-Una flor para Fabel-

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"Por cada paso que tomes, yo doy tres por ti. Cada vez que respires, yo lo haré tres veces más. Solo para que el día que necesites que te atrape antes de caer, este ahí esperándote para atraparte, y cada vez que necesites aliento, yo te daré el mío y un poco más, por qué la sonrisa en mis labios es para ti."
LR, The Prayer

Mientras los chicos llegaban, Hector se fue a su habitación, dejando solos a Micael y a Fabel. Generalmente Micael no era muy buena compañía cundo de hablar se trataba. Así que en parte, para Fabel, que estaba en un humor nostálgico, fue una tortura.

Ambos sentados en la mesa de la cocina, mientras Micael trasteaba con su computadora, un interfaz y sus guitarra, Fabel recordaba lo que había pasado.

Hacia un tiempo había tenido una historia en común con una chica de la escuela, que ya no estaba ahí, había salido de ahí de cierta manera intacto, pero desde entonces, y todo lo que pasó, ya no tenía relaciones con nadie a excepción de sus amigos.

Cuando veía a las parejas felices, no podía dejar de pensar que tarde o temprano, la sociedad separaría a ambos si su amor no era lo suficientemente fuerte.

Eso era lo que le había pasado a el.

De cierta manera, le sirvió para ver qué la sociedad estaba jodida en todo el sentido de la planta, creyendo que los humanos eran sus marionetas, y que podían usarlos. Una sociedad jodida en un lugar de tristeza.

En realidad él ITAE solo era un pequeño modelo de la sociedad contemporánea, siempre destruyendo la poca magia que había en el mundo, entre lo que más se destruía siempre estaba el amor.

El mundo y la gente en general quiere una solución mágica para todo, pero en realidad, no creen en la magia, y eso los descalificaba inmediatamente.

Fabel todavía sentía en su interior la añoranza de no saber qué hubiera pasado si el mundo no estuviera tan jodido.

Tenía que dimitir que había cometido un montón de idioteces que lo habían hecho caer hasta tocar el fondo de su propia indecisión y dolor.

Y eso es la parte triste del asunto. Que todo pudo haberlo evitado. Pero no pudo.

Se enamoro de la primera que encontró, amo con pasión y necesidad, sucumbió ante los chismes e incluso volvió a cometer los mismos dos errores una y otra vez hasta llegar a la conclusión de que están mejor sin nada de ese drama en su vida.

Si ellas no eran capaces de aceptarlo, él no tenía la culpa de sus sentimientos, por que eran lo que lo defendía como persona.

Algunos consideraban que su sonrisa era un defecto, pero para el era la manera de demostrarle a la sociedad que él seguía ahí, listo y fuerte para lo que viniese.

Y mientras recordaba todo lo que pasó, le llegó una punzada más de dolor al ver a una nueva pareja feliz. Caridad y Sadie.

Por qué de alguna manera el también quería su final feliz, aunque también sentía una enorme felicidad por sus amigas.

Micael notó que algo le pasaba a Fabel, pero se quedó callado al ver que realmente estaba ensimismado, no quería interrumpir sus pensamientos.

Fabel seguía observando hacia la ventana, recordó escuchar hacia menos de dos horas la puerta de una habitación cerrarse, y Héctor era el único que estaba con ellos.

En algún punto, sintió remordimiento por haber pensado tan mal de la gente que eran sus amigos, pero la marca de tantos intentos fallidos seguía abierta en su corazón. Y eso era lo peor, saber que no podía ver a nadie sin sentir la llaga supurando en su interior un torrente de emociones negativas.

Trato de hacer que esos sentimientos se calmaran, pero a pesar de todo no podía.

Escucho unos pasos en el pasillo. Caridad entro con Sadie. Ambas estaban abrazadas.

Les anunciaron las noticias. A pesar de que Fabel no lo esperaba las abrazo fuertemente a cada una y les deseo lo mejor.

Todos se sentaron en la mesa a platicar animadamente mientras el gato les paseaba por las piernas. Fabel solo sonreía de ves en cuando, asentía, pero en realidad estaba callado la mayor parte del tiempo.

Botitas salió al porche por la ventana abierta de la cocina. Fabel fue el único en notarlo, y cuando se perdió en la maleza, se preguntó qué haría un gato tan extraño en ese lugar. Al parecer estaba con ellos por Lumina, pero en otras ocaciones parecía que era un chismoso que los vigilaba, aparecía cuando quería y hacia lo que se le antojaba.

Una camioneta conocida apareció por el camino y se estacionaba en el frente.

-Ya llegaron.- dijo Fabel.

Salió a recibirlos, Micael y la demás lo siguieron para encontrar que sus amigos habían traído compañía.

Lumina se deslizó fuera del asiento con su bolsa de materiales, y le hizo a Fabel una seña.

-¡Zorra!

Fabel le sonrió y espero a que subiera para abrazarle, y luego vio a el tipo nuevo.

Manuel después les explico lo que estaba pasando, y a pesar de que él quería ayudar a Lumina con las cosas de hacer proyecciones, y particularmente no quería que el bato nuevo, llamado Videl, anduviera a sus anchas por la casa con todos ellos con la guardia baja. Manuel le aseguro que se quedaría el y Héctor con Lumina y Videl mientras hacían el trabajo, y luego cenarían.

Entonces Fabel, en vez de seguir por ahí molestando y aguando la fiesta con su mal humor, salió al porche.

Hacia una bella noche, oscura y húmeda. Los ruidos de los grillos se escuchaban en todas partes, y una que otra luciérnaga por ahí volando.

Se sentó en las escaleras, viendo a la maleza y sintiendo que había sido un tonto por dejar ir a las chicas, por haber caído en el hoyo, por todo. Pero a la vez que lo sopesaba se daba cuenta de que en realidad lo que había hecho era lo que lo tenía en el lugar en el que estaba, con la poca o mucha gente que lo quería por lo que era, y que no lo juzgaban por su apariencia o carácter.

Un ruido extraño se escucho en la maleza. Y unos ojillos se asomaron entre ella, viéndolo fijamente. Botitas.

Camino lentamente por las planta saliendo de las sombras hacia la luz. Llevaba en el hocico una pequeña florecilla color azul.

Fabel lo observó sin comprender, hasta que el hago se acercó a él para sentarse en su regazo. El lo dejo.

-No te voy a dar molletes, Botitas.- le dijo. El gato le puso la flor en la pierna y luego se fue, para volver a internarse en la maleza

Fabel la tomo y la observó con curiosidad.

Era como si de repente el gato le quisiera dar un mensaje de aliento. Y sonrió.

Se quedo un rato más con la flor en l mano, y después entró en la casa a buscar su diario de ideas, donde guardo la flor con un poco de cinta adhesiva para guardarlo para siempre como recuerdo de que había esperanza.

El Rompecabezas de la Magia©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora