Enferma de ti

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En el camino ambos nos quedamos callados sin decir nada.
Yo miraba por la ventana; me sentía sin fuerzas. Pasamos varios parques y calles, donde veía muchas parejas felices. Que irónico que yo tenga a alguien a quien no le importo nada; de hecho esa indiferencia es mutua.
Alex miraba al frente, parecía estar inmerso en sus propios pensamientos.

~ ¿Tu padre te mandó? ~ le pregunté para romper el silencio.

El rodó los ojos como si lo hubiera fastidiado con mi pregunta.
Yo me quedé mirándolo pero pronto me di cuenta que él definitivamente no quería entablar conversación alguna conmigo.

Luego de un rato volví a insistir.

~ ¿Qué hacías en mi casa? ~ formule otra pregunta.

Y tampoco obtuve respuesta; me ignoraba totalmente.

~ ¿Conoces a dónde estamos yendo?; porque si no me respondes no puedo indicarte ~ dije tratando de llamar su atención.

- ¡Puedes callarte! - me gritó dejándome boquiabierta.

~ ¿¡Qué te ocurre?!; ¡no me grites! ~ grité más fuerte; era increíble que no podieramos hablar tranquilamente.

- Nunca te callas; me tienes cansado - terminó frenando en seco ante un semáforo en rojo.

El movimiento brusco me hizo asustar.

~ ¿Cansado? ~ pregunté con voz débil recuperandome del momento.

Y él volvió a quedarse callado. Se escuchaba su respiración agitada por el enojo.
Decidí bajarme del auto aprovechando los segundos que me brindaba el semáforo rojo.
Bajé y comencé a caminar sin mirar atrás en dirección contraria de donde nos dirijiamos. Oí Cómo el auto arrancaba de nuevo a toda velocidad; se fue dejándome otra vez.

Me detuve en un parque y me senté en una banca; necesitaba ubicarme en dónde me encontraba. Pronto reconocí el lugar; no estaba lejos del consultorio del médico.

No podía creer que Alex se comportara como si me odiara, siempre tratando de fastidiarme y nunca podíamos hablar, terminábamos gritando y enojados. Me dí cuenta que no podría seguir finjiendo. No resultaría delante de la gente; nuestra "relación" era fatal.
Comencé a tocer; mi garganta estaba inflamada y volví a sentir malestares. La cabeza me estaba matando.

De pronto mi celular comenzó a sonar; era Thomas Richardson 《genial》 dije para mí misma.

~ Hola señor Richardson ~ respondí ya quedándome afónica.

- Hola Chloe, ¿Qué ha pasado?, te oyes mal - me preguntó

~ Es mi garganta; ¿Qué ocurre? ~ pregunté para saber el motivo de su llamada.

- Quiero saber dónde están, ya deberían estar aquí - me dijo y yo me quedé confundida.

~ ¿Estar dónde? ~ pregunté porque no entendía.

- Mandé a Alex por ti; ¿ no fue? - respondió furioso.

~ Sí fue pe-pero....~ comencé a tartamudear~ discutimos y me dejó en el camino. Lo siento, no está funcionando ~ dije esperando lo peor.

- Ahora no Chloe; te necesito aquí, mandaré por ti ya mismo. Dime dónde estás.

Le dí la dirección y esperé que aparecieran. Claro que ya no iría al médico y tendría que inventar una buena excusa para mis padres.

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Después de 10 minutos vi el auto. Eran como las 18:30. Y recibí otra llamada de Thomas.

~ Ya estoy en camino ~ dije al instante.

- Lo sé; dentro del auto hay un vestido, zapatos y maquillaje. Te llevarán al hotel Holloway en el centro, te espero - y me colgó.

Corrobore aquella información, en una caja había un vestido rojo de seda; sonreí al sentir la delicada tela; unos tacones plateados; y un estuche de maquillaje.

Calculé el centro; estábamos como a media hora. Asi que; tenía que ser veloz y equilibrada para cambiarme y sobre todo para maquillarme.
El cabello lo llevaba amarrado y no había mucho que hacer; sólo traté de hacer un moño sofisticado y lo adorne con un broche plateado que había en el estuche.
Tenía que ocultar que me veía terrible; tenía ojeras y mis ojos rojos. Puse corrector de ojos y me maquille con tonos naturales porque el vestido se llevaría el protagonismo; además, quería que me vieran al natural.

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Afuera del hotel Holloway había cientos de fotógrafos y una alfombra que se extendía desde la calle hasta la puerta. Mucha gente alrededor tomando fotos y gritando; se trataba de un evento importante sin duda alguna.
No estaba segura de qué hacer; pero pronto abrieron la puerta del auto, tenía que bajar y en cuanto lo hice todos los fotógrafos se abalanzaron sobre mí.
Yo sólo sonreía y saludaba; entre la gente vi que Thomas se acercaba y el aire volvió a mí.

- Camina conmigo - me dijo ofreciendome su brazo.

Estaba emocionada por todo aquello. Mala hora para estar enferma.

- ¿Estás bien? - me preguntó con una sonrisa mientras nos detuvimos en el centro de la alfombra para que nos tomaran fotos. Y así fue; los flashes no paraban.

~ Sí ~ respondí muy sonriente tratando de esconder que me sentía todo lo contrario.

No dimos ninguna entrevista; por suerte sólo tenía que pozar.
Luego de un rato entramos a la recepción que Thomas había preparado.

- Todo esto lo hice para ti - me dijo Thomas extendiendo las manos.

Me quedé alucinada.

~ En serio? ~ pregunté y seguramente mis ojos brillaban.

- Sí, te anunciaré como la revelación del modelaje, y como nueva adquisición de mi agencia.

~ Es genial ~ dije sin poder ocultar la felicidad que me embargaba.

- Lo que quiero saber es dónde está Alex. No estás cumpliendo tu parte. Y si no quieres perder esto será mejor que aparezca - me amenazó borrando mi sonrisa.

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La noche transcurría muy bien; estaba conociendo a diseñadores con quienes trabajaría; grandes personajes de las pasarelas y editores de las mejores revistas en el mundo.
Era un sueño y a todos parecía encantarles y me aseguraban trabajos junto a ellos.

Me percaté que tenía como 20 llamadas de mi madre; seguramente estaban preocupados por mi demora.
Sólo les mandé un texto para avisarles que llegaría tarde y que no se preocuparan.

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Mientras conversaba amenamente con una diseñadora muy famosa pude ver llegar a Alex que se acercó donde su padre, intercambiaron algunas palabras y luego se fue a la barra de bocaditos.

Aproveché que llegaron más personas a nuestra conversación y me despedí de aquella mujer. Necesitaba hablar con Alex.

~ Hola ~ lo saludé.

La gente comenzó a vernos; los rumores de nuestro romance era un chisme conocido.

Alex se giró hacia mí; con un brazo me tomó de la cintura y me apego hacia su cuerpo, pude ver sus ojos frente a los míos antes de que posara sus labios en mi boca; en un beso suave y húmedo. Con su otra mano me tomó por el cuello para llevarme más hacia él.
Ese instante acabó mirándonos fijamente. Y con el flash de una foto que inmortalizó el momento.
Se escucharon aplausos de la gente y pude ver como Thomas Ricardson sonreía desde el otro lado de la sala y levantando su copa hizo un brindis por nosotros.












Hermoso Infierno >(Zayn¥Gigi)<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora