-Una casa de palo-

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"The only thing that I regret in my life is the compelling power of love. I love you an value you as high as the stars that shine over us. You will forever be my strength, and I thank you for being strong for both of us. Kimberly, you will forever be my light."
LR, The Prayer

Llegaron a una casa en un suburbio adinerado de la ciudad. Manuel y Gael una vez más bajaron las maletas y todos los triques que traían.

Botitas siguió a Lumina de lejos, y sé quedo en el pórtico de la casa. Era un gato muy salvaje, así que en petes era mejor que se quedara fuera.

La casa era de madera blanca, amplia y muy vieja. Al entrar se encontraron con los muebles llenos de sabanas que los cubrimos y la tenue luz iluminando el lugar.

Hacia un poco de frío en el lugar.

Luego los atacó una variedad de demonios y Manuel aseguró, una vez que el y Fabel se hicieron cargo de la situación, que se debía a que la casa había estado deshabitada un buen rato.

Quitaron las sabanas de los muebles y después de un rato de desiciones se repartieron las cuatros habitaciones entre los ocho que eran.

Eran las cinco de la tarde. Todos reunidos en la cocina en un comedor no muy amplio pero que podía alojarlos a todos alrededor de la mesa redonda.

No había comida, así que tendrían que salir pronto al Walmart que estaba cerca. Pero antes decidieron hacer un photo shoot.

Aunque sus celulares de baja resolución no eran muy buenos, lograron sacar varias fotos de medio pelo.

-¿Qué cenamos?.- preguntó Héctor.- por qué les aseguro que no puedo seguir comiendo sopa ramen instantánea y papas.

Manuel lo fulminó con la mirada. Lumina entonces hablo.

-Se cocinar. Pero no les aseguro nada.

Y como esa proposición era mejor que nada, Manuel, Lumina, Sadie y Fabel salieron al súper.

Manuel como siempre manejo. Sadie que argumentando que a Walmart solo iban frikis se puso un onesie de gatito e hizo a Fabel que la cargara todo el tiempo de caballito en el súper mientras el empujaba el carrito.

Compraron lo necesario para spaguetti a la boloñesa, ensalada y papas fritas. Una vez más Manuel manejo, y Fabel se vio obligado a cargar las bolsas mientras cargaba a Sadie.

Lumina se reía de ambos.

Al llegar a la casa se encontraron a Micael medio dormido en la silla y Botitas estaba en su regazo mientras Gael bailaba en la sala con Caridad y Héctor salsa.

Una vista muy extraña, pero aún así graciosa.

Lumina se puso a cocinar junto a Manuel. Los demás limpiaron un poco la mesa.

Una hora después, Manuel cargaba una enorme olla de pasta y Lumina un plato de ensalada. Todos se anotaron alrededor de la mesa, incluso Micael después de levantarse de su siesta, y comieron en platos desechables.

La comida de Lumina era excelente, y evidentemente nadie dudó en decirlo.

Se quedaron un rato más platicando, y luego Micael se levanto repentinamente.

-¿Qué le pico?.- preguntó Héctor.

-Déjalo, el pobre tiene mal intestino.- dijo Fabel sirviéndose una tanda más de pasta.

Micael regresó con su bolsa hipster. Se sentó en la mesa y hablo.

-Ya que ustedes van a estar con nosotros a partir de ahora, les voy a dar su propio cuarzo. Tráiganlos todo el tiempo, por qué son lo que los va a proteger mejor que nada.

Saco de su bolsa un cuarzo rosita y se lo entregó a Sadie. Tenía una cadena que lo había perfecto para colgarse alrededor del cuello.

-Gracias, no te hubieras molestado.

Micael le sonrió.

-No hay de qué. Se llama Nami, y es especial para ti, te va a ayudar a centrarte en lo que la vida te da.

Fabel ayudaba a Sadie a ponerse el cuarzo alrededor del cuello.

-Para el tonto de Gael, te doy a Mantalia, es un cuarzo citrino. Es muy bueno con los males del amor.

-Gracias, dude.

Y se lo puso solo.

-Para Héctor, un cuarzo morado, se llama Pío.

-Gracias.- se veía muy feliz con su nueva adquisición.

Lumina instintivamente se llevó la mano al pecho para tocar a su cuarzo. Amelia.

Ella se preguntó cuáles serían los cuarzos de sus amigos, jamás había visto a otro aparte del de Fabel.

Se fijó en que Manuel tenía un collar fino que le colaban del cuello. Vio que ahí tenía el silbato que traía a Cuelebre. Sonrió.

Entre todos limpiaron los platos y quedaron en que al otro día irían a investigar el terreno y tal vez entrenar.  Luego igualmente podrían aprender a luchar juntos con algún demonio.

Todos se quedaron en la sala viendo un partido de futbol. Caridad y Sadie acurrucadas en un sillón, y los demás todos apiñados en el otro. Lumina y Manuel se anexaron a platicar en el último solo junto a la televisión.

-Manuel. En el centro comercial ese chico...

-¿Te gusta?.- preguntó el.

Ambos estaban sentados viéndose. Lumina con las piernas contra el pecho. Compartían una manta, ya que Lumina tendía a parecer un muerto fresco. Helada.

-No necesariamente. Solo su nombre y la manera en la que me llegó, el lugar.- Lumina se veía conflictuada.- no se, me dio en lo profundo.

-Relájate, pequeña.- dijo Manuel revolviéndole el cabello.- piensa que tal vez sea solo un loco.

-¿Y tú qué tal con Caridad?.- preguntó Lumina.

-Bien, en realidad sabía que a ella es bi. Asi que no me sorprende.

-¿Seguro?.- preguntó Lumina, viéndolo directamente a los ojos.

-Si, no te preocupes, por lo mientras vamos a resolver nuestros problemas con ellos también.

Se quedaron un rato más platicando de la escuela. Luego Micael les cayó encima. Literal.

Se puso a atacarlos y Manuel le respondió, dejando a Lumina en medio de la pelea.

Ella se reía. Y luego Héctor llego y la jalo para que no saliera lastimada por los golpes de Manuel y Micael.

Ella se reía de ellos desde un lugar seguro. El sillón en donde solo están Gael comiendo helado.

-Vale, ya déjense.- dijo Fabel metiendose en medio, pero en realidad solo se golpearon más y Fabel quedó involucrado en su juego de machos.

Lumina se recargó en Gael. El la acepto y le pasó un brazo por los hombros.

-Son unos morros.- dijo ella riendo.

-Bastante.

Botitas desfiló por el pasillo haya llegar al regazo de Lumina. Se le subió y no sólo en el regazo, si no en el pecho, ronroneo tranquilizando hasta la última fibra de su cuerpo.

Al final dejaron de golpearse y se sentaron de nuevo en el sillón. Sadie y Caridad ya se habían quedado dormidas, y obviamente Lumina ya están cansada y al parecer en las puertas de el sueño.

Decidieron dar la noche por terminada. Manuel acompaño a Lumina que se quedaría a dormir sola en una habitación y Gael en la sala. Los demás también se subieron a las habitaciones.

Esa noche las cosas irían de maravilla, dejándolos descansar, puesto que dentro de poco, las cosas se pondrían complicadas para todos.

El Rompecabezas de la Magia©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora