Abrí la llave y el agua calló sobre mí empapando mi cuerpo desnudo. Estaba bañándome. Se sentía tan bien, después de un día agotador y doloroso -si tenemos en cuenta los arañazos-, esto era lo que necesitaba. Cerré los ojos y me quedé inmóvil recordando el incidente en el auto de David, donde él había confesado accidentalmente que yo le gustaba. Y me sentí cobarde, nuevamente.
Luego de un silencio muy, demasiado, incómodo yo hablé. ¿Y adivinen qué? Oh, esperen. Adivinen la estúpida frase que logré articular.
Soy tonta, lo sé. Y ahora que lo pensaba me sentía más tonta. Lo único que salió de mi ocurrente boca fue:
'Gracias por traerme', acto seguido salí a toda prisa del auto.
Mátenmeeeeee. Se los imploro. Por lo que más quieran, mátenme. No merezco vivir, realmente; no merezco vivir después de lo que dije.
¿Qué podía decirle? En ese momento estaba tan sorprendida como él mismo. No podía pensar correctamente, las emociones me llenaban y confundían.
Luego de un reconfortante baño y luego de obligarme a tranquilizarme, me coloqué mi bata, que era rosa con patitos amarillos desperdigados por toda la tela, lo sé, bastante infantil. Mi cabello aún se encontraba demasiado húmedo, así que lo dejé suelto.
Pulí el espejo, para quitar la condensación, a lo que respondió con un chillido. Me miré, tenía una pequeña herida en forma de línea, era delgada e iba desde la altura de mi ceja derecha, hasta la esquina del ojo del mismo lado. Nada por qué preocuparse, además, era tan leve la rojez que no lo había notado antes. De seguro Rachell había logrado eso antes de que reaccionara y me cubriera el rostro.
Me sorprendí por no llorar aquel momento de la pelea, con lo asustada que estaba lo esperaba totalmente. Pero contrario a mis predicciones, no lo había hecho.
Exprimí mi cabello para quitar un poco la humedad antes de abrir la puerta -que daba a mi cuarto- para ir a cambiarme.
Una figura familiar me daba la espalda, mientras inspeccionaba mi portarretratos delante del tocador. Di un salto y retrocedí, haciendo que la puerta del baño se cerrara detrás de mí provocando un sonido estruendoso.
El sujeto se volvió.
¡Maldita sea!
***
-¡Treux! -Chillé anonadada mientras ajustaba más la bata y cubría con mis brazos la altura de mis pechos.
Él me recorrió silenciosamente con la mirada y esbozó una sexy sonrisa, típico de él.
-¡¿Cómo demo...?! ¡¿Qué haces aqu..?! ¡Maldita
sea, sal de aquí! -Ordené finalmente. Estaba tan pasmada que casi se me olvidaba que solo me cubría mi infantil bata color rosa y con patitos.Nota mental:
Comprar otra bata, por si tengo algún otro visitante.
Fin de la nota.Él ni siquiera se inmutó. Me miraba socarronamente incrementando mis deseos de tirarlo por la ventana.
¡La ventana!
¡Él había entrado por la ventana!
Miré la ventana, sí, la maldita está abierta.
-¿Patitos? -Fue lo único que dijo, mientras contenía una risa que pronto flotó por el aire.
¡El prostituto se reía de mí!
Nota mental:
Matarlo.
Fin de la nota.Tomé profundas respiraciones mientras me calmaba mentalmente.
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Sintiendo Cosas Que Nunca Pensé.
Romance¿Enamorarse o no enamorarse? ¿Qué es mejor? La respuesta es fácil: no enamorarse. Todas las personas tenemos la certeza de que la vida es más sencilla cuando no nos gusta nadie. Lamentablemente no podemos elegir enamorarnos o no. Solo sucede. Sin qu...