Capítulo 30 [Parte I

22 4 0
                                    

-¡No! -Kelly me miraba con los ojos bien grandes, -Él no sería capaz.
-Oh, claro que lo hiso -dije mientras asentía con la cabeza. -El me canceló.
No estaba segura si sentirme molesta o dolida. Quizás un poco de ambos. De todos modos no estaba enamorada de David, pero sí sentía un gran cariño por él, así que la parte de mí que lo apreciada se sentía como decepcionada. Y lo peor de todo llegó después:
-¡Pero el estaba ahí! -exclamó llevándose una mano a la boca- ¡Oh! ¡Santísimo pan!, eso... eso... es... Creí que no fuiste porque, no sé. Algo. No pensé que te canceló.
-Basta. -la corté de inmediato, no quería que sintiera lástima por mí- Creo que tuvo una buena razón para hacer eso ¿verdad? -Lo dije más para mí misma, en realidad.
-Voy. A. Matarlo. -Dijo Kelly entre dientes.
-¡No! -La tomé del brazo antes de que saliera corriendo a cometer algún homicidio- Espera, no es nada. En serio. Estoy bien.
-Nadie cancela a mi amiga y sale vivo -amenazó-. Será mejor que tenga una buena explicación para eso.
Todo tiene una explicación. Siempre. Pero eso no evadía la molestia interior que sentía mientras nos dirigimos al comedor. Sí, estaba molesta con él, ¿acaso no podía decírmelo por texto para que fuera algo menos... vergonzoso? Por que.. ¡Infiernos! Que el me cancelase en persona había sido incómodo. Quería ir y zarandearlo hasta que me explicara por qué hiso eso. Sí, era muy curiosa.
Cuando el almuerzo terminó me sentí más solitaria que de costumbre. David no había comido con nosotros. Estaba con ellos, en la mesa de los deportistas, y por ende, en la mesa donde se sentaban Treux y las animadoras. Genial.
Ni una sola vez había mirado en mi dirección, y eso me molestaba, ¿dónde demonios había quedado nuestra amistad?
Tina estaba coqueteando descaradamente con él. Le tomaba del brazo y reía escandalosamente, David no mostraba molestias.
Mi estómago se revolvió. Necesitaba dejar de mirar.
Recorrí la vista un poco más a la derecha donde la estúpida pareja de zorra y prostituto estaban comiendo. Como siempre, Treux más concentrado en otra cosa que no fuese Rachell. Eso estaba bien para mí.
-Oye, John ha dicho que Deborah está dando una fiesta el sábado -informó Kelly, haciendo que concentrara mis ojos en ella -. Creo que las celebraciones continúan.
Por favor, no quiero que nadie me hable de ese estúpido partido.
Ugh.
-Iremos -dije de repente, sorprendiéndome a mí misma-. Necesito algo de diversión.
De hecho lo que necesitaba era despejarme de toda esta caca. Debía demostrar que estaba bien con David y Treux ignorándome. Así que... Señores y señoras ¡la vida seguía para Sierra Jones!
-Woah, yo... Sí, iremos -concordó Kelly.
John se levantó con las bandejas en la mano para ir a regresarlas a su lugar. Cuando me aseguré de que él estaba a una distancia prudente para que no pudiese escucha nuestra conversación dije:
-Necesitaré algo de... mmm, ayuda. Sí, eso -me removí incómoda, Kelly me miró sin entender.
-¿A qué te refieres?
-Ya sabes, eso. Ropamaquillaje -dije rápidamente.
Kelly esbozó una grandiosa sonrisa y sus ojos casi saltaron de alegría.
-¡Esa es mi chica! -exclamó emocionada- ¿Quieres lucir ardiente, verdad? -movió las cejas subjetivamente- Miaaaauuuuu. Tienes que demostrarle a David de lo que se perdió.
Esa no era la idea principal, pero sí era una buena idea. Lo que originalmente había pensado era en que necesitaba distraerme en aquella fiesta. Con alguien. Alguien que no sean ni Treux ni David, ni siquiera mis pensamientos acerca de ellos.
Así que mis sospechas se hicieron realidad cuando David no me dirigió la palabra el día siguiente, ni el siguiente, ni toda la estúpida semana. Eso solo hacía que la idea de lo de la fiesta sonase espectacular.
El sábado Kelly vino a casa con todo lo necesario para convertirme en una 'Sexy Diosa': sus palabras, no las mías. Trajo un kit completo de maquillaje y productos para el cabello. Mi cuarto parecía un salón de belleza.
-¡Auch! -chillé-, más despacio.
Kelly estaba jalando mi cabello de una manera endemoniada.
-Esto es trabajo pesado, Sierra -informó-, tu cabello quedará expectacular después. Estarás agradecida.
Rodé los ojos.
-Pensándolo bien -dije-, creo que podría... ¡Auch! ¿Puedes ser más cuidadosa?
Kelly rió.
-Ya casi acabamos con esto.
-Al menos déjame mirarme en el espejo -pedí- ¿Cómo puedo saber que no me has hecho un peinado estrambólico?
Carcajeamos las dos.
-Confía en mí.
-Oye, creo que no podría ponerme eso -mi voz se tornó seria. Apunté al conjunto de ropa que se disponía en la cama-. Es mucho para mí... ¡AUCH! ¡Eso lo has hecho a propósito! -acusé chillando.
Kelly rió una vez más.
-No seas gallina -canturreó-, o sales con eso o sales desnuda.
Reímos ambas.

Sintiendo Cosas Que Nunca Pensé.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora