Capítulo III

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—¿¡Lo volviste a perdonar!? —Natalie dejó caer el emparedado que traía en las manos después de contarle lo que sucedió ayer con Cameron.
Yo asentí con la cabeza.
—¿Es que eres una estúpida o qué? —Yenia se sentó a mi lado después de estar parada escuchando mi historia.
—Lo siento, es que no puedo no perdonarlo.
Natalie suspiró y cruzó los brazos.
—No sé que hacer.
—¡Déjalo! así de simple y sencillo—sugirió Yenia.
—¿Aún lo quieres? —Natalie le preguntó.
—Sólo terminalo, Andrea—ella ignoró completamente la pregunta de Natalie.
—No es tan fácil y sencillo como crees —dije.
—¡Sólo córtalo y ya! —exclamó Yenia y todos los estudiantes que pasaban a nuestro al rededor se nos quedaron viendo.
—Yenia, dale buenos consejos y asegúrate de no gritar, seguramente todos los de la cafetería te escucharon —reprimió Natalie y Yenia puso los ojos en blanco.
—Le estoy dando buenos consejos.
—Quizá Yenia tenga razón... debería dejarlo, él me lastima y mucho.
—¿De qué hablan? —oí preguntar a Cameron. Lo reconocí inmediatamente por su voz y su perfume que me envolvió completamente, era dulce y embriagador.
—De nada Cameron, de nada —sonreí y mi piel se erizó, siempre que miraba a Cameron mi piel se erizaba.
—Si claro, de nada —bufó Yenia—. Bueno, ¿Qué tienes pensado hacer esta tarde Cam?—se levantó y abrazó a Cameron.
Él se apartó de ella y me abrazó a mi.
—Paso a tu casa a las 11 —me dijo haciendo caso omiso de Yenia.
—¡No! —grité inmediatamente y Cameron frunció el ceño—. Frank ya no tiene empleo y estará en casa por un buen tiempo, será mejor que no vallas.
—En ese caso, paso a tu ventana a las 11 —Cameron sonrío, me dio un beso en los labios y se fue.
—Admítelo, es realmente encantador —sonreí un poco atontada.
—Seguramente no me escucho —murmuró Yenia, tomó su mochila y se fue.
—¿De qué estaba hablando Yenia? —pregunté extrañada.
—¿Acaso ella jamás te lo dijo?
—¿Decirme qué?
Ella suspiró y le dio un sorbo a su jugo.
—¿Natalie...?
—Estoy casi segura de que Yenia está empeñada en que dejes a Cameron.
—¿Pero de qué estas hablando? —solté una carcajada.
—¿Tan inocente eres para no ver la perversidad en la gente?
—No comprendo...
—Mucho antes de que él saliera contigo, Yenia estaba perdidamente enamorada y obsesionada con él. ¿Acaso jamás te diste cuenta de ello?
—Natalie, ¿qué tonterías estás diciendo?
—Es verdad Andrea. Por eso ella actúa así cuando él está cerca. Y será mejor que tengas cuidado de ella, no sabes lo que uno es capaz de llegar a hacer por amor...
—Bueno y, ¿crees que ella siga enamorada de Cameron?.
—Tenlo por seguro. Pero, regresando al tema de tú novio, ¿acaso es bipolar?, porque primero es un amor de persona y después es la peor persona que puedas conocer. Esto está mal. Su relación está mal.
—Merezco que me trate así. Para empezar, no debí haberme ido con Leo esa noche. Cameron no se lo merecía.
—Para empezar, ni un humano debe ser tratado así. Además, lo de Leonardo pasó por su culpa; tú solo necesitabas cariño y a alguien que te abrazara. Cameron no se tuvo que haber comportado así después de eso.
—No lo hagas ver como al malo de la historia —lo defendí.
—Sea por lo que sea que se haya vuelto tan manipulador y obsesivo contigo está mal. Eso no debe ser así —Natalie recogió sus cosas y se fue.


Tal vez tenía razón, pero Cameron prometió cambiar y yo confío en él.




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