Capítulo XIV.

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Me desperté muy temprano para dirigirme a la universidad para presentar los exámenes.

Estuve un poco nerviosa; tanto como por los exámenes que me esperaban y como por Cameron, que no lo veía desde hace un mes hasta a penas ayer.





Recorrí los pasillos del instituto buscando el salón "202-C" para presentar mi examen de Letras Clásicas.

—¡Andrea! —alguien detrás mío me llamó y yo me di la media vuelta para ver quien era.
—Cameron —susurré y él me abrazó.
—¿Dónde has estado todo este tiempo? ¿por qué no contestas mis llamadas?; Andrea, te he extrañado tanto.
—Suéltame Cameron —murmuré—. Sólo, déjame; no quiero saber nada de ti —solté, y sé que me arrepentiré de haberlo dicho, porque yo aún lo amo.
—No, Andrea, por favor... Lamento lo que sucedió en el auto esa noche, no quería lastimarte, te lo juro —dijo y yo recordé todo lo que paso esa maldita noche en la fiesta y mis ojos se cristalizaron—. Estoy tratando de cambiar, pero por favor, regresa, te amo. Trataré de cuidarte, de protegerte, pero no me dejes.
—¿Cuidarme, protegerme?, y ¿dónde estuviste aquella noche en la fiesta?, ¿por qué no fuiste por mi? ¿¡porqué ahora me estás suplicando que regrese contigo!? ¿¡porqué no corriste tras de mi esa noche!?, si hubieras ido tras de mi Leonardo no me hubiera vi...
—¡Andrea! —alguien más gritó mi nombre. Era Natalie pues reconocí su voz—. Ni se te ocurra volver a tocarla o si quiera mirarla, ¡eres un sucio! —dijo enojada, me tomó de la mano y me arrastró lejos de Cameron.



Ella me llevó hasta el salón "202-C" para presentar mi exámen.
—Concéntrate en los exámenes, luego me encargaré de Cameron—Natalie me empujó hacia la puerta del salon—. Y mira, que después tú y yo hablaremos bien e iremos a denunciar a ese hijo de puta... ¡Suerte!—dijo y se fue.





-○-○-



No me topé con Cameron en todo el día. 

Mis exámenes habían acabado, sólo me tocaba esperar mis resultados la semana siguiente.




Miré mi celular, eran las 5:00 de la tarde, no habían demasiados alumnos en la universidad ya que era casi finales de parciales. 
Me encaminé hacia la salida cuando escuche que alguien le gritaba a otra persona cerca de los baños.
Caminé muy lento para no ser descubierta y escuché muy atenta:
—¡NO LA VUELVAS A TOCAR EN TODA TU MALDITA, ASQUEROSA Y ESTÚPIDA VIDA! —gritó una chica.
Esa voz me era familiar.
—¡Mierda! ¡qué no le he hecho nada desde aquella vez en el coche! —gritó, era la voz de un hombre.
Y esa voz, también me era familiar.
—Y todavía me dices donde lo hiciste, ¡eres un maldito sucio!, ¡por tú culpa ella va a abortar!, no sé como eres capaz de hacerle eso a la persona que dices amar.
—¿¡Abortar!?
—Sí, ella no quiere tener el bebé de un hombre podrido, enfermo y sucio.

Levanté las cejas y me llevé la mano a la boca.
Sabía perfectamente quienes estaban hablando, eran Natalie y Cameron.

—¿¡Quién le hizo eso!?

—¿Cómo te atreves a preguntar eso? ¡si fuiste tú el idiota que lo hizo! —gritó muy furiosa y se fue al lado contrario de donde yo me encontraba parada, así que no me pudo ver.
—Andrea —murmuró Cameron y me abrazó inmediatamente al verme—. ¿Por qué no me lo dijiste? —preguntó y noté que él comenzó a llorar—. ¿¡Quién lo hizo!?

—¡Nadie Cameron!, esto no tiene nada que ver contigo...
—¿Nada que ver conmigo?, ¡tiene mucho que ver!... Seguramente fue el hijo de puta de Leonardo, ¿verdad?, ¿¡él fue el que te hizo esto!?

—¡No Cameron!, no fue él...

—No creas que no te vi cuando Leonardo te subió a la habitación de Mérida. Si tan solo lo hubiera detenido, no te hubiera pasado esto...

—No le hagas nada a él.

—¿Entonces si fue él cierto?
—¡No Cameron!, ya no hablemos más de esto ¿quieres?, sólo quiero irme, descansar y olvidar.

—Lo siento mucho... —dijo y me abrazó.
—Adiós, Cameron —me separé de él y corrí hacia la salida.

¿Esto es amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora