Hermoso Infierno >(Zayn¥Gigi)<

Mala Noche

Durante el camino se puso a llover y pronto estábamos empapados; además el frío me estaba haciendo tiritar. Yo abrazaba muy fuerte la cintura de Alex; podía sentir su abdomen tonificado en la playera empapada y mi rostro se apoyaba en su espalda. Las gotas frías entumecian mis brazos sin embargo aun así podía sentirlo perfectamente.
Pero el destino donde nos dirijimos era nada más que la mansión Richardson.
Alex se detuvo en la entrada y se volteó mirándome como para que yo me bajara de una vez.

~ ¿Qué hacemos aquí? , me llevarías a mi casa. ~ le dije en tono de reclamo mientras la lluvia caía sobre nosotros.

- ¿Ya viste Cómo está el clima?, no puedo manejar así. - respondió y se bajó

~ Y qué hago entonces? Tú me llevarías ~ contesté aún sentada.

Él me tomó por la cintura y me levantó colocandome en el piso. Con tal fuerza que me lastimó y me hizo pegar un grito.

~ ¡Qué te pasa idiota! ¡No me toques! ~ grité empujandolo. Lograba sacar lo peor de mí en un segundo.

- ¡Pues deberías bajarte tú sola! Debo guardar esto - dijo tomando su moto y llevandola al garaje techado.

~ ¡¿ Y Cómo se supone que me voy a ir eh?! ~ seguía insistiendo muy molesta mientras nos dirigíamos a guardar su moto adentro.

- Ya te dije que no puedo conducir en esta lluvia. No me fastidies más. - dijo sacudiendose como si fuera un perro.

Con mis manos hice un escudo para evitar las gotas que saltaban de su cuerpo. Aunque no tuviera caso pues ya estaba totalmente mojada.

Me quedé callada mirándolo, de hecho pensaba en cómo irme en medio diluvio.

- ¿Por qué no te quedas? Y si te portas bien puedo quitarte el mal humor - me propuso con una sonrisa burlona.

~ Ni loca me quedo y menos contigo ~ le dije apuntandole con mi dedo como forma de amenaza para que sus pensamientos cochinos se esfumaran.

- Que amargada estás. Deberías aceptar mi favor - dijo entrando a la mansión por una puerta de atrás que daba al garaje donde nos encontrábamos.

Entré con él; me sentía impotente de no poder hacer nada. Las calles estaban desiertas por la lluvia y él no quería llevarme.
Aun quedaba la opción de que uno de sus chóferes lo haga pero me parecía de mal gusto levantarlos a esta hora. Y eso implicaría despertar a Thomas y de cierta manera todavía no le tenía tanta confianza.

~ ¡Vete al demonio! ~ le grité ya arta.

Alex lanzó una carcajada y me hizo un ademán con la mano en señal de despedida.
Subió las gradas a su habitación dejándome parada allí furiosa.

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- Hola. - me contestó al otro lado del teléfono una voz soñolienta.

~ Hola papá, perdón por despertarte ~ le hablé muy avergonzada a mi padre pues no tenía más opciones que llamarlo para que me fuera a recoger.

- Hija, qué ha pasado? -me preguntó con un tono más preocupado. Y en el fondo escuché a mi madre que le preguntaba lo mismo.

~ Nada pa, sólo quería que vinieras por mí ~ repondi tratando de ahogar mis lágrimas que comenzaban a caer.

- Dime dónde estás y voy enseguida amor - me dijo y esas palabras me hicieron sentir aliviada. La voz de mi padre siempre me hacía sentir protegida y a salvo.

Respiré hondo; le dí la dirección y colgué. Mi padre llegaría en 20 minutos más o menos. Y preferí esperarlo afuera, aunque hacía mucho frío y la lluvia continuaba me refugié en el uno de los enormes pilares que tenía la mansión .

En cuanto llegó corrí y me subí. Él se quedó mirándome por un momento pero no me dijo nada. Tal vez porque se notaba lo mal que me había ido; estaba toda mojada; el maquillaje corrido y mis ojos rojos pues acababa de llorar.
Solamente me alcanzó su abrigo; que Dios sabe que lo necesitaba porque ya no aguantaba más la helada noche.
Al llegar a casa mi madre nos esperaba pero tampoco me dijo nada; ambos me dieron un abrazo y me desearon Buenas noches antes que yo subiera a mi habitación.

Me dí un baño; me puse mi pijama y miré el reloj; eran las 5:30 am.

Lo que quedaba de la madrugada me quedé maldiendome por aceptar esta farza. Apenas pasó un dia pero yo ya no podía más y definitivamente mis padres me pedirían explicaciones.