- ¡Maldición! -Dijo Kelly riendo. -No puedo creer que haya hecho eso.
-Pues créelo, no sé por qué te sorprende, es capaz de eso y más. -Contesté con voz meramente fastidiada. - ¿A que es un prostituto?
Nos echamos a reír a carcajadas. - ¡Pero esto es genial! -Concluyó. La miré asqueada. ¿Genial? No encontraba una pizca de genialidad en que un chico (sobre todo el que me gusta) haya puesto sus manos en mi ropa interior. Realmente éramos muy diferentes. Luego de que Treux tirara mi ropa interior, lo acusé con llamar a la policía si es que no me abría la puerta, eso calmó sus hormonas y accedió.
Pero, 'Treux siempre gana', bueno, eso fue lo que dijo cuando se disponía marcharse en su carro, mientras agitaba mi braga por los aires. Sí, MI braga. Él se robó mi ropa interior. Pero el fin de semana ayudó para tranquilizarme, o al menos reponerme. El hecho de que él tuviera posesión de algo tan íntimo y que era MÍO, hacía que me sintiera nerviosa e incompleta. Y sobre todo, tenía vergüenza.
-Tienes que verificar tu definición de 'genial'. -Dije.
Lanzó una carcajada. Yo apenas logré venir al colegio hoy y ella estaba disfrutando mi tragedia. -Pero tienes que ver el lado bueno de las cosas, Sierra.
-Dudo que tenga un lado bueno. ¿No lo entiendes? Él tiene MI braga. -Alcé la voz en la palabra 'mi', para hacer más énfasis.
-Bueno, ahora tienen algo que los une.
-Lo único que va a unirnos será mi puño en su cara.
El resto del día lo sentí infinito, con Treux lanzándome miradas y yo evitándolas todo lo posible para no sonrojarme de la vergüenza. ¡Ah! y cómo olvidar las pataditas de Kelly cada vez que lo veía.
Cuando fue hora de la merienda, John se nos acercó, pero por supuesto para hablar con Kelly. Podía notar el brillo que saltaba en sus ojos cada vez que la miraba. Pero hoy no iba a dejarlos en su 'intimidad'. No. Claro que no. No estaba de humor para hacer eso.
-Hola chicas. -Saludó John.
-Hola. -Kelly le envió una sonrisa coqueta.
-Hey. -Saludé moviendo la cabeza.
-¿Cómo va todo hoy? -Preguntó.
-Genial. -Respondió Kelly. -Bueno, al menos yo. Sierra está que echa humo.
Calla la boca Kelly, lo último que necesito es que todo el mundo se entere de que Treux tiene mi ropa interior. Y no, no podía dejar que pasara eso. ¿Qué pensarían los demás? Lo más obvio: que yo me había acostado con él. Un escalofrio nada placentero recorrió mi cuerpo.
Sonreí. -Oh, es mentira.
- ¿En serio? -Los ojos de John se enfocaron en mí.
- ¿Qué sucedió?Nota mental:
Aprender a mentir.
Fin de la nota.-No es nada. -Rogué para que mi respuesta hubiera sonado auténtica.
-Problemas con su ropa interior. -Carcajeó Kelly. Los ojos de John se abrieron como platos mientras yo le dedicaba a Kelly una mirada furiosa. Ella se dio cuenta. -Es broma. Solo tiene problemas con... Humm... ¡Matemáticas!
-Puedo ayudarte si quieres. -Se ofreció John, mientras me miraba con ojos incrédulos.
-No, está bien, es decir, ya tengo la solución. -Sonreí. - ¿Y cómo estás tú? -Pregunté para desviar el tema.
-Bien, intentando conquistar a alguien. -Sus ojos se posaron sobre Kelly y ella se sonrojó.Mientras yo: cursi, cursi, cursi.
Esto se estaba poniendo
incomodo. No había más solución que alejarme. No podía tolerar siquiera la conducta amorosa de John, lo único que me conducía esto era pensar en el idiota y ladrón de ropa interior: Treux.Automáticamente giré mi cabeza en busca de él. Lo divisé en su mesa habitual, con las chicas habituales. Argh. Volvió su rostro y me encontré con sus ojos marrones intensos que si fuera posible hubiera perforado los míos. Levantó una ceja y de su bolsillo deslizó algo rosa.
¡OH POR TODOS LOS SANTOS DEMONIOS!, ¡OH POR EL INFIERNO MÁS CALIENTE! ¡MI BRAGA! ¡MIA!
Me ahogué con el jugo de naranja y empecé a toser. Treux se echó una carcajada disfrutando mi estúpido estado. Vergonzoso. Muy vergonzoso.
-¿Sierra está bien? -Kelly me miraba con preocupación evidente, mientras John me acariciaba la espalda para calmarme.
-Estoy... Estoy bien. -Contesté después de reponerme lo suficiente como para pronunciar algo coherente. -Necesito ir a... -Miré los alrededores. - Allá. -Expliqué sin señalar nada exacto.Me levanté, mientras me llevaba el último bocado de sándwich a la boca. Y me dirigí hacia él. Muy decidida a encararlo.
-Hola Sierra. -Saludó sexymente. Mientras Rachell me lanzaba una mirada furiosa.Sé que tenía algo importante que hacer. Pero ¡Demonios! No recuerdo qué. ¡Ah! ¡Te maldigo Treux y tu voz sexy que hace que me pierda!
Me acerqué a su oído para que nadie escuchara lo que tenía que decirle.
-Devuélveme mi ropa interior. -Susurré. Mi voz sonó severa, pero eso no hizo más que causar una risotada por parte de él. -No estoy bromeando. -Puse mis manos en la cintura. Y lo miré seria.
No dijo nada. Solo me miró conteniendo su risa.
Repentinamente se me acabó la paciencia. - ¡Treux! -Grité chillando. Todo el alumnado se volvía hacia la escena que estaba armando. Me ruboricé. Odiaba ser el centro de atención. Y odiaba a Treux por hacerme tomar estas medidas.
-Ven siéntate. -Dijo palmeando un lugar a su lado. -Y podremos negociar.
-¿Negociar? -Lo miré incrédula. ¿En serio? ¿Quería negociar algo mío? Estaba loco. -De ninguna manera. Eso me pertenece. -Apunté hacia su bolsillo.
-¿Qué estupidez te pertenece? -Rachell se unió a nuestra conversación.
La fulminé con la mirada. -No es de tu incumbencia.
-Oh, claro que es de mi incumbencia cuando te diriges a él. -Le acarició el cabello a Treux. Apreté los dientes. Mi paciencia estaba en las últimas.
-¡Te dije que odio eso! -Gruñó él sacándole la mano de encima. -Demonios, Rachell, no puedes estar encima de todos. Déjanos. -Sonreí triunfante a Rachell.
Rachell gruñó y se alejó. Al fin.
-Como te decía... -Continuó.
-No, no, no. -Interrumpí. -Tú me vas a dar eso que me pertenece.
-No sin obtener algo a cambio.
-¡Eso es mío! -Chillé. -¡No puedes obtener nada a cambio sobre lo que es mio!
Se llevó la mano al bolsillo sacando la braga y cerrándola sobre su mano, por lo que se veía algo rosado por las pequeñas aberturas entre sus dedos.
-¿ESTO ES TUYO? -Gritó levantando la mano derecha que contenía mi braga en un puño cerrado. Todos se volvieron hacia nuestra mesa.
Maldición, maldición, maldición. Esto no me estaba
pasando, no a mí.
Sr. Karma. ¿Podría informarme qué demonios he hecho para merecer esto?
Crucé la mirada con Kelly, ella estaba sorprendida y miraba con los ojos muy abiertos.
Apoyé mis codos sobre la mesa y cubrí mi cara can mis manos. Podía sentir el color subiendo por mis mejillas, era demasiado vergonzoso para sostener la mirada. Risas de toda la gente inundaron mis oídos, sobre todo risas de Rachell.
-Vamos. -Me susurró al oído una voz familiar. Sentí unas manos cerrase sobre mis muñecas y jalar. -Vamos, Sierra. -Era Kelly.
Me levanté con todo mi orgullo herido. Y antes de alejarme me dirigí a Treux y le dije:
-Maldito prostituto pervertido. Te pasaste. -Con toda la rabia que contenía dentro.
Estaba cansada, cansada, cansada de tanta humillación, era un pésimo mejor amigo; ni siquiera era un amigo.
-¡Sierra, espera! -Era él. Kelly apuró el paso junto conmigo para evitar que nos diera alcance.
-¡Argh! Lo odio. -Le dije a Kelly.
-Lo sé, ahora sí que se pasó.
Pronto nos dio alcance y tuvimos que vernos obligada a detenernos. Kelly aún me sostenía el brazo.
-Sierra escucha... -Dijo jadeando.
-¡No! -Grité. -¡Tú escúchame! ¡Me vale un pepino lo que hagas con eso! ¿Esta bien? So..Solo aléjate de mí.
Me miró sorprendido, no se lo esperaba. Esa era la única solución para que deje de avergonzarme, la solución más dolorosa.
-Sierra...
Giré sobre mis talones y me fui a mi siguiente clase, con Kelly.---------------Nota-----------------
ESTAMOS CASI A LA MITAD DE LA "NOVELA" O HISTORIA:(
PERO BUENAS NOTICIAS SE VIENEN EN UNOS CUANTOS CAPITULOS MAS:D.
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Sintiendo Cosas Que Nunca Pensé.
Romance¿Enamorarse o no enamorarse? ¿Qué es mejor? La respuesta es fácil: no enamorarse. Todas las personas tenemos la certeza de que la vida es más sencilla cuando no nos gusta nadie. Lamentablemente no podemos elegir enamorarnos o no. Solo sucede. Sin qu...