-Camino hacia el futuro-

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"Solo sueña conmigo, yo ya estoy ahí. Ve y dile adiós al miedo, por que en cierta manera, lo que te aterra solo es el reflejo de tus impedimentos. Yo solo soy el vehículo por el cual se manifiestan."

Gael manejaba mientras Manuel y Lumina discutían las ideas para hacer las protecciones. Sal, apio, cuarzos. Todo.

Lumina reía ante las ideas de Manuel de cómo hacer las cosas.

Llegaron al centro comercial, Manuel no sabía exactamente mucho acerca de por qué Lumina quería ir a esa tienda en específico a excepción que el bato que le gustaba trabajaba en la tienda. Un tal Videl.

Al llegar se estacionaron. Lumina se bajó con los demás y se pusieron s recorrer el lugar hasta llegar a la tienda de esoterismo. Parecía completamente normal.

Lumina entró con Manuel y Gael a forma de guaruras.

-¿Hola?.- preguntó Lumina, al ver que nadie están en el mostrador.

Un chico despeinado salió de las trastiendas desde una cortina morada. Sus ojo se fijaron en los de Lumina y le sonrió embobado.

-Hola, angelito.- luego de decir eso reparo en la postura tensa de Manuel y Gael.

Gael posó su mano posesivamente en el hombro de Lumina.

-Perdón, no sabía que venías con tus amigos.

Lumina le sonrió, dejando ver su hoyuelo en la barbilla.

-No hay problema, solo son un pelin posesivos.- dijo ella.

-Ok,¿Necesitas algo?.- preguntó el.- Por cierto me llamo Videl Salfrin, soy hijo de la dueña del changarro.

Manuel asintió. Vio que el tipo tenía alas, de un color dorado, pero al parecer estaban bien escondidas bajo un sello, por qué si no, Lumi le habría dicho.

-Necesitamos surtirnos de material para hacer unos trabajos.- dijo Lumina.

-Claro, dime lo que necesitas y si no lo tengo te lo consigo.- dijo Videl.

-Semillas de apio, listón blanco, dos cirios, cardamomo, ruda y loción de siete machos.

-Tengo todo menos la loción de siete muchos, pero te la consigo en unas horas con mi madre.-dijo Videl con un aparente tranquilidad, pero Gael lo vio muy preocupado al joven, así que bajo la mano.

-Vale, muchas gracias, ¿a qué hora puedo volver por ella?.- preguntó Lumina.

Videl se vio muy decepcionado.

-Me gustaría hablar con ustedes.- dijo de repente Videl.- se lo que son.

Manuel abrió los ojos como platos, y sus reflejos inmediatamente agarro a Lumina por los hombros y la pasó atrás de él, poniéndose enfrente de ella. Gael también reaccionó así.

Videl jamás había visto tal conducta en alguien.

-Solo quiero hablar. Lo juro.

Manuel apretó los labios.

- En un lugar público. Starbucks.

Después de eso, Lumina no supo cómo reaccionar, pero se encontró en una mesita cutre del Starbucks con su bolsa de materiales, rodeada de sus amigos que interrogaban a Videl.

La verdad es que el tipo estaba guapo, pero no sabía que hacer con la situación.

Pellizco el Sandwich que estaba compartiendo con Gael, por que así acostumbraba a comer, y a la vez absorbía la información que Videl les proporcionaba.

Familia adinerada. Diecisiete. Mismo grado que ellos. En busca de escuela. Con idea de lo que eran. Coincidencias.

Eso le bastaba para saber que aparte de guapo era sensible.

Después de que ambos amigos se convencieron de que él no era un violador serial, le dieron la información.

-Vale, es por seguridad. Me llamo Manuel Asteban, él es Gael Polak y ella es Lumina Vicelli. Somos del ITAE.

Con decir eso Videl se quedo con cara de que sabía que eran unos niños pijos.

-Me agrada saberlo y entiendo que la quieran proteger a ella y a sus amigos.- dijo Videl.- De hecho me gustaría ayudarlos.

Manuel y Gael intercambiaron unas miradas muy intensas y después asintieron.

-Creo que podrías ser de ayuda. Lumi va a necesitar a alguien que la ayude con las protecciones.- dijo Manuel.

-Va, solo dejen que consiga la loción de siete machos. Mi madre la tendrá en nuestro almacén, voy por ella.

-Te vemos aquí.- dijo Gael.

Videl se levanto y se marchó hacia la tienda.

Manuel y Gael aprovecharon para cotillear y molestar a Lumina.

-Se nota que te gusta el bato.- dijo Manuel

Lumina se sonrojó y lo volteó a ver furica.

-¡Claro que no me gusta!.- dijo ella.

-Yo sé que si.- dijo Gael picándola en la espalda.

Se quedaron molestándose unos a otros, cuando Videl llegó por atrás y antes de llamar su atención los vio atentamente.

El jamás había tenido amigos, y menos sabía que era poder confiar en alguien de la manera en la que ellos demostraban en ese momento, picoteando a Lumina y riendo.

Se acercó y les puso en la mesa el frasco de loción.

-Listo.

-Gracias.- dijo Gael.- Vamos a la casa. Si nuestros amigos te aprueban, puedes quedarte.

Eso le llego a Videl de la nada.

Se levantaron, Manuel le pasó un brazo por los hombros a los hombros a Lumina y Gael se emparejó con Videl mientras lo seguirá por el centro comercial hasta el estacionamiento.

Videl vio la camioneta vieja. Y lo hicieron sentarse en la parte trasera, la segunda fila de asientos, solo, mientras ellos se sentaron juntos con Lumina en medio de ellos.

El camino fue algo largo, y la mayor parte del tiempo los tres de enfrente se la pasaron cantando a grito pelin canciones de Michael Jackson.

Él sonreía y a la vez sentía envidia de lo sencilla que era la relación entre ellos. No había nada que el más quisiera que tente una amistad tan bella como la de ellos.

Eran las siete. Ya había avisado a su madre que saldría a tus de a unos clientes cuando había ido a la bodega por el material.

Su mama le mando un mensaje afirmativo y que luego pasaría a buscarlo.

El camino se fue reduciendo hasta bifurcar entre dos barrios de gene rica. Videl lo observó. Gael manejo hasta llegar a una caseta. Los dejaron entrar y aparcó en la entrada de una casa clara y bella en medio de un lugar acartonado.

Videl observó como salían un montón de personas de la casa a recibirlos y se sintió cohibido.

El Rompecabezas de la Magia©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora