Capitulo 33

11 2 0
                                    

(Narrado por Treux)

Maldición, maldición, maldición y mas de eso. Demonios. yo era un completo idiota debil. Si señores, lo he admitido. Solo que no en voz alta.
Como sea.
Ella estaba rescostada en el asiento del acompañante, mientras yo conducia. Su cabello era despeinado por accion del viento, y ella disfrutaba eso. Era diferente, no se preocupaba por que su cabello se enredara y despeinara. Ella me gustaba.
Oh demonios, ¿me gustaba? Hombre, ¡estaba enamorado de ella!
Esa tarde Sierra habia ido a la fiesta. Y lo había hecho de la manera menos esperada. Vestía unas prendas que fácilmente podría quitárselas. Sí, había tenido esos pervertidos pensamientos de todo hombre. Quitarle la ropa. Pero es que cualquier hombre que hubiera tenido alguna duda de lo caliente que resultaba ser Sierra, todo habia sido aclarado esta noche. Ella era ardiente y... estaba tomada. por mi. Asi que significaba que no debia preocuparme por los chicos que quisieran algo con ella. Todos respetaban la Ley de las que estaban Tomadas. Alguien pedia una chica y nadie podia intentar algo con ella, porque las consecuencias serian... ummm nada agradables.
Supe al momento que entro, que su vestimenta solo aseguraba problemas. Y si que habiamos tenido uno muy fuerte. Ese bastardo de alguna manera la habia drogado. Lo se, podia verlo en la manera que el la miraba, solo deseo de una cosa: sexo, y Sierra era tan inocente que no podría pensar de esa manera.
Y luego él -que no era de la escuela- se empeño en llevársela, algo que totalmente no iba a suceder. Porque él totalmente no iba a dormir con ella.
Demonios, ¡nadie iba a dormir con ella!
Él no podia estar con Sierra a menos que tuviera mis ojos puestos en ambos.
Si, lo se, soy un maldito sobreprotector sin derecho.
Y lo aleje. A mi manera.
De todos modos convecer a kelly de que Sierra hable conmigo había sido un dolor de cabeza. Esa mujer es imposible, y como ya deben sospechar, mi personalidad y carisma sexy siempre sale ganando. Jo.
pero aquí reside el verdadero problema: tenía que decirle a Sierra dos cosas, de las cuales una ya estaba hecha: le explique que yo la habia tomado. Y se enojo enojo, lo que nos llevo a una discusion -tipico- y luego a un grandioso beso.
Y entonces toda mi valentia se fue por el retrete. La segunda cosa esa... como grave, sí, por así decirlo. Y demonios que la entenderia si no queria perdonarme.
-No estas perdonado, Treux- hablo de repente, como respondiendo mis pensamientos.
Oh, no. ¿Ella no estaba diciendo eso, verdad?
¿Cómo demonios iba a decirle lo segundo si aun no estaba perdonado primero? ven?
-¿Que?- fingi no entender. A veces funciona.
Ella ladeó su cabeza hasta mirarme. Su cabello era ondeado por el viento e hice mi mayor esfuerzo por no mirar sus pechos. ¡Ese pedazo de tela no ayudaba!
-Que no estas perdonado si es que piensas que lo estas- explicó. Y puso su mechón rebelde detrás de su oreja.
-¿Que debo hacer?- aventuré. Era lo que ella quería que preguntará, lo se.
Pareció sorprendida al momento, supongo que porque habíamos tenido el mismo pensamiento. ¿Que? yo era un caballero a veces.
-Bueno, er...- sip, no se esperaba mi pregunta-. Tienes que quitar eso de mi. Fruncí el ceño, ¿quitarle... quitarle la ropa? Oh, hombre. Eso no era un problema, lo haría con gusto pero sabia que ella no se refería a eso.
-¿No te refieres a tu ropa? ¿verdad?-queria asegurarme. Jo. De no perder una gran oportunidad.
Me miro alarmada y sobresaltada. Su cara se tiño rojo.
-¡No!- casi gritó, aunque no era necesaria la aclaración, ya que su hermoso rostro me lo decía.
-Demasiado bueno para ser verdad- hice que mi voz sonara decepcionada-. ¿Entonces... que era?
Tomo una gran bocanada de aire, como si lo que dijera a continuacion le resultase un gran trabajo.
-Que me quites lo de estar...er, tomada-
Demonios, si le costo decir eso, se removio incomoda sobre la silla.
Esta bien eso era como... imposible, si. No poque la quiero solo para mi, de hecho, si la quiero solo para mi pero esa no es la razon. Miren, si retiró lo dicho los chicos van a imaginarse que he sido un fracaso con esta chica - que no es cualquier chica, obvio-. y sucede que mi orgullo esta en juego, jamás pierdo con las chicas! Ademas eso significaria que, endemoniadamente, David se va a acercar a ella.
Y no quiero eso.
-Ya te he pedido perdon- suplique para que entendiera.
-El perdon no solo consiste en decirlo, tienes que demostrar que de verdad estas arrepentido- explico seria-.
Obviamente no estoy tratanto de ver eso en ti, sino que estoy tratando de que todo vuelva a la normalidad. Es horrible ser ignorada.
La culpa volvió como una bofetada en la cara, jamas había pensado en los efectos secundarios que acarrearía.
-De verdad lo lamento, sierra.
-Lo se- Respondió-. Solo hazlo, de esa manera estas compensando los daños.
Suspire indeciso, ¿que demonios iba hacer?
Luego de unos segundo de silencio se cruzo los brazos y me miro severa.
-Tu decides.
El teléfono de su bolsillo sonó y se dedicó a contestar. Agradecí la distracción repentina. No se hasta cuando aguantaría sus ojos clavados en mi inquisitivamente.
-¿David?- dijo indecisa. Mal-di-to, ¿por que la llamada? Ella esta bien conmigo-. Yo... Si, si estoy bien- me miró de reojo y bajó la voz, ¿por que hace eso?- Estoy con...-dudo-. Sí, con el - suspiró. Pausa-. No! solo me esta llevando a la casa - ¿Por que se miraba tan alterada? por que le estaba dando explicaciones? Además, yo debía llevarla devuelta con Kelly a la fiesta, no a su casa. ¿Por que no le decía que estuvimos a solas un rato? ¿Eh? Sin darme cuenta mis nudillos estaban blancos por la presión. Joder, ¿ella  gustaba de él?
-No te estoy llevando a tu casa- repentinamente me molesté, sentí algo bullir dentro de mi, una molestia que decidí que eran celos.
Sierra me miró y tapó el micrófono del teléfono.
-¿Que?-oh genial. Ella tiene toda su atención para David.
-Que no pienso llevarte a tu casa- apreté mi mandíbula, conteniendome-. No soy chofer de nadie -La miré, ella parecía sorprendida.
Vaciló un momento y luego llevó su teléfono a su oído.
-David te llamó después- se despidió y colgó. Bien, ella iba a hablar con él, grandioso, grandioso-.
-Deten el auto- ordenó seriamente-. Ya puedes dejarme aquí.
Mire los alrededores, estabamos en el centro de la ciudad, a unas cuantas cuadras de nuestro destino: reunirnos con Kelly.
-Sierra...
-Deten. El. Maldito. Auto.
-Va a llover- explique, porque realmente iba a llover.
-No es tu problema.
Bien. No iba a rogarle a nadie, ademas estaba molesto. Ella va a llamar a David mas tarde e iban a coquetear y planificar su estúpida vida juntos. Como sea, ella tiene piernas y puede caminar. Se que estaba comportandome como un estúpido.
Me detuve de golpe, por lo que se sobresalto y me dedicó una mirada de odió. Se bajo y empezo a caminar.
-Mandale besitos al estúpido de David de parte mía- Grité cuándo se había alejado.

Sintiendo Cosas Que Nunca Pensé.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora