Nos quedamos en el auto de la agencia, esperando ver salir a alguno, y después de un rato solo veo a Jace, Kelly le hace una seña hacia donde estamos. Yo me encuentro más calmada pero curiosa de saber qué había pasado y por qué diablos no salió Alex a buscarme.
- ¿Qué pasó Jace? - lanza primero Kelly .
- ¿Y Alex? - pregunto yo.
- Se quedó adentro, con Peige - responde en voz baja y agachando la cabeza.
- Desgraciado...- maldice Kell, pero yo solo permanezco en silencio, fingiendo que no me afecta aunque por dentro me encuentro destruida, tenía la esperanza de que viniera tras de mí, pero lo único que me ha demostrado estos días es que no le importo; entonces, ¿por qué me tendría que importar a mí?, voy a darle donde más le duele.
- Llévame a casa - le digo abrazando a Jace.
- Donde tú quieras - me responde abrazándome más fuerte.
- Bien, ya debo irme chicos - dice kell incómoda.
- Vete en este auto, yo llevaré a Chloe - sugiere él.
Nos despedimos de ella que se va en el auto de la agencia, y nosotros nos subimos en el suyo con destino a mi departamento.
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- Me siento una estúpida, tenías razón todo el tiempo y no me dí cuenta - empieza mi arrepentida conversación durante el camino.
- No lo eres, él se lo pierde, tú eres maravillosa
- Ella vino con la intención de regresar con él, ¿puedes creerlo?, es una descarada.
- No vino por él, pero se quedará por él - dice con la mirada fija en el frente.
Yo lo miro confundida por sus palabras, ¿cómo sabe él por qué vino o no?
- Mí tío la contrató, pero no tiene nada que ver contigo, fue una casualidad - continúa.
- ¡¿Qué?! ¿tú lo sabías? - le increpo.
- No no, de ninguna manera hubiera estado de acuerdo, por favor no pienses lo peor de mí, estoy contigo por si no te diste cuenta, mí tío no tiene idea de esto y mucho menos sobre nosotros, jamás lo haría adrede - se explica tomando mi mano lo cual me reconforta.
- Perdón, estoy muy alterada, estuve con un traidor y pienso que todos son de su misma condición.
Él solo me sonríe, y con eso tengo suficiente, es el único que siempre ha estado ahí al pie del cañón esperando por mí ¿y por qué no darle la oportunidad?
Al llegar, nos tomamos de la mano hasta que estamos frente a la puerta.
- ¿Te quedarás conmigo? - le pregunto dándole la mirada más tierna que me pudo salir en ese momento.
