Hermoso Infierno >(Zayn¥Gigi)<

Sorpresas

Alex me soltó con una cara neutra como si aquel beso no le hubiera provocado nada.
Yo estaba algo agitada, pude sentir su lengua suavemente en mi boca dejándome un sabor mentolado. Sentí un cosquilleo por un segundo antes de volver en mí.
Todos volvieron a sus cuestiones, incluso Alex que se volvió para elegir algún aperitivo de la mesa.

~ Me alegra que hayas llegado ~ le dije suavemente, ese beso había provocado algo extraño en mí que no sé explicarlo bien.
Era un simple beso de un idiota pero seguía con la sensación.

- No iba a perderme la fiesta Poly

¿Acaso me había llamado Poly? Pero que dem....

~ Soy Chloe ~ respondí molesta.

- No me importa - añadió llevándose unas aceitunas a la boca.

Me quedé inmóvil frente a él mientras devoraba su alimento.

- ¿Esto es lo que te gusta no? - continuó - esta basura.

~ Tú también estás aquí ~ contraataque arqueando una ceja y cruzando los brazos.

- Yo por otras razones, diferentes a las tuyas - añadió mirándome de pies a cabeza.

~ Vete al demonio ~ contesté furiosa y decidí alejarme de él. Pude sentir su sonrisa malévola detrás de mí.

Me fui al tocador y busqué mi celular, ya pasaba de media noche y definitivamente debía llamar a casa.
La voz alterada de mi madre del otro lado amenazó que si no llegaba en media hora a casa llamaría a la policia.

Salí inmediatamente para buscar a Thomas y explicarle que tenía que volver a mi casa.
Pero no lo encontré por ningún lado ¿a dónde se habría metido?, sólo vi a Alex que estaba coqueteando con otras modelos y tenía las "manos ocupadas" por así decirlo; bufé molesta y me decidí a salir y tomar un taxi o lo que sea que me llevara pronto. Pero antes de llegar a la puerta me detuvo alguien, era Dereck McWolt un empresario de Joyas que conocí esa noche y con el que había tenido una conversación muy amena.

- ¡Chloe! - dijo tomándome del brazo

¡Demonios! ¿justo ahora? Pensé
Le sonreí, estaba apurada y tenía que pensar como librarme de él amablemente.

- ¿Vas a algún lado? - me preguntó mirando las enormes puertas de salida que era hacia donde me dirigía.

~ Sí ya me iba, estoy algo cansada ~ dije avergonzada por estar saliendo sola mientras que "mi novio" estaba entretenido del otro lado del salón.

- Y te vas a ir sola? - me preguntó algo confundido mirando como el cínico de Alex se divertía con otras.

~ Sssssi ~ respondí arrastrando las palabras sin saber qué más decir para justificar esa situación.

Seguramente mi cara estaría rojisima por el momento incómodo que estaba viviendo.

- De ninguna manera - dijo y comenzó a buscar a alguien con la mirada.

Imite su acción para ver a quién buscaba. Al divisar su objetivo hizo una seña y al instante se acercó a nosotros un chico por demás apuesto; tenía cierto parecido a Alex. Me quedé prendada por un milisegundo y creo que llevaba la boca abierta y babeaba.

- Chloe él es mi sobrino Jace - me presentó a aquel adonis.

- Mucho gusto - me dijo Jace sonriéndome y extendiéndome la mano.

Yo sólo le devolví la sonrisa sin emitir palabra alguna. Era muy guapo y si habría la boca seguro tartamudearia y quedaría como una tonta.

- Jace ya va de salida también, ¿por qué no te lleva? - me propuso Dereck McWolf dándole una palmada a su sobrino.

~ No no, no quiero molestar, no se preocupe voy a tomar un taxi ~ respondí muy nerviosa ante aquella invitación que no me esperaba.

Ambos se miraron, tal vez preguntándose "¿taxi?", que no sé por qué lo dije, ellos nisiquiera se habrían subido a uno nunca en sus vidas.

- ¿Taxi? - respondió Jace confirmando mis pensamientos - a esta hora es muy peligroso, y más para una chica hermosa como tú.

Me sonroje ante aquel cumplido.

- Lo ves? - añadió Dereck - además; no creo que a tu novio le moleste - dijo y los tres miramos a Alex que seguía muy ocupado.

Sentí una punzada en el estómago, claramente Alex me estaba haciendo quedar como una tonta.
Asi que sin negarme más acepté que Jace me llevara a casa.
Ambos salimos y esperamos que el ballet trajera el auto. Era un ferrari amarillo muy bonito igual que su dueño.
Jace me abrió la puerta como todo un caballero y se subió rápidamente.
Para mi mala suerte y para rematar la situación los paparazzis se encargaron de tomar fotografías de todos los ángulos que teníamos.
Tendría que acostumbrarme a que me segaran a cada salida que tuviera a partir de ahora.

En el camino Jace y yo hablamos corridamente, la conversación era cómoda y divertida, como si nos conociéramos desde siempre.

Me hizo un par de cumplidos más sobre mi vestido y mi sonrisa. Cosa que Alex ni había notado.

Al llegar a casa le agradecí y nos despedimos, me hizo olvidar por completo el lío que me esperaba adentro de mi morada.
Oh oh