Unos minutos después estuvo el peinado terminado. Kelly me había maquilado antes, así que solo quedaba una cosa por hacer.
-¡Póntelo! -Kelly levantó los diminutos pedazos de tela que estaban en mi cama, a lo que ella llamaba 'ropa sexy'
La miré horrorizada.
-¿En serio? Yo... no sé si pueda -dudé- ¡eso es lo mismo que salir desnuda!
-Oye, lo prometiste -me recordó. Sí lo había hecho
-Pero... -Ella puso su cara de cachorrito arrepentido-. Está bien, está bien.
Mi atuendo consistía en un short, que era más corto de lo que imaginé que podría existir, y una blusa sin mangas color azul. Kelly dijo que el color me favorecía.
No pude observarme en el baño, ya que Kelly se había esmerado en cubrir el espejo con trozos de papel. Ella quería que viera el trabajo completo.
-¡Santo cielos! -Exclamó sorprendida cuando salí del baño-. Pareces toda una perra.
-¡Kelly! -chillé-. Esa no era la idea.
Me acerqué rápidamente al espejo de mi armario, y desgarré todos los trozos de papel que estaba obstruyendo mi vista.
-Oh. Por. El. Infierno. -apenas podía balbucear algo. Mi mente se encontraba procesando lo que veía. Yo era, era... ¡Cielos!
Mi reflejo totalmente no era yo. Era otra chica, una chica muy, muy, diferente. La blusa azul estilo strapless, se ceñía desde la cintura, hasta mis pechos. Lo que hacía que se vieran con más volumen. Totalmente incómodo. El short que estaba usando dejaba ver el 90% de mis piernas. Al menos eso veía yo. Mi cabello era un conjunto de ligeros y suaves rulos desordenados que caían en cascada. Y mi cara era irreconocible casi.
Por primera vez en mi vida era lo que los chicos llamaban: ardiente. Y Kelly corroboraba en ello, ya que estaba bastante sorprendida con los resultados.
-Quiero tus pechos -dijo de repente.
Reí, saliendo de mi diminuto shock.
-Esto definitivamente es mucho. ¿Y si me pongo algo más... cubierto? -sugerí.
Negó rotundamente.
-Ni muerta. Totalmente van a morir por ti, totalmente eres un perra sexy.
Fruncí el ceño.
-No soy una perra -me miré en el espejo de nuevo-. Bueno, quizás un poco.
Si alguien que no ha conocido a la verdadera Sierra me veía, podría apostar su cabeza que yo pertenecía a la codiciada elite de populares.
Cuando Kelly se dispuso a arreglarse, me ofrecí para ayudarla. Ella había hecho un buen trabajo conmigo, tenía que devolverle el favor. Así que ella me guió y me enseñó algunas técnicas para embellecerla.
Un buen rato después estábamos saliendo por la puerta de mi casa. Habíamos tardado unos minutos extras porque Kelly quería que use unos tacones para completar el look. Obviamente me negué y salí con unas sencillas sandalias playeras.
***
El olor a cerveza era agobiante cuando nos internamos a la gran casa de Deborah. Chicos y chicas bebiendo y fumando. Debía estar acostumbrada a esto, pero el humo y la cerveza hacían que me picase la nariz. Las miradas pervertidas de los chicos mientras nos apretujábamos para pasar no ayudan a paliar mi incomodidad. Me merecía esto por tener esta estúpida idea, solo que ya era muy tarde para arrepentirse.
Kelly estaba delante de mí, sosteniendo mi mano para guiarme a donde se encontraría con John. Pronto el sudor empezó a resbalar por mi nuca, mientras la música llenaba mis oídos.
Alguien me tocó el trasero descaradamente. Di un respingo y me volví.
-¡Mantente lejos! -advertí a una multitud de chicos, pero no sabía cuál de todos había sido. Lo único que provoqué fueron risas masculinas, y no tuve tiempo de reprocharles más porque Kelly me jaló lejos.
-¡Mira, allá está! -anunció alegre.
-¡Me han tocado el trasero! -informé horrorizada. Dudo que ella me hubiese escuchado porque corrió hacia su amado.
Luego de unos cuantos empujones pude llegar donde se encontraban la feliz pareja. Ellos besándose. Genial, soy la tercera rueda.
Carraspeé para llamar su atención. John alzó la vista y frunció el ceño.
-¿Sierra? -me recorrió con la mirada- ¿Qué es lo que...?
-Me debes cincuenta -Kelly se apretujó contra John en el gran sofá donde estaba sentado-. ¡Me ha quedado genial!
-¿Ustedes apostaron sobre mi?
-Yo no creí que... Sin ofender, Sierra. Woah -dijo él.
Kelly extendió una mano hacia John, pidiendo, obviamente, que le diera lo que se merecía. Él suspiró derrotado y acto seguido sacó su billetera y le entregó el dinero.
-Ustedes dos... ¡Están locos! -reconocí-. Voy a... por ahí.
Era hora de 'confraternizar'.Creo que ya no hare los capitulos en 2 partes, se me hacen demasiados cortos ¿que opinan?
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Sintiendo Cosas Que Nunca Pensé.
Romance¿Enamorarse o no enamorarse? ¿Qué es mejor? La respuesta es fácil: no enamorarse. Todas las personas tenemos la certeza de que la vida es más sencilla cuando no nos gusta nadie. Lamentablemente no podemos elegir enamorarnos o no. Solo sucede. Sin qu...