¿Esto es amor?

Capítulo XXIII

Fueron cinco largas semanas de papeleos, interrogatorios, juicios, visitas al hospital y al psicólogo, pero por fin acabaron.

—Se lo agradezco muchísimo —dijo la madre de Cameron, Herlinda, que por fin la habían dado de alta en el hospital.

—No hay de que, todo sea por los amigos de mi hija —sonrió la madre de Natalie, que aceptó que Cameron y Herlinda se quedaran a vivir en su casa algunos meses hasta que los dos se recuperaran de todo lo que había sucedido.

—Que bueno que ya está bien, señora —Natalie la saludó—. Mamá, saldré a presentar mi examen para conducir.

—De acuerdo, hija; con mucho cuidado y buena suerte. Yo debo ir a trabajar —la abrazó, le dio un beso y se fue. Me hubiera gustado tener una madre como la de Natalie: protectora, amorosa, cuidadosa y amable, pero... tengo una madre que prefiere a un señor que conoció en el supermercado que a su propia hija, prefiere defender a un señor que maltrata a su propia hija...

—Con que ella es de la que tanto me hablabas, ¿cierto? —dijo Herlinda sacándome de mi burbuja de pensamientos.
—Bueno mamá, ella es la mejor chica que he conocido en mi vida, su nombre es Andrea —me presentó. 
—Un gusto —sonreí un poco nerviosa. Después de 3 años de relación ésta era la primera vez que me presentaba a su madre. Desafortunadamente yo no podía verla en el hospital pues sólo podían visitarla familiares.

—Cameron siempre me hablaba de ti cuando iba a verme en el hospital —mencionó y pude ver como Cameron sonreía—. Muchas gracias por cuidar a mi hijo todo este tiempo. Yo le estiré la mano para saludarla pero me jaló de ella e hizo que le diera un abrazo—. De verdad te lo agradezco —susurró en mi oído, me apartó de ella y sonrió.
—Ahora debes descansar mamá, vámos —Cameron la tomó del hombro y la llevó al cuarto de huéspedes.
—Yo debo irme a hacer el examen —dijo Natalie y tomó su bolso.

—Buena suerte —la abracé.
—Me alegra de que tú novio haya cambiado —me tomó de los hombros y me miró—. Pero no te confíes, ¿de acuerdo?, puede que él regresé a ser como era antes y te lo juro, si llega a hacerte algún daño se las verá conmigo... Bueno ¡adiós! —dijo y al momento de que Natalie salió, Cameron llegó a la sala donde estaba.

—Le haz caído bien a mi mamá —él sonrió y me rodeó con sus brazos la cintura.
—Espero ser la mejor nuera que haya tenido —le sonreí también y rodeé su cuello con mis brazos.

—No lo esperes —dijo—. Ya lo eres —me sonrojé y el me besó.

—Prometo estar contigo, siempre, en las buenas y las malas.
—Y yo prometo protegerte de todo —Cameron miró mi vientre que ya se podía notar un poco el embarazo de cuatro meses—, Más bien, protegerlos, no dejaré que alguien les haga daño —bajó sus manos a mis glúteos, me cargo y yo rodeé su torso con mis piernas—. Te amo ¿sabes por qué?, porque contigo puedo olvidar todo y sólo pensar en ti y te agradezco por eso.
—Te amo, Cameron —lo besé.

—Y yo a ti, Andrea —me besó.