NARRADO POR TREUX
-¿Acaso estás loco? -exclamé mientras me ponía de pie. El sonido del televisor trasmitiendo el partido amortiguó algunos decibeles de mi voz, así que Michael no se dio cuenta de cuán frustrado me sentía.
Él se dirigió con indiferencia. Si, no captaba aún mi enojo.
-Hermano, no entiendo cuál es el problema. -se encogió de hombros-.Solo quería diversión aquí.
Mi sala estaba llena de cualquier cosa que, ingerido más de lo normal, te llevaría al hospital por intoxicación.
Correcto, comida chatarra y bebidas. El ambiente había estado divertido hasta que Michael recordó avisar que había invitado chicas aquí.De acuerdo, sé que muchas féminas aprecian el futbol tanto como nosotros, pero estaba seguro que estas en particular ni siquiera sabían lo que era un balón. Okay, estoy siendo demasiado duro. Además invitar a 'las chicas' incluía, lamentablemente, a Rachel.
-¿Diversión? -barrí con mi mirada al derredor, ¿que demonios? Teníamos todo lo necesario-. Aquí no hacen falta.
Michael bebió un trago con despreocupación.
-Oye, es tu novia -dijo después de tragar-. Yo no la elegí para ti. No entiendo por qué estás con ella, de hecho, cualquier tonto se da cuenta que ni se quieren. Es estúpido.
Resoplé.
-No estamos teniendo esta conversación, ¿verdad? -aventuré. Ya que nunca, en ningún momento de nuestra amistad, el tema acerca de chicas y demás enredos amorosos había salido a colación. Era incómodo-. ¿Qué será lo siguiente? ¿Elegir mi atuendo?
Michael rodó los ojos.
-Solo decía -se defendió-. ¿Qué hay de Sierra?
-¿Que hay con ella? -pregunté dudoso.El simple sonido de su nombre era embriagador.
-Eso dime tú
-Michael, no voy a tener esta conversación gay contigo. Mi masculinidad no me lo permite.
-A veces eres bastante insoportable -tomó una papa frita del caso y se lo llevó a la boca. Migas se esparcieron por su ropa-. Decir las cosas es bueno.
-Bueno voy a decirte que tu intento de ser mi psicólogo personal está fallando haciendo que parezcas poco hombre.Michael no pudo contraatacar ya que en ese instante el timbre de la puerta se hizo oír. Sentí que, increíblemente, la charla con Mich me había traído algo de tranquilidad, como si estuviera cómodo bromeando, casi había olvidado lo de las chicas; la frustración y el enojo sepultaron la pizca de paz que había conseguido hace unos minutos.
Resoplé.
-Me voy.
Fue ahí cuando Mich comprendió la gravedad del asunto.
-¿Qué -me miró-. ¿En serio? ¿Me vas a dejar en TU casa con TU novia?Me encogí de hombros, lo que hicieran realmente no me importaba. Rachel no era mi preocupación, nunca lo había sido y nunca lo sería. Todos sabíamos que mi relación con ella era arreglada, solo que no sabían en lo que consistía el trato, eso era algo de conocimiento único de ambos. Y realmente me avergonzaba de ello, me avergonzaba de la razón por la cual llegué a consolidar este trato.
-No es como si tu vida corriera peligro, Mich -dije de manera despreocupada.
El timbre sonó de nuevo, bueno, alguien está desesperada por entrar.
-Ya regreso -me depedí-. Si vas a ser algo, mi habitación esta fuera de limites, ¿de acuerdo? Puedes usar la habitación de invitados.
Y con esto último me dirigí a la puerta trasera de manera sigilosa y me aventuré a la calle mientras a mis espaldas escuchaba las voces femeninas.
No sabía a dónde ir, esta salida había sido imprevista ¡tenía un partido que ver! Michael me había puesto en una situación difícil sin dejarme otra opción que ir al restaurante mas cercano, aunque la idea no sonaba del todo mal, allí podría ordenar algo para comer mientras disfrutaba del partido. Era algo así como perfecto. No tanto como estar sentado en el mullido sofá de mi sala, pero aún así, ver el partido era lo que importaba ¿verdad?Y sin embargo al entrar en el maldito café, lo que importaba ya no era el partido. ¡Joder!
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Sintiendo Cosas Que Nunca Pensé.
Romance¿Enamorarse o no enamorarse? ¿Qué es mejor? La respuesta es fácil: no enamorarse. Todas las personas tenemos la certeza de que la vida es más sencilla cuando no nos gusta nadie. Lamentablemente no podemos elegir enamorarnos o no. Solo sucede. Sin qu...