Capítulo I

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Con el corazón roto, un moretón en mi brazo y con una maldita esperanza de que él cambiara, sentía las lagrimas rodar por mis mejillas para luego caer sobre mis piernas.

 —Tienes que dejarlo Andrea —el tono de voz de Natalie daba a conocer que estaba realmente enfadada—. ¡Sólo te quiere torturar! ¿¡qué no lo ves!?
—¡Él me ama!  
—¡Serás idiota! ¡ÉL NO TE AMA! ¿O acaso golpearte, humillarte, lastimarte, insultarte es sinónimo de amar?
—Él dijo que cambiaría— lo defendí.
—¡Eso dicen todos!
—Él dice que no es como todos— dije con una pizca de esperanza. Realmente quería que Cameron volviera a ser el de antes, aquel chico que conocí y del cual me enamoré.

—¡Eso también dicen todos!
—¡Yo lo amo! ¡no puedo dejarlo! Además ¡él me necesita más que a nadie y yo soy feliz a su lado! —grité molesta, quizá enamorada y triste. Una terrible combinación de sentimientos.
—Si ser feliz es dejarte lastimar por él, anda, corre tras de él, haz lo que quieras —Natalie tomó su bolso y se fue de mi habitación dando un portazo.

A su salida comencé a llorar aún más y grite desesperada.

—¿Estás bien Andy? —oí la voz de mi hermana pequeña—. ¿Qué tienes? —ella abrió la puerta de mi habitación—. ¿Por qué tienes eso morado en el brazo, es un moretón?— preguntó inocentemente cuando me vio.
—¡Lárgate! ¡vete y no molestes Carrie! —grité furiosa. 
Le aventé una de mis almohadas y se cayó en el suelo al impacto. Había olvidado que apenas era una niña, tan frágil como un cristal y tan ligera como una pluma—. ¡Vete de aquí! —me levanté de mi cama y cerré la puerta con todas mis fuerzas. 

No quería ver a nadie, quería desahogarme. Me sentía como alguien miserable e inútil.


Tomé la caja que estaba debajo de mi cama con las iniciales "C&A", la abrí y comencé a romper todas las fotos que nos habíamos tomado juntos, todos los recuerdos los aventé por la ventana; la primera carta que me dio cuando cumplimos 3 meses de ser novios, la primera rosa que me regaló aquella vez que íbamos por el parque y él la arrancó para mi, el boleto para la entrada de la primera película que vimos juntos... todo, todo lo tiré por la ventana.

Tomé un cuchillo, estaba decidida a terminar con esto...

Con mil lágrimas en el rostro y un dolor inmenso en el pecho, comencé a enterrarlo en la caja dejándola totalmente destrozada.


Me odiaba, me odiaba a mi misma, ¿por qué?, por dejar que me trate así, por ser tan débil.









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