046.

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—¡Lo sé Scooter! Lo sé y lo lamento tanto.—lloré sobre el escritorio de mi mánager, me había llamado para traerme a una reunión de emergencia. Sus ojos son reprobatorios y eso solo hace que me sienta mas culpable y enfermo.
—No debes lamentarlo conmigo, chico. Debes arreglar esto, pedir perdón públicamente, darle un obsequio ¡lo que sea!.—me gruñe y me encojo en la silla.—¿Como es posible que no puedas manejar esto? ¡estas en una maldita relación! Ya eres un adulto ¿no?.—pregunta duramente, asiento lentamente.—¿Entonces cuál es tu maldito problema?. Como ya la tienes, estás cómodo y listo ¿cierto?.

No me deja responder nada, se levanta de su lugar y sale de la oficina azotando la puerta, volvemos al principio. Donde yo era la decepción de todos, otra vez estoy yendo hacia allí.

Cierro los ojos un momento para tratar de arreglar la avalancha de sentimientos que se me están por venir encima. Me siento culpable por haberle lastimado a Jordyn, me siento triste porque ella dijo que no me amaba, me siento enojado porque Scooter me ha gritado mis verdades, siento mi orgullo lastimado al no obtener algo de privacidad, estoy frustrado conmigo mismo por no tener autocontrol, pero sobre todo, me siento decepcionado de mis amigos, aquellos quienes deberían haberme parado cuando me vieron hacer cosas indebidas.

Pero ellos no son mis niñeros ¿cierto? No tienen la obligación de cuidar mis actos en todo momento.      

Ya aceptalo, fuiste tú y solo tú quien cometió aquel error si sigues así lograras que ella se marche para siempre.

Mi conciencia vuelve a atacarme rudamente y me hiere en lo mas profundo de mi pecho. No quería hacerlo, yo no quería cometer un error tan grave como ese, no quería borrar mi buen comportamiento, no quería humillar a Jordyn de ningún modo. Soy una mierda, una total y fea mierda.

Rebusco en mi mochila acompañante de siempre la caja de cigarrillos que había prometido dejar, pero es un vicio que no puedo simplemente dejar. Estoy ansioso y nervioso, sé que el tabaco ayudará a mi estado de ánimo y lo balanceará.

Lo dirijo a mis labios y con el encendedor lo prendo para seguidamente soltar el humo por la nariz, mis ojos se cierran ante el pequeño placer que sienten mis pulmones contentos de recibir su droga.

Miro distraídamente por la oficina y me veo con Scooter desde los años de mis comienzos, cuando ambos logramos llevar este sueño a lo más alto con muchísimo esfuerzo, pasando por rechazos, decepciones y burlas hacia mi persona. También hay fotos de mi mamá y él, mi papá y yo, hay fotos de todos hasta el último tour.

Bajo la mirada sintiéndome avergonzado de mi mismo, estoy cambiando rápidamente y me dejo influenciar, lo sé soy consciente de ello pero no sé como detenerlo, la gente ya me toma como su marioneta personal y yo no puedo parar.

Mis ojos van hasta mi mochila de nuevo y mis manos la abren, revelando mi libreta de cuero café hace bastante tiempo que no la uso y siento la terrible necesidad de hacerlo ahora mismo, así que busco una pagina libre y escribo.

Las paginas vuelven a ser usadas para arrojar el dolor y guardarlo para recordarlo en algún momento.

Fui un imbécil, lo acepto, pero desde un principio estabas advertida. Te arriesgaste, nos arriesgamos y ahora tenemos esto.

Es mi culpa, casi puedo ver tus ojos tristes mirando el mar en la noche, casi puedo sentir el dolor de tu corazón traicionado, puedo sentir tus lágrimas caer empapando tus mejillas.

Pero nena, te amo tanto. Daría todo lo que tengo por retroceder el tiempo y no haber hecho nada de lo que ya sabemos.

Pero de nada sirve tan solo desear, el error ya está hecho y me arrepiento tanto.

Mark My Words. |j.b pov| Book #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora