Siento gotas cayendo a mi cara, directo de este techo que en cualquier momento se cae a pedazos, apenas puedo levantarme, estoy demasiado ebrio.
+ Dame otro vaso pero esta vez sin hielo - le ordeno al cantinero.
Me encuentro en este remoto lugar donde nadie me conoce ni yo conozco a nadie, he prácticamente vivido en esta cantina todo este tiempo, el dueño de esta pocilga me alquila un cuarto que visito alguna noche que me llega el sueño, y alguna vez en la que este honrado hombre me carga para botarme en la puerta de mi habitación.
- Lleva dos días bebiendo, ¿no quieres irte a revisar tus cosas al menos? - me sugiere este sujeto, que lleva todo el cuerpo tatuado al igual que yo, su barba mal cortada y sus chaquetas de cuero como todo típico roquero, se ha comportado amable hasta ahora ¿será porque le dejo enormes propinas por mantener este lugar abierto 24/7 para mí? o el hecho de que soy prácticamente el único que está acabando con toda su mercancía añejada.
+ Yo te diré cuando sea suficiente - lo callo.
Perdí la noción del tiempo, no sé cuánto llevo aquí, por la crecida del bello en mi rostro atino a decir que son meses. De momentos creo desmoronarme, recuerdo a Chloe, por alguna razón la extraño mucho, me digo a mí mismo "ojos que no ven, corazón que no siente" pero rayos que este corazón siente y late intensamente por ella.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Deseo tener noticias sobre ella, pero en este recóndito lugar apenas llegan las noticias o los chismes lo cual en cierto modo es genial.
- ¿Sabes qué?, creo que fue suficiente por hoy, tengo que....- me nublo al ponerme en pie - tengo que hacer algo....- articulo lo mejor que puedo, mi vista es casi nula de tanto alcohol y sé que apesto a vagabundo.
Me tambaleo hasta las escaleras que me llevan hasta el pequeño cuarto del mismo lugar, lo que me facilita y agradezco mucho en estos oscuros momentos de borrachera. Aunque esté totalmente mula, me doy cuenta que no coordino mis movimientos y entro tumbando todo a mi paso.
Cierro mis ojos un instante al hallar mi dura y fría cama, es tan incipida, le hace falta algo o alguien, ella, ella le hace falta, su cuerpo cálido, su esbelta figura, sus dorados cabellos (demonios un poeta se apoderó de mí).
Las lagrimas que derramó la ultima vez me persiguen remordiéndome, será que tanto daño le hice?, ¿estaría enamorada de mí?, ¿por qué se nos hizo tan difícil estar juntos?, cuando amas a alguien, solo lo amas y ya, no tendría que haber ningún problema. ¿Por qué nos complicamos tanto?¿acaso nos gusta sufrir?, ¿ella es el dolor que me gusta sentir?.
Debería volver pero tampoco quiero hacerlo, dejarme morir en un lugar donde a nadie le importas puede ser lo mejor que se me haya ocurrido.
Creo que bajaré de nuevo a la cantina para ahogar y borrarme totalmente la mente de estos pensamientos.
