-Cantos desesperados-

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"the earth has music for those who listen"

-William Shakespeare

Manuel se encontraba en su habitación de dos metros por dos metros, color azul pastel con toques durazno, cortinas de encaje y muebles blancos,

El había modificado lo mas posible el lugar en u intento desesperado de sentirse tan comodo en ese lugar como lo hacia en el la habitación de Fabel, pero solo había logrado hacerla medio habitable y cómoda después de haberse peleado incontables horas con las imágenes religiosas de la virgen, el crucifijo de la puerta y de la cama y un santo de extraño nombre.

Al final colgo algunos de sus dibujos en la pared, los cuales reflejaban el trabajo que había desempeñado un tiempo en una compañía editorial de comics.

Adoraba el anime, en especial Naruto. Y la mayor parte de la decoración eran dibujos de la serie predilecta de Manuel.

Al igual que las habitaciones de sus amigos, la cama arrinconada en la esquina izquierda, opuesta a la puerta era un lugar focal para el. A pesar de que su habitación estaba atestada de objetos, en especial la mesilla de noche y el escritorio, el se sentía comodo con el desastre de sus habitación.

Llego y avento en uniforme en la esquina mas lejana del lugar, sobre una sillita de palo que la escuela le había proporcionado junto a todo el demás mobiliario.

Se sento sobre la cama en calzoncillos y se puso a pensar en todo lo que había pasado. Dejo que la frustración lo embargara. Se dejo ir por sus sentimientos.

Se sentia una porquería de ser humano. Se sentia culpable e intranquilo por la situación en la que se encontraba el y en la que había metido a sus amigos.

Ese dia había sido una avalancha de emociones. Ver a esa criatura extraña y brillante tirar la comida y salir corriendo al baño a vomitar lo había hecho sentir mal, pero saber que sufría y que a parte ella era la elegida para completar su union, era algo muy extraño y doloroso.

Manuel se preguntaba que había hecho mal. Se planteaba todas las hipótesis de como podia haber ayudado a Lumi antes, de como hubiera podido evitar su sufrimiento, pero solo se torturaba inútilmente.

Se sentia culpable de arrastrarla a aquella locura en la que el estaba metido, en la locura en la que había metido a sus amigos en todo eso que le había traído tantos problemas, pero a la vez se sentía tan maravillosamente afortunado de tener amigos en los que podia confiar, en los que podia recargarse y depender de su amistad, por que era el tipo de amistad duradera e inquebrantable que le ayudaba a sentirse vivo.

Y en todos sus pensamientos solo encostro algunos detalles que no le gustaron como la culpa, pero en si eran buenos. había sido un une día, lleno de emociones nuevas y amistad.

Su celular vibro como loco en algún lugar de sus arrumbados pantalones escolares en la silla de palo.

Se levanto y tomo el celular para encontrarse con los mensajes mas escalofriantes que había visto en mucho tiempo, y eso que ya lo habían amenazado multiples veces. El mensaje no tenia remitente y rezaba:

"Tenemos a tu amiguita, END. Trata de salvarla. Si puedes."

Un escalofrío lo recorrió a través del espinazo.

El coraje lo embargo igualmente, y en un impulso de odio e ira contra la gente que tenia a su amiga, golpeo la pared.

Los nudillos, blancos por el esfuerzo, comenzaron a sangrar profusamente mientras seguían pegados a la pared color azul.

Retiro el puño. No se limpio.

Trato de serenarse y respirar hondo.

Conto sus respiraciones.

El Rompecabezas de la Magia©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora