Capítulo VII

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—¡MIERDA! —chillé y me levanté inmediatamente al sentir como un líquido demasiado frío, podría decir que helado, recorría todo mi cuerpo.
Abrí los ojos y me di cuenta de que Natalie estaba frente a mi sosteniendo una cubeta, riéndose como una foca.
—¿¡QUÉ TE SUCEDE!? ¿¡CÓMO ENTRASTE A MI HABITACIÓN!?
Ella seguía riendo a carcajadas, parecía que se quedaba sin aire.

—¡TE ESTOY HABLANDO NIDIA NATALIE FLORES DEL CAMPO!

Se reía tanto que ni siquiera podía hablar.

—¡NATALIE! —le grité y le aventé una almohada con fuerza a lo que ella dio un sentón al suelo y ahora yo comenzaba a reírme.

—¡IDIOTA! —se molestó ella.
Reí sin parar como 5 minutos hasta que entró Carrie a mi habitación.
—Idiota —repitió mi hermana pequeña.
Mi risa paró en seguida, me levanté de la cama y la tomé de los hombros.
—¡Jamás digas esa palabra! —la regañé.
—¿Por qué no?, si Nata lo dijo, ¿por qué yo no?

—Por que los pequeños se ven feos diciendo eso. Y ni se te ocurra decirlo enfrente de mi madre, y mucho menos de Frank —le advertí, la arrastré hasta afuera de mi habitación he iba a cerrar la puerta pero ella la detuvo.
—¿Por qué le llamas Frank a papá? —preguntó inocentemente.

Bajé la mirada y le cerré la puerta sin contestarle.

¿Por qué le llamaba Frank a ese señor?, bueno, jamás saldría de mi decirle "papá", y realmente él no es mi padre, es el padre de Carrie, pero el mío no lo es y jamás lo será.
Siendo sinceras... Cameron no fue el primer hombre en romper mi corazón, el primero... fue mi padre; él destrozó mi corazón, mi vida y la de mi madre y eso, eso es lo peor que un padre le puede hacer a su esposa y a su propia hija...
—Lo siento Andrea —se disculpó Natalie sacándome de mis pensamientos—. Por lo de tu hermana.

—No me pidas perdón, hasta debería agradecerte.

—¿Por enseñarle vulgaridades a tu hermanita?—. Natalie se levantó y frunció el ceño.

—No... si no que no me había reído así en meses, gracias —le sonreí y le extendí los brazos para abrazarla.

—¡Hey, hey, hey! —se echó para atrás—.Ni se te ocurra abrazarme toda empapada de agua —me reí pero igualmente la abracé.



-○-○-○-



Fueron las clases más lentas que había tomado, pero por fin habían acabado.
Me dirigí a la puerta principal para salir de este maldito lugar cuando a lo lejos vi que Cameron se dirigía a mi.
Mi corazón comenzó a latir rápido, como la primera vez que Cameron me habló en la biblioteca.
—¡Oye, linda! —gritó y corrió hacia mi.
No sabía que hacer, si correr hacia la puerta principal para irme y así evadir a Cameron o quedarme para estar con él...

Como era de esperarse de mi, me quedé quieta.

—Hola —me dedicó una sonrisa, de esas sonrisas que hacen que también tu sonrías, no sé como explicarlo, pero en una palabra, era magnífica.

Me iba a abrazar pero Yenia apareció de repente y se interpuso entre los dos.

—Tengo que hablar contigo Cam —lo tomó de la mano y lo arrastró con ella.

—Y yo tengo que hablar con Andrea —la soltó y volvió conmigo.

Unas ganas invadieron mi ser de querer besarle, abrazarle, tenerle entre mis brazos.

Él me tomó de la cintura y me jaló hacia él.
—Perdóname... —susurró y me dio un beso en la frente.
Subí la mirada y me acerqué a él para besarlo pero Yenia me tomó de la manó y me jaló alejándome de Cameron.

—¡Hey! —Cameron me iba a tomar de la otra mano pero una chica pelirroja lo detuvo y lo llevó lejos de mi.
—Estaba hablando con Cameron —me quejé.
—Deberías darme las gracias —dijo Yenia a regañadientes y me subió a su auto.


○-○   


—Trato de hacer lo mejor por ti, soy una buena amiga, ¿no crees? —dijo al llegar a mi casa, arrancó su auto y se fue.

—¿Realmente debo llamarte amiga? —dije en voz alta aun que sabía que Yenia ya no me escucharía.

  ○-○


Me di una ducha a las 12 de la noche y salí corriendo del baño enrollada en una toalla pues escuché ruidos que provenían de mi habitación.


Encendí las luces y vi un gran ramo de rosas rojas y girasoles, una caja pequeña de chocolates con forma de perritos y una llave.
Sonreí al ver la ventana abierta pues sabía que el que dejó estas cosas fue Cameron.
Me conocía perfectamente bien... Esas son mis flores favoritas, me encantan los perros y además, la llave abre uno de mis lugares preferidos: la biblioteca de la calle Michigan.

Leí la carta que decía: 

"Nos vemos mañana a las 8 de la noche en la biblioteca.

    Buenas noches, princesa."


Sonreí de oreja a oreja y me dormí con esa sonrisa tonta de cuando estás enamorada y no dejas de pensar en esa persona.




N/A:
¡Holaaa!
Realmente siento si les dan ganas de ir a golpear a Andrea por ser así jaja, pero ni qué decirles.

Si ustedes se encuentren a una persona así, ayudenla lo más que puedan, se lo agradecerán.


¡LAS AMOOO!

¿Esto es amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora