-La casa del angel-

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"El día que ella decidió ser alguien, lo fue. Ese mismo día, el la vio con ojos anhelantes, y encontró en ella lo más bello del universo; un alma capaz de cambiar al mundo, con solo desearlo."
LR, He & She.

El camión traqueteaba en la carretera, hasta que a las cinco se empezó a ver la carretera que llevaba a la ciudad.

Lumina se habían quedado dormida hacía mucho, cuando ganó acabado de hablar con Manuel de todos los problemas que tenían que resolver.

Ella le había recomendado un libro que traía en la mochila, y él lo estaba leyendo, cuando Miss Gertrude les aviso que pronto llegarían a la ciudad.

El hotel donde se alojarían era un lugar muy céntrico. El hotel pertenece a la familia de la dueña de la escuela. Qué casualidad.

Al llegar, Manuel ha acabado de leer el libro de Lumina, y se ha puesto a platicar con los demás. Micael y Fabel se la osaron durmiendo todo el camino, Gael, Caridad y Sadie en cambio platicaron de sus experiencias en la clase de deportes.

Miss Gertrude se levanto y los arreo hasta que todos estuvieron dentro del lo y del lujosos hotel.

No subieron sus pertenecías, solo se registraron y después salieron a la ciudad donde Miss Gertrude les dio un rápido recorrido por el lugar y estableció el perímetro donde podrían hacer la excursión.

El barrio chino ocupaba por lo menos tres cuadras, incluida la del hotel, así que en parte estába bien.

Los dejaron libres y acordaron encontrase en el restaurante del hotel a no más de las nueve de la noche.

Eran ocho personas, así que el grupo era grande, sin contar a los seis morros de secundaria.

Caminaron en las primeras cuadras. Donde había una variedad de tiendas donde vendían todo tipo de cachivaches chinos.

No compraron mucho. Acaso Fabel como siempre algunos bocadillos, y las chicas un poco de ropa, en unas tiendas.
Para la mala suerte de Gael no había relojes de imitación, y Micael se rió de el.

-Vale, pues. ¿Donde habrá armas?- preguntó Fabel.

-Pues supongo que en alguna tienda de recuerdos.- dijo Gael.- igual hasta mi reloj encuentro.

-Cállate.- le dijo Manuel pegándole en la cabeza.- Vamos a revisar tienda por tienda.

-Vale.

Caminaron un buen rato revisando. La mayoría de las tiendas no vendían nada relacionado con armas.

Hasta que eran las siete de la noche encontraron un pequeño establecimiento de artes marciales.

-Casualidad.- dijo Manuel viendo el letrero viejo que se erguía encima de la puerta de entrada. "La casa del Ángel".

El lugar estaba abandonado, pero al subir las escalera de la tienda la puerta estaba atrancada.

Fabel empujó la puerta, haciendo uso de su fuerza, pero en realidad no pudo abrir hasta que Gael y Micael lo ayudaron a empujar.

-¿Sabes que esto es legalmente indebido?.- preguntó Caridad con cara de estar muy molesta con ellos.

-Ya que. Lo necesitamos.- dijo Micael.

Sadie estaba detrás de Lumina y los observaba con mucho interés. No sabía que pensar de entrar en propiedad privada, pero ese mundo en el que vivían ellos era muy atrayente.

Al entrar se encontraron con un tipo de depósito. Estaba oscuro y lleno de polvo. Sadie estornudo.

Los demás empezaron a caminar entre las cajas de objetos y cachorros. Había montones de porquerias.

Manuel tomó del piso una katana. La examinó y se quedó con ella.

-Cada uno tome dos o tres armas.- dijo Manuel.

Lumina escogió una espada corta, un juego de dagas y un báculo.

Manuel tomó una katana y una espada.

Micael una espada y una daga.

Fabel solamente escogió un mandoble.

Sadie y Caridad escogieron espadas y dagas.

Héctor en cambio una espada y dagas al igual que Gael.

-Miren que cute!- dijo Gael, sosteniendo su espada.

-Oh, qué lindo, zorra.- dijo Micael.- Creow ese deberíamos dejar dinero.

Manuel asintió y sacó su cartera. Todos lo imitaron, y dejaron unos cuantos billetes doblados en un estante.

El Rompecabezas de la Magia©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora