con las personas menos agradables del mundo, y un amigo.

Videl estaba encañonada en la cabeza por una jovencita vulgar, y tras de ella había unas seis personas diferentes, en su mayoría hombres.

-Hola.- dijo Videl con cara de compungido.

-Vaya. Veo que la vida los trata bien, venimos por un trato. -Dijo Juliána con su vocecita desesperante. Manuel se levanto rápidamente y se llevó la mano al cinto, donde tenía una daga.

-Largo de aquí, zorra.- dijo el, ferozmente.

-Yo no sería tan grosero. Draco Rufus.- dijo Bruno, detrás de Juliana. Sus ojos delataban peligro, y Lumina se cohibió.

-Pasen.- dijo Gael.

Y ahí comenzó el fuego.

El Rompecabezas de la Magia©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora